Hope World + jhs

016

Young Ji se mantenía ordenando los carboncillos con los que ilustraría a Hoseok. No había querido pedirle antes que fuera su modelo para su proyecto final el club por temor a él no aceptara y que su relación se tornara incómoda, así que optó a citarlo en la sala de arte para que él estuviera un poco más convencido para ayudarla.

La chica giró su vista a la entrada del aula al escuchar la puerta de madera crujir. Vio a Hoseok cargando su maleta de danza y una botella de agua. Lucia agitado y con las mejillas coloradas. Young Ji lo saludo con una sonrisa y la mano alzada mostrando la mejor cara que pudiera hacer. Ya tenía los vellos de punta y aún ni siquiera había comenzado a hablar.

—Hola, Hoseok.

El nombrado se encontraba viendo cada diminuto detalle de aquella aula. Jamás había tenido la oportunidad de entrar ahí y se encontraba asombrado por la cantidad y calidad de las pinturas, esculturas e incluso retratos que estaban por todos lados.

—Young Ji, este lugar es increíble.

—¿De verdad lo crees? — preguntó con la voz en un hilo. Young Ji estaba orgullosa de pertenecer al club de arte y aunque jamás diría en voz alta lo feliz y segura que se encontraba por el talento de cada una de sus compañeras, ella tenía mucha fe en que conseguirían los sueños de los que siempre hablaban pues ellas eran artistas impresionantes y gracias a los halagos constantes de Ha Yi e incluso Hoseok ahora Young Ji se sentía parte de aquel grupo de chicas talentosas.

—¡Claro! Son excelentes artistas.

—Gracias Hoseok — dijo mirándolo fijamente a los ojos. Era la primera vez desde que habían llegado al aula que ambos conectaban miradas, así que sintieron una corriente eléctrica que les obligó a cambiar de dirección.

—¿Cómo te fue con las calificaciones de fin de curso? —preguntó el pelinegro en un intento de evadir el tema que había estado pensando desde días atrás.

—No fueron tan buenas como creía — formó una pequeña sonrisa al recordar las notas por debajo del promedio de su salón. Quizá en algún otro momento se hubiera encontrado abatida por la noticia, pero ahora conocía que una nota alta no era signo de felicidad y para ese tiempo Young Ji estaba viviendo los mejores momentos de su vida. Era feliz y una nota baja no arruinaría eso.

—¿Y por qué sonríes? — cuestionó riendo el chico. Sentía que se estaba perdiendo de algo.

—Porque las notas no son lo que más me importa ahora Hoseok, descubrí nuevas cosas que me apasionan y aunque quizá a papá no le parezca gracioso que tenga un promedio menor sé que no dejará de amarme por algo como eso.

Hoseok saboreo cada una de las palabras de Young Ji y sonrió complacido por el cambio tan abrupto en el pensamiento de la chica. Tenían exactamente un mes de conocerse y en todas y cada una de las sesiones de estudio que habían tenido había percibido un sobreesfuerzo de su parte para obtener notas altas, así que escucharle decir que se encontraba más tranquila respecto a ese tema le hizo sentir contento.

—¿Y a ti? ¿Cómo te fue? —indagó Young Ji a la par que tomaba asiento en uno de los banquillos de madera del aula justo frente a una lámina de dibujo que se encontraba postrado en un caballete.

—Puedo decir que mejor que a ti.

Young Ji rió por la seguridad en las palabras del chico.

—¿Por qué estás tan seguro de que tienes mejores notas que yo? No te he dicho cuanto tengo.

Se cruzó de brazos y alzó una ceja aparentando estar ofendida.

—Porque tuve una excelente tutora... y Ha Yi me dijo tus notas.