Sasuke

Capítulo #24

El silencio de Sakura era frustrante, solo ella se guardaba el dolor que sentía al verlo así.

—¡No es lo que parece!—le grito Sasuke levantándose de la cama de un salto pero al estar desnudo tubo que buscar algo en el suelo para tapar su hombría pero no había nada más cerca que el libro que Sakura le había regalado y sin pensarlo se lo coloca adelante.—¡Sakura!

Sakura ni se inmutó al ver la perfección de su cuerpo, musculoso en las partes claves y solo cubierto por un libro. ¿Que tan patético podía ser eso? Si no fuera por la situación posiblemente se reiría a carcajadas.

—No quiero volverte a ver—murmuro Sakura y eso provocó que a Sasuke se le partiera el corazón. ¡Ya no lo quería ver!

Bajo la mirada pensando en una manera de explicarle la situación pero como podía comprobarlo que no la había tocado de esa manera que pensaba.

Sakura se dio la vuelta y corrió hacia la salida.

—¡Sakura!—Grito desgarradoramente Sasuke al ver que la pérdia.—¡Escúchame!

Sakura no regreso y solo escuchó como la puerta del sótano se cerraba.

—¡Porfavor amor mío! ¡Escúchame!—susurro.—¡SAKURA!—Volvió a gritar no importandole que alguien más escuchara o hasta que el Doctor Haruno se diera cuenta y con ello hasta intentará matarlo.

Una mano tibia se poso en su hombro pero este calor no le provoco nada que no fuera dolor, pues quiera o no intentar ayudarla le había salido muy caro. Había perdido a la pelirosa pero se negaba a creerlo. Se quitó la mano de Karin y golpeó los barrotes con toda su fuerza pero ellos no cedieron.

Luego se dio la vuelta, tiró el libro a pesar de que con ello se quedaba totalmente desnudo y comenzó a romperlo todo. Destrozo el colchón con sus filosas uñas, las lámparas con los colmios hasta que las plumas volaron como pequeñas mariposas, luego destrozo a paradas la cama de madera y está se quebró en miles de pedazos antes su moustrosa fuerza.

—¡Detente!—le grito Karin con lágrimas en los ojos pero este solo le ofreció una mirada animal para dejarle claro que no pensaba detenerse así que se acurrucó en un rincón de la celda donde podía ver la destrucción en su máxima expresión.

Sasuke continuo destrozando cada cosa que había en su jaula, el banco que tanto le gustaba lo tiró a los barrotes y este se hizo añicos. Aun no estaba satisfecho así que comenzó a romper  su ropa y fue allí cuando se dio cuenta que continuaba desnudo frente a la mirada aterrada de Karin.

Verla solo le provocaba ese sentimiento negativo de pérdida pero ella no se merecía eso. Rápidamente tomo unos pantalones cortos y se los coloco, luego destrozo todo y al final no quedó nada, solo una jaula destrozada y miles de pedazos de tela y plumas volando.

Aun así y a pesar de sentir cada músculo de su cuerpo arder por el inminente alboroto. Su corazón no dejaba de doler así que para escapar un poco, rugió como un león enjaulado que bien pudo haber alertado a todo el vecindario de una mascota fuera de lo común. Nunca antes lo había hecho pero hacer aquel sonido tan natural le dio a entender aun más de su ADN mezclado.

Horas más tarde la puerta del sótano se abrió dejando pasar al Doctor Haruno que se tomó su tiempo en llegar a la jaula, ya que quería encontrar a su mascota infraganti pero eso no fue lo que encontró.

—¡876!

La voz del Médico inundó la habitación, no parecía molesto pero tampoco estaba complacido del pequeño desastre.

—¡876!—Repitio poniendo énfasis en su numeración.

Sasuke se levantó de un rincón y a pesar de que no tenía ganas de hablar con nadie, lo enfrentó.

—¡Has ocasionado un gran desastre solo por montar a una hembra! Ojalá que el trabajo ya este hecho así tú mismo podrás pagar por el desastre y si es así. Te recompenzare.

No lograba entender su ganaba de todo esto pero había logrado su propósito al final de todo. Que el pensara que si había montado a la hembra era suficiente motivo para que la sacra de allí.

—¡Sacarla de aquí!

El Doctor Haruno levantó una ceja. ¿Acaso no quería pasar más tiempo con ella? Bueno era probable que la hembra no se hubiese dejado y que a eso se debía el desastre.

—¡Esta bien! ¡La sacaré de aquí!—dijo abriendo la reja y haciéndole una señal a la hembra para que se levantará del suelo y lo acomoañra.—Fue una buena elección haber sacado a Sakura de aquí o no podría explicarle los gruñidos ni el escándalo que debió haber sido romper todo esto. Solo espero que el vecindario no se halla escuchado nada.

Tarde pensó Sasuke para si mismo pero no sentía pena por el vecindario. Lo único que podía sentir era que Sakura lo hubiese malinterpretado todo y no lo quisiera volver a ver más.

El médico salió de allí, llevándose con sigo a Karin que parecía no querer irse a pesar de todo lo que había visto destruir a manos de Sasuke. Ya sabía que las especies amaban con todas sus fuerzas pero verlo a el, dependiente de esa hembra le confirmaba todo.

—¡Adiós 876!—se despidió Karin esperando que el se arrepintiera de su decisión y la dejara quedarse peor so no paso.

Mientras tanto Sasuke caminaba como un gran gato enjaulado en su celda, sin poder conciliar el sueño y esperando que el doctor se fuera a dormir para salir de su celda. El médico tardó bastante en irse a dormir al punto de querer arrancarse los cabellos pero en el momento que cerró su habitación y se metió en su cama. El médico concilio rápidamente el sueño y esa fue la señal que Sasuke necesito para buscar la llave dentro del libro.

Levantó el libro del suelo encantado que a pesar de su rabieta, el libro no lo hubiese alcanzado.  Procedió a limpiarlo de plumas y escombros y luego busco entre sus páginas la llave pero está no aparecio. Un mal presentimiento mancho su alma y así comenzó a buscar por la destrozada habitación aquel pedacito de metal brillante que le podría ayudar a recuperar a Sakura.

—¡No puede ser cierto!—Gruño por lo bajo tirando escombros por todos lados en busca de la llave. Esta no apareció y así exhausto se dejó caer al suelo frío sin tener la certeza de que podría recuperar a Sakura.

Ojalá las cosas hubiesen sido distintas y Sakura no hubiese regresado tan temprano. Volvió a rugir en mitad de la noche por qué el dolor no lo dejaba en paz y así fue como el Doctor Haruno despertó y corrió escaleras abajo.

—¿Acaso pretendes que mi hija te escuché?

—¡Sakura!

El médico abrió los ojos furioso y levantó sin pensarlo una pistola que conocía muy bien.

—No vuelvas a mencionar a mi hija bestia inmunda.

Pronunció antes de disparar la pistola con el dardo tranquilizante haciendo que Sasuke gimiera y cayera al suelo inconciente...

...

Askdnkdkd

¿Alguien más quiere matar  médico?

Yo sí y espero escribir una muerte digna para alguien sin corazón pero aún no ha llegado ese momento.

Espero que no hallan llorado mucho con el capítulo y nos vemos pronto

Besos y abrazos.
Lia Diso 🇬🇹