Dicen que el destino son la acumulaciones de nuestras decisiones, pero cuando creces como Aurora esa no es una realidad. Nunca había tomado una decisión significativa en su vida; desde su matrimonio forzado, hasta la "casa" o jaula donde pasaría en el resto de su vida. Aurora era la hija de Preston Adams un empresario muy reconocido en New York y ciudadano ejemplar que manejaba negocios muy sucios y los ocultaba con bastante recelo. La habían casado cuando tenía 18 años con un hombre detestable y soberbio que la torturaba cada vez que tenía la oportunidad; lo cual no le preocupaba o importaba a nadie. Para su mamá ese era el deber de una esposa y para su padre era el medio para un fin, al estar casada con el hijo de un político importante le daba la libertad de hacer cualquier negocio sin tener ninguna consecuencia. El día de su cumpleaños número 20 decidió dejar de ser una victima; era la primera decisión que tomaría sin importar los riesgo y una que podia costarle la vida. Huir era un reto pero acercarse a Calix era casi imposible, él era la única persona que parecía no tenerle miedo ni a la muerte, sus ojos eran fríos, despiadados... Aurora sabía que hacía negocios con su esposo. Calix era un mafioso y un mercenario y la única forma que la ayudaria era tener algo a cambio; más que su cuerpo o su belleza... eso no sería suficiente para tentar a un hombre como él; lo único que podría tentarlo eran secretos. En su mundo nada valía más que la información. Y ella la buscaría para él, le entregaría a su esposo, le entregaría su vida, su familia... y si era necesario también su alma.