010

461 61 4
                                    

—¿Irás vestida así? — cuestionó con un tono chillón Ha Yi

La mayor miró su vestimenta y no notó el porqué de ese tono. Traía puesto un par de pantalones deportivos de un gris oscuro, un top azul cielo y un pequeño jersey del mismo color.

—¿No ves el error? —bramó indignada. 

Young Ji negó confundida.

—No me digas que piensas llevar también ese bolso...—Ha Yi miró con horror al bolso plastificado transparente que su hermana había comprado en una tienda en línea hacía bastante tiempo atrás, sabía que era su favorito y había conseguido persuadirla para que no lo usara en la presentación de Hoseok el fin de semana anterior, pero ahora parecía bastante decidida a llevarlo consigo. —Bueno, no diré nada con respecto al bolso...espera, si diré algo. ¡Veo todo lo que tienes en él! Y no cumple en nada el funcionamiento de ocultar tus pertenecías, ¿No has pensado que quizá a Hoseok le parezca extraño poder ver tu lipstick en forma de macarrón?

Young Ji sonrió colocándose un mechón de cabello por detrás de la oreja en un tic nervioso que solía hacer cuando la cuestionaban con alguna de sus manías.

—No creo que sea de los chicos a los que le interese mucho lo que llevo conmigo.

—Quizá, pero podrías dar una imagen demasiado inocente. — se cruzó de brazos y le impidió que avanzara más.

No quería que su hermana confiara demasiado en alguien del que solo tenía pensamientos idealizados. ¿Y si Hoseok era un jugador y terminaba lastimando a Young Ji? No se lo perdonaría nunca, así que decidida a evitar eso propuso acompañarla.

—Yo también iré a estudiar con ustedes.

—Pero no le avisaste a papá— le obstruyó Young Ji el paso hacia el closet.

—No importa, si estoy contigo no habrá problema. Le enviaré un mensaje a mamá diciendo que salimos a un café a estudiar.

—No...no...espera. —colocó su mano en su brazo y la detuvo.

No sabía cómo había sucedido ese giro en la conversación, ya que inicialmente estaban hablando de un bolso y forzajeaban para que Ha Yi no avanzara más en su arreglo personal.

—¿Qué sucede? ¿No quieres que vaya?

—No, no es eso. Es solo que quiero saber por qué tu interés repentino en ir.

—Quiero estudiar con ustedes. Aprenderé algunos temas que me hace falta reforzar.

Young Ji le miró fijamente sin creerle absolutamente nada. Conocía a su hermanita mejor que a ella misma y le estaba mintiendo a lo grande pues Lee Ha Yi no era alguien que necesitara estudiar para pasar los cursos.

—Estás mintiendo.

—No es ninguna mentira, estoy teniendo algunos problemas en ciencias sociales.

—¡No es verdad! Vi tus notas y eres de las mejores de tu clase—fue su turno para cruzarse de brazos— Mejor dime que solo quieres asegurarte de que Hoseok no es ningún patán.

—¡Está bien! Temo que salgas lastimada. Ni siquiera lo conocemos bien y aceptaste ayudarle a estudiar.

—Estoy intentando salir de mi zona de confort, tú dijiste que lo idealizaba demasiado y tal vez sea verdad...por eso acepté salir y averiguar quién es la persona a la que he estado dibujando por meses. — su voz había salido firme por lo que la menor notó el enorme esfuerzo que estaba haciendo Young Ji por conocer de primera mano al pelinegro.

—Está bien, lo entiendo, pero si sucede algo no dudes en llamarme. Sabes que no estudié Taekwondo por tres años para nada.

Young Ji rió por el lado protector que tenía Ha Yi. Ella era así, gélida por fuera pero un dulce y suave caramelo por dentro.

—Entendido—alzó su mano en un gesto militar que consiguió hacerlas reír a ambas.

Su vida estaba llenada de momentos como ese, en el que una quería proteger a la otra y viceversa. Young Ji y Ha Yi tenían a sus padres con ellas, aunque estos no las conocían realmente. Sus padres estaban tan sumergidos en su trabajo que descuidaban un tanto la relación que tenían como familia, aún así ambas habían aprendido a cuidarse por sí solas y a tomar las decisiones sin consultarlas con ellos.

—Debo irme o llegaré tarde — se apresuró Young Ji cogiendo sus llaves del pequeño cuenco que se encontraba en la entrada y se despidió con una sonrisa que se extendía por cada lado de su rostro, Ha Yi solo con mirar a los ojos de la mayor notó la emoción y el nerviosismo que estaba sintiendo, sonrió para ella pues no quería que Young Ji tuviera alguna preocupación más.

Ese día Ha Yi tenía aún más inseguridades que de costumbre, pero decidió callarlas para poder compartir junto a su hermana su emoción.  






Hope World + jhs Donde viven las historias. Descúbrelo ahora