Extra 01

341 49 5
                                    

—¡Hoseok! ¿puedes dejar de moverte?

El nombrado detuvo sus movimientos y dejó escapar una sonrisa juguetona. Su intención era molestar a Young Ji y lo había conseguido, aunque también había estado jugando y distrayendo su mente, pues se sentía extraño al estar posando de nuevo para ella... le gustaba ser de ayuda, pero aún no estaba acostumbrado a ser el modelo visual de alguien. Hoseok era reconocido por su talento para bailar, no porque fuera uno de los chicos más atractivos del instituto y la mirada que le proporcionaba la chica le hacía sentir como uno.

—Lo lamento, es solo que...es extraño tener que estar sostenido las margaritas mientras algunos mosquitos intentan entrar en mi camiseta.

Young Ji sonrió apenada por haberle pedido que desabrochara los primeros dos botones de su camisa para que sus clavículas se notarán con mayor profundidad y consiguiera una mejor nota con el retrato. Aunque la distrajera de vez en cuando aquel extra de piel expuesta, Young Ji había tomado su papel de ilustradora muy enserio, ya que aquel retrato sería parte de su portafolio para aplicar a alguna de las tres becas para las que había planeado postularse.

—Lo lamento, Hoseok... quizá debería tomar una foto y seguir dibujando la imagen en casa. Llevamos más de dos horas aquí y me preocupa tu condición.

Young Ji dejó su block de dibujo y se acercó al chico con la intención de secar el sudor de su frente, pero se vio interrumpida al sentir las manos del pelinegro rodeando su cadera.

—Solo quería que dejaras de fruncir el ceño todo el tiempo Young Ji. Tómalo con calma, sé qué harás un excelente trabajo. —sonrió mostrando los pequeños hoyuelos que se formaban a cada lado de sus mejillas. Facciones que hicieron que la chica terminara por sonreír. Acercó sus manos a los mofletes de Hoseok, pero aún con duda se detuvo a preguntar.

—Hobie... ¿Puedo...p-puedo tocar tus hoyuelos?

Él chico soltó parcialmente el agarre que tenía sobre su cadera y asintió entre divertido y sorprendido. Jamás en sus dieciocho años de vida había sentido esa emoción invadir cada músculo de su cuerpo, por más que el baile le había proporcionado infinidad de sensaciones, la que tenía con Young Ji superaba a todas. Sentía chispas por todos lados y un extraño cúmulo de nerviosismo al estar cerca de ella.

—Perdón, me escuché como una loca ¿verdad?

La chica se alejó por completo de Hoseok y cogió su bolso en conjunto con el block de dibujo. Sentía las mejillas calientes y se culpaba mentalmente por haber hablado de más. No paraba de decirse "por qué lo has hecho Young Ji...ahora Hoseok pensará que solo te gusta su físico"

No fue hasta que sintió cerca de su espalda el cuerpo de Hoseok quien había entrelazado sus brazos sobre su cintura y había recargado el mentón sobre su hombro. El tacto la hizo respingar, pero aun así no se alejó ni un centímetro...pues estar cerca de él la hacía sentirse más viva y feliz que nunca.

—Me sorprendió que me llamaras Hobie...además, nunca nadie antes había mencionado mis hoyuelos. ¿Crees que son lindos? — murmuró muy cerca de su oído. La chica asintió mecánicamente. No podía respirar con normalidad, pero aún así amaba tenerlo cerca.

—Muy lindos...

El chico sonrió de oreja a oreja y besó fugazmente la mejilla de Young Ji quien saltó de la sorpresa y sintió el rostro completamente caliente. Ese era el efecto Jung Hoseok, Young Ji se encontraba en las nubes si es que conseguía alguna atención de su parte.

El pelinegro la liberó del abrazo y volvió a colocarse en la postura en la que había estado por las dos horas anteriores.

La castaña suspiró liberándose de aquellas mariposas que revoloteaban en su estómago y se propuso a volver a su faceta profesional por al menos una hora más. Tendría que terminar el boceto inicial o estaría en serios problemas con los tiempos de entrega.

Hope World + jhs Donde viven las historias. Descúbrelo ahora