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" - N-no creo que sea necesario, creo que-.
- No me hagas cambiar de opinión por favor, (T/a) .- sonrió de manera forzada, se podía ver el dolor en sus ojos mientras analizaba la expresión de lástima de la menor y llevó sus manos delante...
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¿En qué momento?
No se sabe, simplemente lo vió con sus propios ojos y de inmediato todo se derrumbó delante de él.
Los aplausos, los halagos, los gritos, los zapatos rechinar, el sonido al rebotar los balones... El ruido fue ensordecido como si le hubieran cubierto las orejas por unas almohadas para que todo aquello quedara de fondo, y solo se centrara con lo que veía en frente suyo a unos metros de distancia.
¿Destrozado?
¿Arruinado?
¿Herido?
¿Qué palabra sería perfecta para definir como estaba en ese momento? ¿Es tan difícil explicarse cuantos sentimientos estaban apareciendo en su cabeza?
Lo único que recuerda es como él y ella unían sus labios formando un beso cariñoso al ver que habían ganado el partido.
Lo único que recuerda es la sonrisa que ambos se intercambiaron, alegrándose de que se llevaron la victoria después de un arduo trabajo.
Igual que ellos.
La única diferencia es que ellos solo se llevaron una derrota.
¿Debería de preocuparse de sus emociones en ese momento?
Cabizbajo, se mordió el labio inferior tratando de borrar lo que tenía en mente con desesperación. Sus lágrimas solo trataban de salir de sus orbes marrones, pero apenas dejaría que se volvieran vidriosos.
O intentaría no ser notado.
- Vamos... .- empezó a andar hacia la cancha donde se encontraban los jugadores de su equipo desanimados, siendo seguido por el resto de los compañeros.
Dirigió su mirada a esas expresiones de pesadumbre y angustia. A respuesta, frunció el ceño al ver delante suyo a los chicos, enseguida cambió la expresión al recordar que él era el mayor del equipo. Y si él no estaba en condiciones de tranquilizarlos, habría pocas posibilidades de hacerlos levantar del suelo.
Dió unas palabras de apoyo antes de que tuvieran que alinearse y dar la mano al equipo contrario.
(T/n) estaba delante de la mánager, el entrenador y el profesor del club de Volleyball de Karasuno, inclinándose para dar una reverencia y agradecer que participaran en el partido.
Al incorporarse, la joven desvió la mirada de los mayores para ver donde se encontraba el peligris.
Esperaba que cruzaran miradas por unos segundos como despedida, sin embargo, él en ningún momento dirigió sus ojos a las de ella.
Él estaba haciendo un gran esfuerzo para evitar observarlarla en esos minutos que estaban aún en la cancha mientras un gran pinchazón se le estaba siendo más notable en el pecho.
La peli(t/c) solo vió como el equipo de él se alejaba rápidamente y desaparecía al atravesar por la puerta.
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