Contigo

XIII

Ya que el rey pidió que regresaran antes del anochecer al reino, Tadashi aún podía hablar con su padre antes de que anocheciera.
La oficina de su padre era bastante grande, por lo que cuando entró a ella se sintió muy pequeño por alguna razón. Vio a su padre en el escritorio con la vista fija en unos papeles, pero cuando escuchó ruido de la puerta principal levantó la vista y al ver que se trataba de su hijo le hizo una seña para que se acercara.
— Tadashi, hijo. ¿Cómo estuvo el cumpleaños de Tooru? —Habló el padre de Tadashi sin apartar la vista de los documentos.

— Bien... —Dijo en voz apagada mientras se acercaba a pasos lentos al escritorio donde estaba su padre.

— ¿Pasa algo? —Preguntó el rey haciendo los papeles para un lado y fijando por completo la vista en su hijo.

El pecoso se sentó en una de las sillas frente al escritorio de su padre, se quedó callado unos segundos mientras apretaba un poco los labios algo nervioso.
— Papá... No me quiero casar con Tobio. —Habló lento pero decidido, y cuando terminó de decirlo levantó la vista para mirar fijamente a su padre.

El señor Yamaguchi no respondió al instante.
— Tadashi, creí que ya habíamos hablado de esto... Te dije que te tomaras tu tiempo para conocer al príncipe Tobio. —Habló en tono serio mientras cerraba los ojos y contenía un suspiro.

— Sí, lo sé. Pero ya tomé mi decisión y no me quiero casar con él. —Volvió a afirmar.

El rey dejó escapar el suspiro que contuvo hace rato.
— Aún faltan algunos años para que heredes el trono, puedes cambiar de opinión cuando el tiempo se acerque.

Tadashi solo miró incrédulo, porque no podía creerlo, ¿no planeaba decirle acerca del acuerdo? — De hecho estaba pensando en cederle mi título de rey a Kageyama. —Sus cejas se estaban empezando a fruncir, quería que lo tomara en serio. — Después de todo, si me caso con Tobio el reino prácticamente pasaría hacer de Aoba Jōsai. Pero si no me caso con él, Kageyama se haría cargo de el reino.

El rey abrió sus ojos con sorpresa y fijó su vista en su hijo al escuchar aquello.
— ¿Cómo te enteraste de eso? ¿Te lo dijo Tooru? Le dije que no te dijera nada al respecto... —Lo último lo dijo en voz baja y quejándose.

— ¿Tooru? ¿Esa es la razón por la que me dejaste ir al reino Aoba Jōsai? ¿Para qué considerara casarme con Tobio? —Lo miró incrédulo, pues no podía creer que lo hubiera hecho. Aunque ahora tenía sentido lo que dijo Oikawa acerca de que convenció a su padre de que lo dejara ir.

— Tadashi, eres mi único hijo y me gustaría verte heredar el trono, sé que tienes miedo de hacerlo solo... Por eso quería que lo hicieras junto a Tobio, y a la vez si algo sale mal al tener respaldo de Aoba Jōsai no habría problema. —Habló más calmado el rey, pues alterarse o enojarse no serviría de nada.

— Dijiste que estabas en contra de los matrimonios arreglados ¿Entonces por qué me quieres obligar a casarme con él? —Mentiría si dijera que no estaba empezando a enfadarse, pero es que no podía entender la lógica de su padre.

— No te voy a obligar a casarte con él... Solo te dije que lo consideraras como una posible opción.

— Y yo te dije que no quiero casarme con él, ¿qué tal si ya me gusta alguien? ¿Aún debería considerarlo como una opción? —Habló rápido y por impulso sin pensar mucho en lo que dijo, y cuando terminó apretó un poco los labios y su corazón empezó a latir rápidamente.

— ¿Te gusta alguien...? —Pero para su padre lo único que sonó en su cabeza fue eso, pues cuando escuchó eso su vista de asombro fue directo hacia su hijo el cual evadió la mirada.

Tadashi desvió la mirada nervioso y algo encogido de hombros, pues cuando su padre preguntó eso, la primera persona que pasó por su mente fue Tsukishima y el beso que se dieron el otro día haciéndolo sonrojar de golpe.
El rey al ver la reacción de su hijo era obvio que si le gustaba alguien y pensó en preguntarle quién, pero su hijo parecía muy nervioso; además de que ya tenía sus sospechas, pues siempre estaba con ese guardia Tsukishima.

— Bueno, si te gustara alguien obviamente no me voy a interponer entre esa persona y tú, y quiero que sepas que no voy obligarte a casarte con Tobio. —Dijo dando un suspiro, pues no quería obligar a su hijo a que le dijera algo de lo que posiblemente aún no estuviera seguro.

Yamaguchi volvió la vista hacia su padre pero aún sin mirarlo, se sentía nervioso por alguna razón, como si su padre hubiera descubierto algo.

— En ese caso... Mañana a mediodía empezaré a enseñarte más sobre los asuntos reales. —Cambió de tema el rey volviendo la vista a los documentos de hace rato.

Tadashi al escuchar eso levantó la vista sorprendido, pues jamás pensó en escuchar algo así.
— ¿Hablas en serio? —Fue lo primero que pudo decir, pues no podía creerlo. Vio que su padre solo asintió, tardó un poco en reaccionar por lo sorpresivo que fue, pero cuando volvió en sí solo pudo sonreír y correr a abrazar a su padre.