- Me olvidaré de ti, no pasaré ni un puto segundo de mi vida pensando en ti. - Fallarás en el intento, y ambos lo sabemos - susurra sobre sus labios - Vayas donde vayas, estés en donde estés, siempre estaré contigo, siempre estaré detrás de ti. Raoul está dispuesto a dejar atrás cada día, cada minuto y cada segundo que vivió dentro de prisión, porque esos ojos oscuros y esas manos firmes que tantas veces le sujetaron, fueron su mayor error. Pero, ¿Es posible disfrutar de la libertad cuando te sientes aferrado a alguien? ¿Es posible necesitar algo que odias? El infierno que creyó vivir por meses no se compara con el calvario que le espera fuera gracias al recuerdo de Agoney.