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" - N-no creo que sea necesario, creo que-.
- No me hagas cambiar de opinión por favor, (T/a) .- sonrió de manera forzada, se podía ver el dolor en sus ojos mientras analizaba la expresión de lástima de la menor y llevó sus manos delante...
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- ¿Tú crees que Takeda-sensei haría eso?
- Quién sabe .- llevó un trozo de tortita a su boca -. Es capaz.
- Tanaka, no creo que sea buena idea hablar de eso .- avisó el peligris susurrando, como si la persona que era el tema de conversación, estuviera allí escuchándolos.
El calvo levantó la cabeza para ver la pared de cristal de la cafetería, cierta persona lo puso bien alerta, la cual se estaba aproximando a la puerta para entrar.
De un salto se levantó, llamando la atención de los presentes, dirigió su mirada a la interrogativa de uno de sus mayores.
- ¡Suga-san! ¡Chica a la vista!
- ¿Qué? .- preguntaron todos sin entender la reacción desesperada del rapado.
- ¡Allí! .- señaló con el dedo, haciendo que todos desviaran la vista hacia la dirección que estaba señalando, pudiendo divisar a través de las ventanas, la silueta de (T/n) que se aproximaba con paso rápido.
- ¡Es ella! ¡Es ella! .- exclamó divertido el más bajo.
- ¡Venga Suga! .- el nombrado recibió un golpe en su hombro, haciendo que soltara el aire por el dolor -. ¡No dejes pasar esta oportunidad! .- este miró a Daichi quien sonreía como si fuera un padre orgulloso de su hijo.
- ¿P-pero de que oportunidad estáis hablando? .- tanto que había sacrificado su dinero para hacerlos callar para que después no serviera de na'.
- Deberías estar contento de volver a verla .- dijo el melenas.
- ¡Vamos! ¡Vamos! .- lo empaitó, empujándolo de la silla para que fuera hacia ella.
- Mira que sois pesados .- suspiró derrotado. Se levantó para encaminarse a la puerta, no antes sin fulminarlos con la mirada.
Salió a fuera, sintiendo enseguida el aire frío chocando contra su delgado cuerpo.
Se había olvidado su abrigo a dentro.
- ¡Pide su número de teléfono! .- pudo escuchar desde dentro, y bufó con el ceño fruncido.
- Oh, Sugawara .- sabía perfectamente quien lo había llamado. Volteó la cabeza para ver a (T/n), quien estaba algo desconcertada al verlo allí afuera -. ¿Qué haces aquí con el frío que hace? .- miró a los lados -. ¿No vinieron tus amigos?
- ¿Eh? ¡Ah...! .- se rascó la mejilla algo nervioso -. Sí, s-solo que... Eh...
La peli(t/c) ladeó la cabeza sin entender su actitud. Sus ojos se iluminaron al recordar porque había vuelto a la cafetería.
- Por casualidad, ¿viste una pulsera de plata con una I y una H? .- preguntó.
El ojimarrón levantó la cabeza -. Ah, así que era tuyo .- se dijo a si mismo en voz alta.
