El día del cumpleaños de Oikawa finalmente llegó y Yamaguchi no podía estar más ansioso, su padre por fin lo había dejado salir a otro reino. Se despertó muy temprano e incluso se alistó lo más temprano que pudo, realmente estaba ansioso. Y todos lo notaban, desde los sirvientes hasta los guardias reales.
— Pareces muy ansioso. —Le dijo Tsukishima divertido una vez que ya se encontraban a bordo de la carroza real que los llevaría hasta el reino Aoba Jōsai.
— Claro que lo estoy. —Dijo con una gran sonrisa, pues se sentía de nuevo como un niño pequeño como cuando salió por primera vez al pueblo, solo que ahora sería a otro reino y sin su padre.
Yamaguchi en todo el camino no podía dejar de ver por la ventana, la ruta era completamente desconocida para él. Tsukishima se quejó de que iban muy lento, pero al moreno no le importaba, era capaz de estar las horas que fueran necesarias para ver el paisaje del exterior, además de que tenía un presentimiento de que iban lento porque su padre ordenó que fueran con suma precaución.
Fue después de un rato que logró divisar un reino a lo lejos, y estaba en lo correcto, mientras más se acercaban vio que efectivamente era el reino de Aoba Jōsai y al verlo, no pudo evitar hacer una sonrisa. Y cuando finalmente habían llegado a su destino no pudo esperar y bajo la carroza sin esperar a que el chófer le abriera la puerta, Tsukishima fue detrás de él, pues prácticamente había salido corriendo en cuanto llegaron.
El rubio avisó a uno de los guardias del reino quienes eran y este los empezó a guiar por el palacio hasta el jardín, donde ya había varias personas, probablemente de la realeza. Aquel guardia los guió hasta donde estaba el príncipe Tooru, que en cuanto vio a Tadashi se abalanzó sobre él.
— ¡Tadashi, viniste! —Dijo mientras lo abrazaba eufóricamente. — Claro que ibas a venir, si yo convencí a tu padre. —Se separó del abrazo para sonreírle y guiñarle un ojo. Tooru vio que el moreno no venía solo, era obvio que no lo haría, pero se le hizo curioso que viniera con alguien al que no había visto, pensó que el rey lo enviaría con Daichi o con Shimada, guardias de confianza y de muchos años en el palacio.
— ¿Quién es el cachorrito, Tooru? —Se escuchó una voz ronca a su espalda, volteó por curiosidad y reflejo, encontrándose con un chico alto, de cabello negro y ojos afilados, como los de un gato.
— Es Yamaguchi Tadashi, el príncipe de Karasuno. —Oikawa habló mientras se dirigía al pelinegro, para luego voltear con Yamaguchi. — Él es Kuroo Tetsuro, el príncipe de Nekoma.
— ¿El príncipe de Karasuno? ¡Vaya! Hasta que por fin lo conozco, siempre venía el rey. —Dijo el pelinegro mientras se acercaba al castaño y le extendía la mano en forma de saludo. Yamaguchi aceptó el saludo nervioso, era la primera vez que lo presentaban ante otros príncipes y estaba muy nervioso. Kuroo al ver como parecía tan nervioso se le hizo tierno y gracioso, por lo que no pudo evitar dar una pequeña risa. — ¿Por qué tan nervioso, Tadashi? No te voy a morder... Por ahora. —Habló divertido al mismo tiempo que se separaba de la mano del moreno y mientras mantenía una sonrisa de lado. Yamaguchi parecía sorprendido por lo dicho, pues desvió la mirada al mismo tiempo que agachaba ligeramente la cabeza, como si estuviera apenado.
— No molestes a Tadashi, si no ya no va a querer venir. —Oikawa trató de detener a Kuroo, él ya lo conocía y sabía que era así, pero probablemente el pecoso no estaría acostumbrado y por eso estaba nervioso. Pero antes de que Tooru pudiera hacer algo, el rubio con el que venía Tadashi lo jaló ligeramente del brazo alejándolo del pelinegro, cosa que no pasó desapercibida por nadie.
Kuroo no pudo evitar reír ante eso, pues no sabía quién era el rubio, pero por la forma en que lo miraba parecía que lo quería asesinar.
— Tranquilo, cuatro ojos. No era en serio lo de morderlo. —Dijo divertido viendo al rubio.Pero Tsukishima solo bufó y rodó los ojos, ese tal príncipe de Nekoma no le agradaba para nada y eso que acababa de conocerlo. Tooru tampoco le agradaba, pero al menos no molestaba ni hacía sentir incómodo a Yamaguchi.
— ¡Yamaguchi! —Se escuchó una voz chillona que se acercaba, los cuatro voltearon por reflejo para ver una cabeza naranja que se acercaba corriendo e iba en dirección al pecoso mientras tenía una gran sonrisa, pues Hinata parecía feliz de verlo.
Pero antes de que el pelinaranja pudiera llegar a donde estaba Yamaguchi, Oikawa lo detuvo y lo jaló del cuello.
— ¡Oye, enano! ¿Qué manera es esa de hablarle a un príncipe? —Regañó Tooru mientras lo miraba de mala manera y aún lo sostenía del cuello, pues no podía creer que un sirviente le hablara así a alguien de la realeza.— Tooru, está bien... Déjalo. —Habló preocupado y algo asustado Yamaguchi, pues no podía creer que Oikawa le estuviera hablando así a un sirviente.
Oikawa solo refunfuñó y soltó de mala gana al pelinaranja, casi empujándolo.
— Dile a Tobio que Tadashi está aquí. —Habló molestó y fue lo último que dijo para darle la espalda. Hinata solo hizo una reverencia e hizo como si nada, para luego irse casi corriendo.Yamaguchi se quedó atónito por lo que acababa de pasar, e incluso miró de reojo a Tsukishima, el cual aunque no era muy expresivo, sabía que parecía estar igual de asombrado ante cómo trataron a Hinata. Luego volteó a ver a Kuroo, pero este parecía indiferente, como si estuviera acostumbrado o si no le importara.
— ¿Por qué le hablas así a Hinata? —Preguntó preocupado al no poder creer lo que vio, pues Oikawa siempre fue amable con él y creyó que era así todo el tiempo.
Tooru volteó a verlo con la ceja alzada en señal de confusión.
— Es un sirviente, ¿cómo quieres que le hable? —Respondió desconcertado, pues para él era extraña la pregunta.Tadashi se quedó callado por esa respuesta, pues la respondió rápido y simple, como si fuera obvia la respuesta. Y eso fue lo que se le hizo más extraño, él jamás había tratado así a sus sirvientes, ni siquiera su padre los trataba así, ver que los trataran así se le hacía tan desconocido. Vio a Oikawa y Kuroo que hablaban tranquilamente, como si nada hubiera pasado, lo cual se le hacía más extraño, el no podría actuar normal luego de haberle hablado así a un sirviente.
Vio que Kageyama llegaba hasta donde estaban ellos y solo los saludó con una seña.
— ¿Qué pasa? —Preguntó el pelinegro dirigiéndose a Tooru.— Tadashi está aquí. —Respondió Tooru con una sonrisa y Yamaguchi cada vez creía menos que él que vio hace rato era la misma persona que miraba ahora mismo. — Y ustedes dos necesitan hablar. —Dijo mientras palmeaba la espalda del pelinegro y luego sonrió con Yamaguchi.
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Contigo
RomanceYamaguchi es un príncipe y Tsukishima un guardia real. [AU MEDIEVAL/TsukkiYama] SOFT Y FLUFF Haikyuu