Unión

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Tadashi Yamaguchi

Lo más nervioso posible, justamente así se sentía. Podía vomitar en cualquier momento, incluso cuando sus manos temblorosas tocaban el timbre de la puerta principal, oraba en silencio para que no notaran lo pálido que estaba.

La puerta se abrió casi inmediatamente, pero para él había pasado una eternidad.

-¡Buenas noches!

Por arte de magia, parte de su ansiedad había sido absorbida por el suave beso que le diste en la mejilla, como si lo hubiera recibido con ese único propósito, y lo atesoró.

-Buenas noches.

Le tomaste su mano con delicadeza, como una pequeña invitación a entrar, luego de unos pocos segundos le viste dirigir su mirada a su mochila, pero continuaste tranquilamente.

Le invitaste a tomar asiento mientras traías algo de beber y también esperando la llegada de otra persona.

Con nerviosismo, Yamaguchi te seguía con la mirada hasta la cocina abierta, mientras por fin sacaba de su mochila lo que le traía tanto alboroto.

-¡Trajiste un juguete!- suspiraste emocionada.

-Sí...

-Todo saldrá bien.

Mientras le acariciabas el dorso de su mano para tranquilizarle una vez más, escucharon pasos tímidos que hacían retumbar los escalones que venían del segundo piso.

-Saluda Yuki, él es el Sr. Tadashi.

-Buenas noches señor.

Mientras le correspondía los modales, su mirada con frecuencia se desviaba a la tuya, buscando el apoyo necesario para continuar con la interacción.

-Yuki, te he traído un regalo... tu madre me dijo que te gustan mucho los animales... así que...

Sin mucho esfuerzo, la pequeña lo recibió con mucho gusto, no sin antes verificar que tenía tu aprobación. Y mientras jugaba con ustedes al lado, decidiste llegar al punto de la visita de ese día.

-¿Sabes Yuki?, el Sr. Tadashi vendrá más a menudo a casa.

-¿Hmm? ¿Por qué? ¿No tiene dónde vivir?

Un comentario tan inocente, dejó sin aliento a Yamaguchi, y a ti con una carcajada a punto de estallar. Mientras tratabas de recuperar la seriedad, Tadashi arriesgó a proseguir con su delicada misión.

-Me agrada mucho la compañía de tu mamá, y también me gustaría estar los tres juntos más tiempo.

Un ligero sonrojo se dejó entrever en su rostro, y no podías decifrar si era por tu compañía, o por la vergüenza que presentaba la situación.

-¿Te gusta mi mamá?

Le observó muy detalladamente por un par de segundos.

-¿¡Eh!? Pues... yo... creo que sí

-¿Creo? - repetiste mientras le dedicaste una sonrisa irónica, con el fin de molestarlo.

-También me gusta mi mamá, pero no ha estado en casa tanto como antes.

-Lamento mucho eso, de ahora en adelante ya no saldré tan a menudo como antes.

Sonreíste al recordar por que habías estado saliendo de vez en cuando de casa; y era qué, a parte de trabajar, tu otra principal razón se encontraba  justo enfrente tuyo, sudoroso y con los nervios a mil.

-A mamá le gusta también la compañía del señor Tadashi, así que pensó que también podrías conocerlo y divertirte con él.

Aunque sonreías, también estabas muy asustada por dentro. Sobretodo porque Yuki aún tenía a su padre. ¿Ausente? sí, pero en su debido tiempo, él había sido todo para tu hija, y ahora, aunque las había abandonado, la marca que dejó en Yuki había sido muy grande como para ser llenada con cualquier otra persona.

Colección One-Shot: Haikyuu!! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora