Navidad

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Atsumu Miya

Navidad, día en que estás con lo seres que más amas, independientemente si son amores, amigos, familia o incluso mascotas. Una época de reencuentros y remembranzas de tiempos pasados, donde te encuentras con los regalos más sinceros y especiales que podrías pedir.

-Tsumu, ¿seguro que estamos bien?

-¡Claro que sí!

-Pero... creí que podría conocer a tu familia esta noche.

-Podemos verlos mañana, hoy es Navidad.

-Es que siempre me decías que la pasabas con tus padres... y hasta les he comprado regalos...

-Pero este año es diferente, ahora tengo novia.

Sabías lo que quería decir, y también sabías que la navidad era sinónimo de pasarlo en parejas, pero estabas nerviosa y realmente querías acercarte más a Atsumu conociendo a su familia.

"Tal vez solo estoy siendo muy obsesiva."

Habían pasado solo unos meses desde que el gemelo rubio te había pedido ser pareja, y aunque su relación iba muy bien, tenías un miedo latente. Estaban en preparatoria, el momento y edad cuando los jóvenes solo piensan en sus emociones y todo lo expresan como fuegos artificiales, sin pensar en las consecuencias o en problemas futuros.

-Tsumu... - llamaste mientras admirabas su perfil, ruboroso por el frío del invierno.

-Dime.

-Te amo mucho.

Él se giró para dedicarte una sonrisa apenas visible debido a la bufanda que le cubría parte del rostro.

-Yo también te quiero mucho.

Atsumu siempre era muy expresivo y apasionado, en todo lo que hacía, volleyball, amigos... pareja. Y tenías miedo que esa efusividad se marchitara con la llegada de la madurez, al mismo tiempo que su amor.

-¿Ves? Hay muchas parejas aquí afuera. - señaló discretamente a todos los jóvenes que parecían más o menos de su edad.

-¿Tú crees... que todas las parejas que están juntas hoy... lo sigan estando hasta la próxima navidad?

-Probablemente no.

Tu rostro no dejó de sonreír, pero tus ojos demostraron una tristeza que según tú, disimulabas bien.

Tal vez estabas siendo muy obsesiva al pedirle conocer a su familia cuando solo llevaban unos pocos meses, pero le habías querido desde mucho antes de ser su pareja, te atrevías a decir que gustabas de él desde que se conocieron hace unos años; y por alguna razón, querías que fuera el primer y único amor en tu vida.

Tal vez eran tus hormonas alborotadas por esa época del mes, tal vez porque el joven presente provocaba eso, o tal vez solo eras una chica muy engreída. Pero a tus ojos, Atsumu era como el mejor presente que la vida te había podido dar después de tantos años, de esos que con el pasar de los años todavía brilla y es cuidado y apreciado.

A tus casi dieciocho años, no podías decir que tenías una gran experiencia con los chicos o con el amor, y probablemente esa era la razón por la cuál te sentías así cuando le mirabas.

-Ya llegamos. - interrumpió tus pensamientos de forma abrupta.

-¿Eh?

-Pues, no podemos ir ni a tu casa ni a la mía, nuestros padres se interpondrían, así que pensé en que podemos estar aquí. - explicó mientras con el brazo y mano extendida te mostraba el paisaje.

Colección One-Shot: Haikyuu!! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora