5 Años después...
El doctor Haruno caminaba de un lado a otro, desconsolado. Había esperado que el ADN del 876 mezclado con un gran león negro funcionara igual de bien cómo había funcionado con el ADN de pantera que había en la sangre del otro niño mixto.
Le había costado una fortuna conseguir el ADN de un legítimo de león negro en las profundidades del África y había tenido que sobornar a mucha gente para sacar un ejemplar así de la selva. El león negro tenía las defensas más altas de todos los felinos que había conseguido para los experimentos y era inmune a un sin fin de enfermedades que mataba a los seres humanos. Se había quedado boca abierta al ver los estudios realizados con el ejemplar. Pero simplemete el 876 se debilitaba con el tiempo, no había aprendido a leer, cuando la mayoría de machos y hembras. Cada día el infante se volvía más salvaje y sus ojos dejaban entrever la poca humanidad con la que había nacido.
Ahora tenía que tomar una decisión, no podía simplemete dejar pasar otros años para ver si respondía. El gobierno les había dado un plazo de 20 años para tener resultados y ya iban por los 10. Debía sacrificarlo para dejar un precedente a sus colegas.
El Doctor Haruno respiro profundamente y tomo el arma que guardaba en el cajón superior de su gabeta. Se puso en pie y camino por los pasillos de la instalaciones de Mercile hasta que llego al área de jaulas, donde casi vivían los infantes. La mayoría de jaulas estaban vacías porque era la hora que salieran a aprender y a hacer deporte.
Las jaulas estaban ordenadas, la cama estaba arreglada y los estantes apilaban ropa doblada y juguetes. Algunos hasta tenía libros. Eran niños sumamente inteligentes e independientes, se sentía orgulloso de ellos hasta que pensó en lo que les deparaba en el futuro.
Levantó la cabeza y se negó a sentir pena por ellos y continuó hasta la última jaula. La luz que alumbraba la estancia estaba dañada por el mismo 876 así que prendió la luz del pasillo para ver su interior. Se obligó a mantenerse sereno al ver la habitación totalmente desordenada, los juguetes rotos y el pequeño leon hecho un ovillo cerca de una esquina. No había probado bocado y las moscas empezaban a juntarse encima del plato de carne casi cruda.
Chasqueo la lengua y busco entre sus bolsas las llaves. Luego abrió la reja y entro. El doctor se tomó un minuto para observar las paredes de hormigón y los barrotes. Luego bajo la vista y sus ojos se toparon de lleno con los ojos negro azabache de el 876.
El Doc. Haruno le sostuvo la mirada y camino un paso hacia el haciendo que el niño enseñará sus colmillos y siceara. No se inmutó y siguió caminando hasta el, el niño le gruñó con más ganas pero eso lo evitó que el lo tomara sin lástima del cuello de la camisa y lo levantara.
—Mas te vale que te comportes o—saco de su bolsillo un taser y se lo mostró. El niño agacho la cabeza pero su rostro no cambio de expresión, estaba a la defensiva. El niño de cinco años ya estaba familiarizado con el aparato de tortura por sus infinitas faltas pero parecía no aprender.
Lo saco de la jaula sin soltarlo y lo hizo caminar de regreso. Algunos de sus colegas levantaban la mirada sorprendidos y otros solo volvían a sus trabajos al verlo pasar, ellos sabían que había llegado el momento y no había vuelta atrás.
El aire golpeó sus rostros cuando salieron fuera del edificio y sin decir ni una sola palabra le dio la vuelta al edificio y se adentro en el bosque. El niño trato varias veces de soltarse de su agarre pero aún no era lo suficientemente fuerte para hacerlo, algo le decía que el niño presentía su destinó.
Por varios minutos caminaron hasta que llegaron a un claro. Había un gran agujero en la tierra y eso solo alarmó más al infante haciendo que chillara y rugiera.
—No tengas miedo—Susurro el médico con su típica voz fria—Todo terminara pronto.
El niño abrió los ojos y se dio la vuelta para clavarle las uñas en el brazo. El médico tuvo que morderse el labio inferior para no gritar de dolor mientras las cortadas ensuciaban de sangre su bata blanca con su sangre. Tomo con más fuerza al niño y lo aventó al suelo.
El niño tropezó pero no tardó en caer de rodillas al suelo, las lágrimas corrían por su rostro pero no podía levantarse. Sus pequeñas rodillas temblaban y su corazón palpitaba muy rápido hasta el punto de hacerle daño.
—Eres un pequeño demonio pero hasta aquí llegaste.
Tomo el taser de su bolsa y lo coloco en sus espalda. El niño grito de dolor y cayó totalmente al suelo. La descarga eléctrica lo dejo temblando pero el médico no se quedo satisfecho. Volvió a acercar el taser y otra descarga atravesó su pequeño cuerpo, el infante grito y suplico que se detuviera pero el médico solo reía.
Así pasaron largos minutos, El niño cerró los ojos y trato de concentrarse en otras cosas hasta que la corriente eléctrica solo fue capas de dejar su cuerpo hecho gelatina.
—Eso es pequeño hijo de puta, así me gustas. Flojito y cooperando.
El niño gimió bajito con mucho dolor pero no se movió. Ya no tenía fuerzas para nada más que para llorar.
Saco su arma y le apunto.
—¡Adios 876!, ¡Nos vemos en el infierno!
El niño olió el arma y cerró sus ojos esperando que el el dolor atravesará de nuevo su cuerpo. Ya había visto como una cosa de esas mataba a un médico que le solía cuidar con ternura pero no espero que su turno llegará. Que amenazó con contar toda la verdad, aún que no sabía a qué verdad se refería.
Un ruido extraño rompió la burbuja y escuchó como el medico sacaba otro artefacto de su bolsillo. Era molesto y sabía que el médico pensaba lo mismo.
—¡Hola amor!
Las lágrimas se escucharon a través del teléfono.
—¡Eres un hijo de puta!
—De que hablas mi amor—el Doc. Haruno rodó los ojos—No me digas que te llegó un nuevo chisme, ya te he dicho que no les hagas caso. Yo solo tengo ojos para ti.
—¡No volverás a vernos!, ¡Te lo juro!—Pudo oler el miedo del médico.
La voz de sus esposa se escuchó a través de la línea pero también se escuchaba muy cerca de el.
El rostro del médico se puso pálido y se dio la vuelta. Una mujer de cabello rubio la veía a unos pocos metros, su mano estaba encima de su vientre protectoramente y su ojos estaban llenos de rabia y lágrimas.
—¡Mebuki!—pronuncio caminando hasta ella pero ella se hizo hacia atrás.
—Asi que esto era lo que tenía ocupado, esos son los experimentos de Mercile.—ella apunto al niño tirado en el suelo casi inconciente.—Todo es verdad, los robos de niños de los brazos de madres que se volvieron locas o desaparecieron, los estudios, los niños con características diferentes.—¡Dios me he casado con bastardo!
—¡No es lo que parece!
—Entonces que diablos haces torturando a un niño para luego matarlo.
—El...—no tenía palabras para explicárselo sin que sonara mal.
—Salio defectuoso y no te sirve.—Las lágrimas rodaron por el rostro de ella.
—¡Mebuki!
—No quiero saber nada más de ti
Mebuki se dio la vuelta pero solo había caminado unos cuantos pasos, cuando sintió un fuerte dolor en su vientre. Se llevó sus manos a su vientre y se dobló de dolor.
—¡MEBUKI!—Grito corriendo hacia ella pero ella trataba de zafarse de su agarre, ya no quería saber nada de el y estás sumamente asustada. Tenía sólo siete meses de embarazo y podía sentir el sangrado en sus piernas correr.
—Si pierdo a mi bebe, no te lo voy a perdonar...
🍅🍅🍅
¿Que les parece capítulo doble por Navidad? Ya que estamos a la vuelta de la esquina...
Que lo disfruten pero no se olviden de decirme qué tal les pareció...
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Sasuke
Hayran Kurgu// Fanfic SasuSaku ✖ Nuevas Especies// Libro #1 El 876 fue genéticamente valorado como "Defectuoso" así que el científico Japones a cargo, el Doc. Haruno decide sacrificarlo pero algo le hace arrepentirse y decide escapar con el a Japón para hacerlo...