XII

5.4K 739 165
                                    

— ¿Por qué Tooru dijo que necesitamos hablar? —Preguntó curioso Yamaguchi una vez que ya se encontraba a solas con el pelinegro, ¿pues de qué tenían que hablar? ¿Había algo de lo que no estaba enterado?

Kageyama volteó a verlo cuando preguntó aquello.
— ¿No sabes? —Preguntó alzando una ceja curioso, y al ver que Yamaguchi negó con la cabeza confundido se le hizo un poco extraño. — Tu padre no te dejó venir aquí solo por el cumpleaños de Tooru. —Volvió hablar aún con la vista fija en el pecoso.

— ¿A qué te refieres? —Yamaguchi se estaba empezando a confundir más, su padre dijo que tenía cosas que hacer y que por eso no podría ir, ¿acaso mintió? Pero porque lo haría, no veía motivos para hacerlo. Pero la cara de Kageyama parecía que había algo de lo que no estaba enterado.

— Al parecer nuestros padres llegaron a un acuerdo sin nosotros, firmaron un documento de una posible unión entre ambos reinos. —Dijo sin pausas ni titubeos, pues realmente era un asunto serio.

El moreno se quedó muy impactado al escuchar eso, ¿había escuchado bien? ¿Unificación? Pero su padre le había dicho que no lo obligaría a nada, ¿entonces qué pasaba? No estaba entendiendo nada.
— ¿Quieres decir que nos vamos a...?

— No nos vamos a casar, ni estamos comprometidos. —Sin esperar a que terminara la pregunta la contestó, pues era obvio que Yamaguchi pensara eso, siendo honesto él también lo pensó. — Al menos por ahora... Estoy seguro que tienen toda la intención de hacerlo.

Yamaguchi no era tonto, claro que el también ya lo sabía. Pero el simple hecho de que su propio padre el que dijo que no lo obligaría a nada, estuviera actuando a sus espaldas lo hacía sentir decepcionado.
— ¿Entonces qué pasará...? —No entendía muy bien lo que sucedía y eso lo hacía sentir aun peor, pues se sentía como un tonto.

— Escucha, Tadashi. Estuve revisando y encontré que no es necesario que nos casemos para unificar los reinos. —El pelinegro puso una mano en el hombro del moreno intentando calmarlo un poco, pues parecía alterarse cuanto más avanzaba la conversación.

— ¿En serio? —Volteó a verlo con asombro, pues ni él había escuchado o estaba enterado de eso. Aunque como iban las cosas, probablemente su padre le estaba ocultando más cosas de las que creía. — ¿Y cómo se puede hacer? —Aún así, también sentía algo de responsabilidad por no estar enterado de los asuntos reales. Pero ahora no era momento para pensar en eso, a como iban las cosas, su reino estaría mejor como un rey como Kageyama.

— Los reyes ocupan firmar un acuerdo, lo cual ya hicieron sin decirnos... —Dijo con algo de sarcasmo eso. — Pero para que sea válido ocupamos casarnos para que tu reino oficialmente esté bajo la protección de Aoba Jōsai, o simplemente podemos firmar el acuerdo sin necesidad de casarnos.

— ¿El reino puede estar bajo el nombre de Aoba Jōsai sin la necesidad de casarnos? —Estaba realmente sorprendido por lo que acababa de escuchar, pues todo este tiempo pensó que solo casándose podrían unificarse.

— Sí, pero... Prácticamente estarías renunciando a tu título de rey y me lo pasarías a mi. —Dijo algo serio mientras veía fijamente a los ojos al moreno.

— Pero, es lo mismo si nos comprometemos, ¿no? El reino pasaría a tu poder... ¿No?

El pelinegro negó con la cabeza.
— Si nos casamos ambos seríamos reyes, el reino pasaría a estar bajo de Aoba Jōsai pero los dos seríamos reyes de Karasuno. —Dijo haciendo una mueca, pues a él no le gustaba la idea de ser rey y tener que estar bajo la supervisión de otro reino. — Pero si solo firmamos el acuerdo sin casarnos, los reinos no se unen y solo me cederías tu título.

— ¿Dejaría ser parte de la realeza? —Preguntó con voz algo baja, pues realmente lo pensó en voz alta.

— No necesariamente. Serías como un noble, aún vivirías en el palacio. Pero no tendrías influencia sobre algunas cosas que yo dicte sobre el pueblo.

Al escuchar eso el pecoso se quedó callado. Si era franco, la idea no le desagradaba del todo, pues incluso ahora siendo príncipe su padre no lo dejaba opinar o le informaba de los problemas del reino, ¿había alguna diferencia si cedía su título a alguien más?


La conversación terminó y ambos volvieron a la fiesta, pero Yamaguchi se encontraba bastante serio pensando en todo lo que acababa de escuchar. Pues realmente tenía miedo por el futuro, no sabía que hacer, no se sentía capaz de ser un buen rey y tampoco estaba seguro de ceder su título, pues aunque sentía que no era útil, era importante para su padre y para él.

— ¿Estás bien? —Tsukishima había notado que Yamaguchi desde que volvió de hablar con el pelinegro, parecía muy serio. Lo cual lo preocupó un poco.

Yamaguchi volteó a verlo parpadeando un poco y notó que el rubio tenía sus ojos fijos sobre él. — Ah... Sí. Es solo que... No sé qué hacer. —Dijo en tono apagado y llevando su vista al suelo, agachando muy ligeramente la cabeza.

— ¿Sobre qué? —No le quitó la vista de encima al contrario, se acercó un poco y giró completamente su cuerpo en dirección a donde estaba el moreno.

— Sobre el reino, ¿sabías qué puedo ceder el título y dárselo a Kageyama? —Preguntó retóricamente y más para sí mismo, cuando terminó de hablar volteó a ver al más alto esperando que al igual que él tuviera una cara de asombro, pero no la tenía. — ¿Lo sabías...? —Estaba bastante incrédulo, pues Tsukishima no parecía sorprendido por lo que dijo.

El rubio solo apretó los labios un poco, claro que lo sabía, pero fue porque estuvo investigando por su propia cuenta. Al ver al moreno tan preocupado le nació la iniciativa de buscar y leer por su cuenta, además tampoco le gustaba la idea de que se casara con ese tal Kageyama, no le agradaba para nada el pelinegro. Por eso quería ver más alternativas para ver si podía ayudarlo.

— Sí, pero es porque es parte de ser guardia... Saber sobre las leyes y cosas relacionadas con el reino. —Habló algo lento, pues temía que si hablaba rápido pudiera verse poco creíble. Y parece que sí resultó, pues Yamaguchi solo asintió.

El pecoso asintió mientras daba un suspiro al escuchar aquello, pues no podía creer que hasta Tsukishima supiera, era como si todos supieran menos él, lo hacía sentirse como si no supiera nada.
Por ahora no pensaría en eso, regresando a casa quería hablar con su padre.


ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora