𝑪𝑨𝑷𝑰́𝑻𝑼𝑳𝑶 𝑿𝑿𝑽𝑰𝑰

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aaaah, por fin pude tener tiempo de escribir y actualizar. Lamento haber desaparecido por tanto tiempo pero aunque sé que no vienen a leer excusas, tuve mi último semestre de prepa, y mi examen de admisión a la universidad y todo se volvió taaaan dificil y estresante:( mi salud mental valió mrd. Pero en fin, casi me graduo por completo y ya tengo vacaciones, así que les prometo no tardar tanto con el siguiente capítuloo. gracias por leerlme, les amo <3

Capítulo veinticiete

Parte uno

Ares

Ares tornó su rostro hacia el suyo en evidente preocupación cuando la pequeña paloma blanca regresó de su vuelo parándose sobre el marco de la ventana, con la patita vacía. El dios de la guerra la tomó por las alas e inspeccionó en todos los sentidos dándole vueltas, sin encontrar absolutamente nada y entonces soltó un resoplido.

Louis frunció la boca, pero no dijo una palabra todavía. Hasta que el diminuto animalito soltó una especie de chillido en el momento que Ares arrancó una de sus plumas con fastidio.

—¡Oye! Cuidado con ella—exclamó con ligera indignación, a lo que este simplemente rodó los ojos. Entonces, la liberó de su fuerte agarre bajo su mano y finalmente dejó que emprendiera su vuelo fuera de la habitación.

Pronto, el aleteo de sus alas se hizo cada vez más lejano hasta que no fue más que un punto apenas visible sobre el cielo en el recién amanecer.

—Jodida ave, no sirvió para nada.

—No fue su culpa.

Ella había sido el segundo intento de contactar a la diosa Hera. El primero consistió en buscarle mediante su rastro o algún tipo de aroma que Ares conocía muchísimo mejor que él mismo, pero esto no fue efectivo, porque no arrojó ningún resultado, ni pista de su paradero. Como si de alguna u otra forma estuviese haciendo lo posible porque su presencia pasara desapercibido.

Lo segundo fue enviar un mensaje por medio de aquella paloma, del modo secreto que ambos dioses se sabían entre ellos y así evitar algún tipo de sospecha de que este estaba con alguien más, como Louis. Pero nada resultó cuando esta regresó absolutamente vacía después de algún rato y con ninguna señal de haber siquiera sido leído.

A decir verdad, ahora mismo se encontraba poniendo toda su ciega confianza en el dios de la guerra, porque no sabía si al otro instante este se arrepentiría de ayudarle, y le delatara hacia con Hera sus verdaderas intenciones o el plan de buscarle por las obvias razones. Estaba cruzando un sendero de arenas movedizas de las cuales no tenía la certeza de en qué momento estas fueran a colapsar, y dejarle totalmente enterrado.

Pero corría fuera de opciones.

Atenea tampoco se había intentado comunicar con Louis en lo que iba de las horas pasadas, pues ella también se hallaba bajo las mismas situaciones de procurar dar con su ubicación. Aunque, no sabía si ciertamente debía sentirse preocupado o no, dedujo que simplemente estaba aún más ocuapada teniendo bajo la mira a otro dios simultaneamente.

Ares soltó un suspiro derrotado, se alejó de la enorme ventana del palacio y habló con una voz áspera —No, pero me estoy quedando sin ideas.

Louis pensó. Verdaderamente pensó, ella era su madre ¿no debía de haber una clase de vínculo que los uniese de cierta manera? Algún especie de instinto mamá e hijo que tan siquiera le diese una noción.

Por supuesto que no.

—Yo también lo estoy, es que joder es como si...

—Ni siquiera estuviese.

Laurel || l.s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora