// Fanfic SasuSaku ✖ Nuevas Especies//
Libro #1
El 876 fue genéticamente valorado como "Defectuoso" así que el científico Japones a cargo, el Doc. Haruno decide sacrificarlo pero algo le hace arrepentirse y decide escapar con el a Japón para hacerlo...
Era más de media noche cuando parqueo su carro a las afueras de las instalaciones de Mercile y recordó las últimas palabras de su esposa. Ella había muerto en el parto, odiandole y su hija aún estaba en el cunero luchando por su vida, sin esperanzas.
Había prometido que si su hija vivía, dejaría Mercile y salvaría una vida. Tal y como debió hacer desde un principio antes que la propia vida le cobrará con la pérdida de su esposa.
La vida era justa, ojo por ojo y diente por diente. Durante cinco años le había arrebatado de los brazos a muchas mujeres sus bebes sin conciencia alguna y ahora la vida le arrebataba la vida de su esposa sin que ella pudiera ver crecer a su hija. Ahora que sabía eso, hizo un pacto con la vida.
---Doctor Haruno---le saludo el policía extrañado de verlo muy tarde por las instalaciones.
El salió de sus pensamientos y le sonrió con hipocresía. Trato de aparentar que todo estaba bien, aún que nada de eso fuera cierto.
---Olvide unos archivos para la reunión del Lunes, ya sabes lo estrictos que son los del gobierno.
El policía bufo pero asintió dejándolo pasar.
El se dio la vuelta y cerró los ojos pero eso le duró muy poco al ver que el policía se daba la vuelta. Se tenso involuntariamente pero no dejo que eso traspasará su máscara de serenidad.
---Supe que nació tu hija, muchas felicidades. Mebuki y tú deben estar muy contentos.
El no sabía cómo se habían enterado pero al parecer no se habían enterado de todo. No estaba para explicarle que su esposa haba muerto y que su hija estaba prematura. Así que solo le dio las gracias y continuo.
Camino por el pasillo con mucha calma y luego entro casi corriendo a su oficina. Tomo todos los archivos que investigaba para la creación de los humanos con ADN alterado y los hecho a la basura. Luego prendió un cerrillo y los quemó haciendo que tuviera que abrir la ventana para que la alarma contra incendios no se encendiera.
El había sido el creador de esos humanos alterados con ADN animal, y como no quería seguir cargando la culpa de mal que había hecho. Estaba dispuesto a desaparecer su trabajo de años, así Mercile solo podría explotar a los que ya tenía. Ya que no tenía las fuerzas para matarlos. Con suerte ellos vivirían solo cincienta años, ya que nadie podía sobrevivir tanto tiempo a las pruebas que pensaban hacerles.
Lugo camino a su escritorio y borro todos los archivos de su computadora y saco el disco duro para que nadie intentará recuperar su información. La llama para ese momento estaba alta, provocando que el humo manchara las paredes blancas de su oficina.
Si no se apuraba, era muy probable que alguien se diera cuenta y buscarán el origen.
Tomo también los expedientes de los niños creados y uno por uno fue tirándola al fuego, borrando así su herencia genetica. Uno de los expedientes llamó su atencion, era el 876. El era un caso fallido y por lo tanto no tenía esperanzas de sobrevivir. Era muy probable que alguien más terminaría lo que el no habia hecho.
Desde el principio había tenido un choque con el infante pero no podía olvidar el día que había nacido, tampoco había olvidado la mirada de su madre al ver como le arrebataban al bebé de sus brazos. El 876 había sido uno de sus experimentos más costosos y se negaba a dejarlo. Quizá podía seguir estudiando su progreso desde su casa y así podría seguir investigando solo para su propio beneficio.
Tomo las llaves y camino a las celdas. No entendía porque lo estaba haciendo pero no podía dar marcha atrás. Entro a la jaula de el 876 sin hacer ruido para evitar que los otros niños despertaran y lo vio. El niño tenía una venda en alrededor de su cabeza y varias heridas en su rostro.
Había sido muy duro con el y lo había golpeado como si fuera un adulto. Era muy extraño que viviera después de eso pero tampoco le sorprendía. El niño apenas si se movió cuando se lo echo al hombro y tomo una pistola de dardos por si se ponía agresivo en el camino, aún que lo dudaba. Se veía muy mal.
La alarma lo saco de sus pensamientos, dándose cuenta que ya no había marcha atrás. Salió por la puerta de emergencia y se escabulló por los jardines. El policía que custodiaba la entrada aún no lo había visto, así que saco la pistola de dardos y le disparó. El policía cayó de espaldas y el corrió hacia su camioneta.
Tiro al niño en el sillón delantero y se subió. Su camioneta casi rugió cuando emprendió la marcha y n isiquiera le importó tirar la puerta de la entrada con tal de escapar. Escuchó las patrullas policiales a lo lejos y decidió acelerar la marcha. No había pasado ni dos minutos cuando su celular sonó en su bolsillo. Por un momento penso en no contestar pero algo lo hizo sacar su teléfono y colocarlo en su oreja quedando atrapado entre su hombro y su cabeza.
---Si
Dijo esperando que alguien le grita a través de la línea, ¿Que diablos estaba haciendo? Pero jamás espero que fuera la voz del doctor. Su hija había salido de los cuneros y su condición era satisfactoria. Podían darle de alta por la mañana.
El por supuesto no tenía tiempo para esperar esperar el alta por la mañana, así que simplemete se desvió del camino y fue directo a buscar a su hija. Los planes iniciales habían cambiado y ahora sólo quería escapar con ella bien lejos pero para ello tendrían que llevar también al 876.
Busco a tientas su teléfono y llamo a su avión privado. Saldrían en dos horas con rumbo hacia Japón y no volverían nunca. Tenían una mansión del otro lado del mundo en una pequeña aldea llamada Konoha. Se había prometido que no regresaría nunca pero dadas las circunstancias nadie lo buscaría en ese lugar. El no era japonés como la madre de 876 pero amaba ese lugar y nadie lo sabía.
Recogió a su hija Sakura a pesar de que el médico le daría el alta por la mañana y llegó media hora antes a su avión. El piloto lo saludo cuando salió del vehículo y lo felicito por el nacimiento de su hija. Luego le pregunto por sus maletas y el le dijo que sólo le ayudará a subir al niño que traían en el asiento delantero.
El piloto no pregunto nada y menos cuando vio el rostro extraño del infante. Simplemete lo subió y lo acomodo en uno de los asíentos cómodos. El señor Haruno estaba tan ocupado cuidando a su hija que solo le indico que abrochara bien el cinturón del infante para que no intentará escapara cuando despertar. Aun que por la condición de su heridas, dudaba que lo hiciera...
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Espero que pasen una bonita Navidad, mis mejores deseos...
Lia Diso 🎄
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