𝑪𝑨𝑷𝑰́𝑻𝑼𝑳𝑶 𝑿𝑿𝑰𝑽

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Por favor no me odieeen:((( se que pasó una eternidad, pero, les amo mucho.


Capítulo veinticuatro

Atenea.

Cuando Louis se despiertó por la mañana, la oscura sensación no abandonó sus sentidos. Y mucho menos logró quedarse tranquilo cuando a su lado no encontró nada más que un frío vacío, y no el característico calor del cuerpo de Harry.

De una u otra forma tenía miedo de enfrentar la realidad, sin embargo, al intentar huir como siempre lo hacía, Morfeo no le dio respiro alguno con aquella horrorosa pesadilla. Como si no fuera ya lo suficientemente malo tener que verle la cara al dios en un simple sueño, le tuvo que dar aquel terrible escenario. Pero a decir verdad, no era la primera vez que en algún punto de su vida Ares le causaba terrores nocturnos.

Y quizá, ni siquiera sería la última.

Dio una larga inspiración tratando de calmar sus nervios y el molesto nudo en su estómago.

Tal vez estaba exagerando.

Tal vez aquello no significó nada.

Tal vez estaba buscando cinco patas al gato.

Tal vez...

Fuera lo que fuera tenía que investigarlo de una u otra manera, pero si algo tenía claro ahora mismo, era que no podía confiar en aquel par de dioses, inlcuso si uno de ellos significaba nadie menos que su madre.

Al menos hasta que supiera con certeza que estaba ocurriendo.

Logró tranquilizarse cuando cayó en la cuenta que aquel día por fin vería a Harry de nuevo. El chico apenas y había pasado tan solo algunas horas fuera del Olimpo, y por tanto de su lado, pero ya sentía las enormes ansias de verle otra vez.

Mientras hizo su rutina para tomar una ducha, no podía evitar preguntarse cómo estaría Harry, que estaría haciendo y cómo la habría pasado en su estadía fuera del palacio. Se preguntó si el chico también lo extrañó como Louis a él, o al menos de una forma similar, o si tan siquiera rondó por su cabeza en algún momento.

Lo hiciera o no, ya tendría oportunidad de preguntarle.

En pocas horas.

Cuando finalmente terminó su corto baño, se dispuso a ir al comedor para tomar su desayuno. A pesar de no tener realmente apetito aquella mañana, supuso que algo de comida podría ayudarle de alguna manera a calmar sus nervios. Sus primeros minutos pasaron en soledad y tranquilidad, hasta que pronto una voz logró perturbar su serena actividad.

—¿Noche dura?—la imagen de Apolo sentándose en la silla de enfrente con su desayuno, se hizo presente.

Contuvo el reflejo de soltar un suspiro aburrido, y poner los ojos en blanco. Para ser honesto, no tenía ánimos de una tonta pelea.

¿qué le importaba?

—Algo—se limitó a responder con simpleza.

—Puedo ver.

—Ya—desvió la mirada mientras comía un pedazo de fruta, intentando cortar las palabras.

—¿Dónde está Harry?

Tragó duro antes de responder. De nuevo, una ligera molesta de instaló en su estómago de sólo escucharle formular una simple pregunta—Dormido.

—Oh, ya me parecía raro—soltó una leve risa.

—¿El qué?

—Ya sabes, no verles juntos desde ayer.

¿él que sabía?

Laurel || l.s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora