Familia

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Bokuto Kotaro

El sonido de sus piernas moviéndose estaban haciendo que Akaashi perdiera lo último que le quedaba de paciencia.

-Bokuto, cálmese por favor. - repitió por sexta vez en el lapso de una hora.

-¿Cómo voy a calmarme? ¡Se la han llevado hace una hora y todavía no me llaman!

-Están esperando a que tenga contracciones más frecuentes, a veces demora bastante tiempo. - explicó a su amigo.

-¿Ahora eres obstetra también? - preguntó con total franqueza.

-Sé que está nervioso, pero por favor piense en que su esposa lo debe estar más, tiene que mantener la calma cuando la vea.

Akaashi fue a servir un poco de agua para su amigo, que se encontraba con la frente apoyada en sus manos entrecruzadas mientras una de sus piernas subía y bajaba con desesperación.

Realmente estaba nervioso, y no lo que un padre normal primerizo sufriría, claro que no, era aún peor. Ambos se habían casado muy jóvenes, pero a pesar de que ya habían pasado seis años desde que decidieron formar un hogar, tú no habías podido concebir en todo ese tiempo; y poco a poco habían pensado en olvidar su pequeño sueño frustrado.

"Tal vez deberíamos adoptar."

Eso fue lo que pensaron luego de un tiempo con tratamientos sin resultado, pero como caído del cielo, justo antes de que se decidieran por completo llegó la feliz noticia.

-Kotaro, prométeme que no te pondrás loco. - reíste al imaginarte el escenario.

-¡Lo prometo! - aunque sabías que valía poco esas palabras (porque nunca las cumplía) accediste a decírselo sin más demora.

-¡Salió positivo! ¡Vamos a ser papás!

Fue algo inesperada su reacción, primero te miraba confundido o perplejo, y luego de repetir la última noticia su rostro demoró unos segundos en gesticular cualquier otra mueca.

-¿Kotaro? ¿Estás bien?

-¡No lo puedo creer! - gritó de repente, mientras te tomaba de la cintura y te giraba alrededor de él.

Tú correspondiste y le diste un gran abrazo, apoyando tu cabeza sobre su hombro y sintiendo ligeras cosquillas que te producía su cabello.

-¡Hay tanto por hacer! Tendré que limpiar la habitación del bebé, ya lleva un tiempo enpolvada.

Sonreíste nostálgicamente al recordar que hicieron esa habitación hace mucho, con la esperanza de la llegada de un nuevo miembro pero que no llegaría hasta años después.

-Tendré que planificar mis entrenamientos, hacer una reunión familiar con nuestros padres, llamar a los chicos, sacar citas con el doctor y...

-¡Kotaro! - llamaste la atención. - Ahora mismo solo quiero descansar contigo.

-Oh... Eso sí puedo hacerlo ahora.

Esa escena aún era tan vívida como si hubiera sido ayer, y él la recordaba a cada momento que recordaba que seguramente estabas angustiada ahí adentro, sola.

-Bokuto, no creo que sea tan grave, es cierto que se adelantó mes y medio, pero la ha llevado a sus consultas puntualmente y tomó toda clase de suplementos. - intentó calmar su amigo.

-Tal vez tengas razón... no debería preocuparme tan...

-¿Bokuto Kotaro? - llamó una mujer vestida completamente de blanco mientras leía su nombre en una hoja.

Colección One-Shot: Haikyuu!! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora