Capítulo #8

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Su padre había salido temprano un día sábado, para hacer algunos mandados según el, pero ella no le creía luego de ver las marcas de labial rojo en sus camisas y el olor a perfume de mujer. Le había dicho que se tardaría varias horas y que no lo esperara a comer.  Tuvo que ocultar una sonrisa y parecer decepcionada al escuchar sus palabras, pero esperaba que volviera hasta muy tarde como lo hacía otros sábados. Tenía muchas ganas de volver a ver a ese chico de increíbles ojos negros que la atormentaba en sus sueños.

El sonido de la puerta le saco de sus pensamientos. Corrió escaleras abajo y tocó giro la perilla que llevaba al sótano.
Llevaba ya varios días sin poder ver a 876 por qué su padre parecía no querer marcharse de su casa. Cómo si supiera que en cualquier momento ella bajaría a comprobar que no había soñado con el. El corazón le latía sin saber por qué pero pretendía que era por la emoción y adrenalina que llevaba consigo, lo que pensaba hacer. No todos los días descubría un gran secreto de su padre, que por supuesto le causaba mucha curiosidad.

Se colocó un par de jean y una sudadera para estar cómoda. Tomo una respiración y tomo el pomo de la puerta del sótano. ¿Que escusa le daría por estar alli?¿Que pensaría el al verla?¿Estaría molesto de la última vez que se había visto? Quizá lo mejor que podía hacer es tener una escusa para bajar al sótano pero nada se le ocurría. Su padre había dejado en claro que nada en el sótano tenía que le gustará, le había dicho que el sótano era un lugar sucio, lleno de cucarachas y de bichos poco agradables, probablemente no le había mentido en eso pero la había engañado para evitar que conociera a su experimento y ella no permitiría que siguiera sucediendo. Encontraría una manera de sacarlo pero a la vez algo dentro de ella no quería dejar de verlo.

Su celular la saco de sus pensamientos y con una maldición que su padre reprenderia, retrocedió en sus pasos y saco el celular. El nombre de Ino brillo en la pantalla y aún que se moría por verlo. No podia, no responder después de dejarla abandonada en la fiesta de la última vez.

---¡Ino!

---Hay una fiesta y Sasori estará allí. Las malas lenguas dicen que dejó a su novia y anda preguntado por una chica de ojos verdes y cabellos rosas.

---¿Que dices?

---Tienes que venir y demostrarle que tú eres la persona que ha estado buscando. Vamos Sakura has soñado por esto muchos años desde que llegó al colegio.

Sakura se mordió el labio inferior y miro la puerta que lo llevaba con Sasuke, por alguna extraña razón, en estos últimos días ha no había pensado en Sasori, en su cabello rojizo y sus ojos color lavanda. Solo había pensado en el chico de ojos negros que su padre usaba como experimento. Si se era sincera, el chico era una belleza.

---¡Sakura! ¿Estás allí?

---Si pero no creo poder ir, ya sabes mi padre está en casa y no creo que deje que me vaya---le mintió y se sorprendió de si misma.

---¿Que?, No sé supone que los fines de semana el nunca está.

Sakura suspiro

---Tenia trabajo, me imagino. Nos vemos el lunes Ino, Que disfrutes la fiesta.

Sakura colgó sin esperar una respuesta de su parte y suspiro derrotada mientras se dejaba caer al suelo. Aun no comprendía que la había llevado a mentirle a Ino y luego pensó en Sasori. Se suponía que era el chico de sus sueños pero ahora apenas si había pensado en el en los últimos días.

Recordaba la primera vez que había visto a Sasori. Un niño super guapo que le gustaba darle flores silvestres en el la escuela y con el que se habían jurado que estaría juntos para siempre, pero todo cambio cuando el creció y las miradas de las chicas lo separaron de ella. El se convirtió en el chico más popular de la escuela y ella paso a ser un cero a la izquierda que fue olvidando por tener siempre una nueva conquista.

Le había pasado en la cara a las chicas más guapas, a las más populares y le había dejado de hablar pero un día eso cambio. A sus quince años había florecido y su cuerpo empezaba el proceso que muchas chicas ya habían pasado. La miradas a su alrededor habian regresado y con ello la atención de Sasori pero el tenía novia, hasta hace unos días.

Algo dentro de ella sentía euforia, qué por fin tenía la atención de Sasori, más algo de el amor que le tenía se había esfumado, empañado por su propio desprecio. Quizá todo lo había hecho para demostrarle que nunca debió hacerla a un lado y buscar nuevos horizontes en otras chicas. Ahora que tenía su atención ya no era su prioridad y prueba de ello sería la locura que se le había ocurrido en ese momento.

Se puso de pie rápidamente y abrió la puerta, dando un portazo al cerrar. Bajo las gradas con una sensación de felicidad en su pecho y luego corrió entre la ocurridas hasta que encontró los barrotes oxidados de la celda. Rápidamente comenzó a buscar un interuptor para poder ver algo más que sus dedos tocando los barrotes.

---¿Que haces aquí?---escucho nuevamente la voz indiferente del chico a través de los barrotes.

---¿Busco el interruptor?, Ya sabes la luz para poder ver algo.

---Tienes que irte

Otra vez esas palabras, es que acaso le tenía mucho miedo a su papá.

---El no volverá hasta mañana---le aseguro aún que ella no estaba muy segura de ello pero ya que la última vez había llegado el siguiente día y muy borracho con un olor a mujer. Esperaba que por primera vez fuera así.

Encontró el interruptor en la pared y las luces se encendieron haciendo que pudiera observar el sótano a su total gusto. Un jadeo se escapó de su boca al verlo sentado en su cama con el torso desnudo, sus músculos se marcaban perfectamente y su piel bronceada le secó la boca. Su cabello negro caía suelto por su espalda y sus manos picaron con el deseo de tocarlo solo para dejar en claro cual sería su textura. Sus rasgos extraños le hacían ver diferente pero con una belleza remarcable. Sus labios eran gruesos y apatecibles y sus ojos profundos de un color negro brillante parecían atravesar su alma buscando alguna respuesta.

Era el ser más impresionante que hubiese visto en la vida y joder esos pies desnudos no parecían para nada pequeños. Sus manos también eran enormes y si hablaban de su altura. Estaba con la boca abierta y sus mejillas enrojecieron cuando lo vio levantar una ceja. Era obvio que lo había estado observando sin ningún tipo de escrúpulo.

Sakura se aclaró la garganta y trato de tragar pero era imposible viendo a un dios griego bajado del Olimpo. Tampoco podía pasar por alto que el le llevaba unos pocos años más.

---¿Ya comiste?---le pregunto

El chico asintió, le habían llevado la comida muy temprano. Una porción doble de carne, que el doctor había tirado en el suelo luego de haberse molestado por haber roto el plato unos días antes y le había golpeado con un cinturón hasta que se cansó. Su espalda estaba dolorida y por ello no se había puesto una playera. No esperaba que ese día Sakura bajará a buscarlo y menos que se sorprendiera al verlo con el torso desnudo y con la brillante luz. Esperaba que no le causará repulsión su aspecto descuidado. Pues si se había bañado pero el lugar dejaba mucho que desear.

Sakura procedió a soltar un gancho sandino de su cabello nuevamente y empezo a trabajar en la cerradura. En menos de dos segundos había logrado abrirla y procedió a abrir la reja. Ella no parecía querer alejarse de el y en su olor tampoco pudo detectar el miedo.

Sus manos temblaron al hacerlo pero su mente le guiaba que continuara, pero se detuvo y estiró su mano con la palma abierta.

---¿Quieres salir conmigo?

---¿Quieres salir conmigo?

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Sasuke Donde viven las historias. Descúbrelo ahora