Capítulo siete.

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Catra llamo a Adora exactamente dos días después de esa noche durante su hora de descanso.

No quería hacerlo cuándo Scorpia, Mermista o Entrapta estuvieran cerca, pues sabía que la pondrían estúpidamente nerviosa, y fue por eso que mientras se alimentaba de la comida recalentada en la parte trasera del estudio presiono aquel botón verde.

Adora atendió luego de dos tonos.

-Estudio de arte Brigth, buenas tardes. ¿Puedo ayudarle en algo?

"¡Woooh!" Pensó "¿Es realmente Adora Brigth quien me está hablando?"

Había esperado algo un poco más informal. Más Adora... "¿Qué mierda quiere?", por ejemplo.

-¿Realmente estoy hablando con la chica que se desnuda frente a desconocidas sin pudor alguno? –Bromeo Catra, y cualquiera que la hubiese mirado a los ojos en esos momentos se habría dado cuenta de que se estaba enamorando.

-¿Catra?

Le gustaba hablar por teléfono con Adora, pues de esta forma podía notar el tono sorprendido en su voz y no sentirse extrañada por sus expresiones siempre neutras.

Cuándo hablaba por teléfono, Adora Brigth era humana.

- Pensé que no me llamarías -¿Era en serio? ¿Adora Brigth, esa que jamás parecía dudar de sus capacidades para hipnotizar a todo el que le pasara por delante, se había sorprendido con su llamada?-, así que me alegra el doble que lo hicieras. –Sonrió, pero por supuesto, Catra no lo noto. 

Una nerviosa e inevitable sonrisa se apodero de los labios de Catra.

-¿Realmente te alegra mi llamada, Adora? -Realmente no lo esperaba.

Adora era perfecta, y ella... Catra era una simple tatuadora.

-Estaba tan desesperada por saber algo de ti que habría saltado de felicidad con solo ver la foto de tu pasaporte.

Y así era como Adora Brigth hacía que su corazón palpitara dolorosamente.

-Créeme, si vieras la foto de mi pasaporte saltarías, pero no a causa de la felicidad...

-No creo que sea tan malo...

-¡Parezco un mono con problemas intestinales! -Se quejó Catra entre risas, las cuales se aumentaron cuándo Adora la imito a través de la línea telefónica-... Tú, en cambio, debiste de salir perfecta...

No se imaginaba a Adora Brigth saliendo mal en una foto, ni siquiera en la del estúpido pasaporte.

-Debo admitir que me veo bastante bien -Reconoció, pero gracias a su tono de voz la tatuadora supo que la pintora solo estaba bromeando.

Silencio.

-...Supongo que no me llamaste solo para alegrarme el día o para hablar de pasaportes... -Agrego, y aunque no la escuchaba decepcionada, había un poco menos de felicidad en sus palabras.

-La última vez que nos vimos dijiste que querías pedirme algo... -No iba a mentirle.

-Tienes razón. Lo dije -A pesar de que no la estaba viendo, Catra supo que había sonreído, como si el hecho de que recordara sus palabras fuesen suficiente motivo como para hacer una fiesta.

- ¿Qué quieres pedirme? -Si iba a recibir una propuesta indecorosa quería tener la mayor cantidad de tiempo para insultarla por esto.

-Necesito que seas mi modelo, Camz. –No me dieron buenas ideas para un apodo, y solo se rieron de mí, así que así lo voy a dejar y se joden. Si encuentro uno, lo cambio- 

La Tatuadora De LibélulasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora