01

877 98 27
                                    

— ¿Otra vez estás viéndolo? Agh...actúas como una stalker.

—Shh... — le cortó Young Ji a su hermana menor. Ella más que nadie sabía que se estaba comportando como una completa fanática, pero era muchísimo su miedo como para acercarse al chico. —Lo sé, deja de repetirlo.

La menor rodó los ojos y continuo bebiendo de su malteada de fresa.

—¿Ya viste sus zapatillas? Le dan una mejor imagen — chilló Young Ji codeando a su hermana para que volveara a la dirección donde se encontraban el pelinegro y sus amigos.

Ha Yi miró a su hermana con desaprobación e ignoró por completo la petición que le había hecho. La menor le miraba con reproche pues no había conseguido hacerla entrar en razón con respecto a Jung Hoseok, ya que por más que había intentado persuadirla para que hablara con él Young Ji siempre terminaba por evadir cada una de sus sugerencias.

—Estás en tu último año, creo que es tiempo para que al menos le digas un hola ¿no? — propuso Ha Yi con aún un poco de esperanza.

Deseaba que al menos su hermana pudiera saludar al pelinegro por los pasillos de la escuela. Quería que dejara de fantasear y conoceria realmente el tipo de chico que podia ser él. Ya no quería escuchar más frases que iniciarán con un "me gustaría" de su parte.

Young Ji le miró con pesar. Ella sabía perfectamente el escaso tiempo que restaba para que culminara su estadía en la escuela media, pero por más que había intentado acercarse a él, claro que, de una manera no tan obvia, no lograba hablar. Era como si estar en un radio de tres metros cerca de él la dejara sin voz.

—Ya sé, deja de arruinarme mi estado de ánimo. Solo bebe de tu malteada y déjame tranquila. — a pesar de que había sido dura con sus palabras, era imposible que se molestara realmente por algo como eso.

Lo único que Young Ji deseaba era que Hoseok le conociera de una manera espontánea, no con jugarretas de las cuales Ha Yi le había comentado tiempo atrás.

—Quizá no es tan lindo como lo idealizas. No sabrás nunca si de verdad es el dulce y talentoso Hoseok con el que siempre fantaseas. — murmuró Ha Yi con desdén y cogiendo su móvil inicio a teclear el sin fin de pensamientos que tenía en la mente, pero que prefería guardarlos para no lastimar más a su hermana.

A pesar de que Young Ji era la mayor, la mayoría de las veces actuaba como alguien al que tenías que proteger.

—Sabes que lo he intentado... incluso probé una semana en el club de baile aún sabiendo que no era precisamente mi fuerte, no conseguí ni siquiera mencionar un hola. Es como si me quedara paralizada.

Rcordaba aquella temporada en la que había cambiado de club al de baile urbano y había conseguido un esguince de segundo grado en su pulgar. Hasta la fecha no sabía ni ella cómo se lo había hecho.

—Si, pero...estás en esta posición porque no has aceptado nunca mi ayuda, podría ir y hablarle un poco y a los dos días ustedes ya serían amigos— soltó un bufido viendo directamente a la mueca que estaba formando Young Ji por su idea y negó sin poder creer que su hermana continuada siendo testaruda.

—No, tiene que ser algo menos obvio. Te lo he dicho— espetó bajando la mirada.

—Estoy cansada de que no hagas nada. Te aseguro que lo estas idealizando demasiado. ¡Tienes un problema llamado Jung Hoseok! — gritó Ha Yi tomando su malteada de fresa y dejando a su hermana en la mesa del jardín en la que siempre tomaban el almuerzo.

Young Ji sintió un nudo en el estómago por la actitud de su hermana, aunque no pudo negar que todo lo que había mencionado Ha Yi era verdad. Hoseok era su único y más grande problema. ¿Cómo había terminado siendo tan dócil por un chico que ni siquiera reparaba en ella? ¿Por qué no tenía el valor para dirigirle al menos algunas palabras?

Hope World + jhs Donde viven las historias. Descúbrelo ahora