Laurel || l.s.

𝑪𝑨𝑷𝑰́𝑻𝑼𝑳𝑶 𝑿𝑿𝑰

Holi, vean la imagen para que se den una idea del lugar🙈

Capítulo veintiuno

Harry & Louis

La tiara de oro no abandonó los rizos de Harry por lo que restó de la noche y eso le hizo sentir conforme. Comenzaba a sentir familiar y sobre todo cálida la forma en la que sus hoyuelos se marcaban cada que le hacía reír con sus tontas bromas o lo que fuera que le dijese. Sin embargo, estaba cien por ciento seguro de que jamás lograría sentirse lo suficientemente acostumbrado a las nuevas sensaciones que le provocaba.

Simplemente no podía explicarlo con palabras reales, por ahora.

Lo siguiente que supo fue que restaban pocas horas para que el amanecer comenzara a tomar parte por el horizonte, por lo que sin más decidió que era el tiempo correcto de llevarle hacia su parte favorita. Quizá la forma más acertada de describirlo era como una terraza, pero no una cualquiera claro estaba.

Entre saltitos emocionados por parte del rizado y las risas divertidas de Louis, tomaron su tiempo para cruzar y hacer su respectivo camino por todo el enorme lugar donde anteriormente estuvieron en un principio. Harry parecía más acostumbrado a todo, por lo que realmente no hicieron muchas paradas. Después de rato, se vieron frente a una pequeño pasillo que revelaba unas escaleras más parecidas a un color hueso.

A diferencia de las anteriores que al principio les condujeron hasta allá, estas venían en menor cantidad y básicamente les fue más fácil terminar aquel tramo, por lo que no tardaron demasiado en terminar su camino.

De nuevo se sentía algo nervioso, podía notar su pulso a un ritmo más acelerado de lo normal pero no lo suficiente para querer salir huyendo. Quizá mas bien se sentía emocionado.

—Harry cierra los ojos—ordenó el castaño sin despegar su fija mirada de su rostro e impidiendo que pudiese dar un paso más a través de esa puerta.

Se vio un poco confundido—¿Pero por qué?

—Solo hazlo—el menor puso los ojos en blanco pero sin otra queja de por medio por fin asintió un poco inseguro y se dispuso a cerrar sus ojitos sin dejar de morder su labio con un atisbo de nerviosismo.

Entonces Louis tomó su mano en un firme agarre para comenzar a caminar junto con él y tratar de guiarle lo mayor posible evitando a toda costa que tropezase.El chico ciertamente era alguien experto en siempre tropezar, y curiosamente Louis siempre estaba ahí para detenerle. Sin embargo, no eran muchos los pasos que faltaban para estar completamente dentro.

Tal vez no planeó algo especial esta vez, pero confiaba en que la simple naturaleza del lugar verdaderamente lograra llenar sus expectativas.

—Vale, puedes abrirlos ya

Harry tomó una ligera respiración antes de finalmente abrir los ojos.

Casi podría jurar que sus pupilas se habían dilatado gracias al asombro, de nuevo.

Contuvo la respiración por un segundo. Su boca formó lo más parecido a una mueca sin saber exactamente qué decir. Jamás en su vida había siquiera imaginado que un lugar como aquel pudiese existir, es decir, era un espacio jodidamente enorme y nada común. Por un momento llegó a sentirse en el piso de abajo debido a la similitud del piso decorado, pero a diferencia de las anteriores esta no tenía techo alguno, sino que tan solo se dejaba a la vista las miles y millones de estrellas habitando en el espacio.

Nunca antes vio algo semejante en el cielo azul común. Oh no, sin siquiera saberlo estaba seguro de que se trataba de alguna especie de galaxia por encima de ellos o algo parecido. No obstante, ni aquello había sido lo que más le asombró de todo, pues hasta el fondo del sitio se hallaban descansando enormes pilares típicos de la arquitectura clásica griega marmolesca con aquellos conocidos pliegues esculpidos, pero esta vez no había pared alguna que cubriese nada.