En el hospital habían separado a Miryeong de Jaemin. El mal estado evidente del chico había hecho que lo mandaran directamente a la unidad de cuidados intensivos del hospital general de Seúl y a Miryeong le habían mandado hacer algunas pruebas.
Tenía moratones en las piernas y en el pecho de las caídas por los empujones de Yuta y según el equipo médico, se encontraba en un estado de shock postraumático que no sabían cuánto podía durar.
Siendo Miryeong la única acompañante de Jaemin, le habían dado todas las cosas del chico a ella. El móvil de Jaemin tenía mil llamadas perdidas de Haseul y el suyo algunas de su madre.Al salir de las pruebas hicieron a Miryeong esperar en el pasillo y aprovechó para llamar a su madre diciendo que estaba en el hospital porque a una de sus amigas le había dado un cólico y estaban preocupadas. Fingió lo mejor que pudo como había fingido decirle que el móvil se le había quedado sin batería por la mañana y no que se lo había roto un tipo con el que se acababa de acostar.
Se sentía sucia y moría por descansar eternamente y darse una ducha reparadora. Su pelo era un asco y el escupitajo de Yuta sobre él no ayudaba en absoluto. Agradeció que su madre no le hiciera muchas preguntas, pues no quería entrar en detalles que hiciera preocuparse a sus padres.
Le dijo que podía cenar ella sola porque la espera en el hospital iba para largo y no quería dejar a su amiga y su madre, comprensiva, le dijo que esperaba que se recuperase y entendía que estuviese con ella. Se sintió aun peor por mentirle y no tener el valor suficiente para contarle todo lo que había pasado con Yuta. Pero de lo contrario sabía que su madre correría a decírselo a su padre y que los métodos de él serían drásticos. La aislaría de cualquier contacto humano sobreprotegiéndola como una cría pequeña y demandaría a Yuta de todas las maneras posibles para que se pudriese en la cárcel; además del rapapolvo que se llevaría y de, probablemente, la prohibición de ver a Jaemin alguna vez más en su vida.Aprovechó cuando Haseul volvió a llamar a Jaemin para contestar la llamada, lo hubiera hecho antes pero para llamarla necesitaba desbloquear el teléfono y no sabía la contraseña del chico ni pretendía hacerlo.
—¡Dios, Nana, por fin coges el puto teléfono! ¿Qué ha pasado donde estás? —Dijo una preocupada Haseul al otro lado de la línea. —Mamá y papá están llamándote y...
—Haseul unnie... —Dijo Miryeong en voz baja. Lo único que se alcanzaba a oír en el pasillo del hospital era su voz y la reverberación procedente del teléfono.
—¿Mimi? ¿Qué pasa? ¿Estáis bien?
—No... La verdad es que estamos en el hospital... Jaemin... —Tomó aire. —Está en la UCI, le han pegado, han pasado muchas cosas yo... ¿puedes venir? —Sofocada, no se veía capaz de explicarle la situación por teléfono.
—Sí, ahí estaré estoy ya en el coche. Ahora te veo Mimi.
—Gracias.
El tiempo que le tomó a la morena llegar fue breve, y Miryeong supuso que se había saltado de lleno los controles de velocidad. Tampoco tardó en encontrar a Miryeong dentro de la UCI, parecía que se conocía ese hospital de maravilla.
La castaña se levantó al verla y Haseul corrió hacia donde estaba.—¡Miryeong! ¿Estás bien? ¿Qué ha pasado? —Se sentaron de nuevo en el pasillo en el asiento donde estaban las cosas de Jaemin y de Miryeong, entre sus abrigos, móviles, pertenencias personales y la bolsa maltratada donde llevaba el vestido que había comprado.
—Unnie... Ha sido mi culpa. —Dijo mirando al suelo.
—Ey, no, no has hecho nada. Explícamelo todo, por favor. —Haseul acarició la espalda de la castaña preocupada.
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New Romantics |Na Jaemin; NCT|
FanfictionMiryeong vive estancada en una rutina infinita; y aunque no se sintiese mal, conoce a un chico que tergiversará todos sus planes cada día, y no lo apartará de ella porque, como dicen, los actos en nombre del amor son completamente aceptables. Aunque...