Capítulo diecisiete
Harry
Cuando el dios de la belleza era nada más que un pequeño niño de no más de ocho años, había entablado un lazo de cariño con el dios Cupido. Luego de su primer curioso encuentro por los jardínes del palacio de Hera, ambos niños a partir de ahí pasaron a ser lo bastantemente cercanos y tenerse muchísima confianza en muy poco tiempo. Pero como era de esperarse, Louis pronto comenzó a sentir cosas nuevas que nunca antes había experimentado. Eran aquellas nuevas sensaciones de cosquilleo en el estómago, el ligero temblor de sus manos con algo de nerviosismo siempre que le veía venir y los grandes sonrojos que tenía cada que le hacía un cumplido, lo que le hizo saber que algo muy peculiar estaba ocurriendo ahí.
Sin embargo, su linda relación no había pasado de ser un inocente "noviazgo" que para su corta edad ni siquiera sabía que aquello lo significaba, pues básicamente se basaba en pequeños picos como besos en sus mejillas para luego pasarse inocentemente a sus diminutos labios y tomar nerviosamente su pequeña mano entre las suyas. Tiempo después supo ahí gracias a la explicación de su madre que tenía el desconocido don de la seducción. Es decir, el simple hecho de a sus cortos añitos haber podido enamorar a un dios que básicamente se encargaba de hacerlo por los demás, le hizo saber que había algo especial en él.
Al principio le había parecido un poco abrumador aquella revelación, ya que muy apenas lograba entender que es lo que significaba que alguien le gustase de esa manera , pero su inocencia de la infancia no le hacía querer buscar una explicación lógica ni razonable a todo lo que sentía. Tan solo le gustaba la idea de sentir maripositas en el estómago como la diosa Afrodita le había dicho, así como pasar tiempo con el lindo chico de alas diminutas y blancas como la espuma del mar que hacían juego con los ojos azulados como el océano de Louis.
Y aunque justo en aquel extraño momento no había otra cosa en el universo que quisiera más que dejar de buscar explicaciones y dejarse llevar por sus sentimientos, había algo que simplemente no lo dejaba hacerlo.
Y no estaba cien por ciento seguro de que era exactamente.Es por eso que en lo que iba de la larga caminata de regreso al Olimpo no hacía nada más que pensar en lo ocurrido con Harry. Sentía demasiada confusión en cuanto a la reacción del chico al haberle correspondido el beso de la mejor forma posible así como para después tan solo salir huyendo sin dar explicación alguna. No obstante, lo que más le podía y taladraba el pensamiento era el hecho de que no era capaz de olvidar la suave y sedosa sensación de sus labios contra los suyos fundidos en aquel beso sin poder evitar que en su rostro se formara una pequeña y traviesa sonrisa.
Sabía que pese haber cumplido uno de sus en ocasiones exasperantes cometidos de besar al chico y ser correspondido, no quería que todo acabase ahí sin más.
Quería más de él.
A pesar de sentirse confundido y algo dolido por la reacción inmediata del menor de salir huyendo, no podía evitar pensar en que de ahora en adelante no se cansaría hasta poder volver a sentir aquello. Si pensaba que con eso iba a lograr que el dios se alejara de él, estaba completamente equivocado.
Su objetivo de enamorarle apenas comenzaba.
Cuando finalmente llegaron a los terrenos del monte Olimpo y se adentraron hacia las instalaciones del palacio, luego de la su silenciosa y un poco tensa caminata, ninguno de los dos chicos había dicho palabra alguna como era de esperarse. Se notaba la tensión e incomodidad de ambos cada vez que se limitaban a echarse discretas miradas. Sinceramente Louis no podía hallar las palabras correctas sin hacer que su acompañante se sintiera atacado o presionado. De lo poco que comenzaba a conocer al chico sabía que entre más presión ejerciera sobre él, mayor sería su reacción de salir huyendo.
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Laurel || l.s.
Fanfic"Tal vez podamos encontrar un lugar para sentirnos bien y si estamos aquí el tiempo suficiente, veremos que todo es para nosotros y perteneceremos" -𝐻𝒶𝓇𝓇𝓎 𝒮𝓉𝓎𝓁𝑒𝓈-𝒯𝒫𝒲𝒦 Mitología griega AU