Mariposas

3.3K 75 6
                                    

Akaashi Keiji

Contenido que puede ser no apto para personas sensibles. La siguiente historia contiene temas sobre depresión, autolesión y suicidio.

-Buenos días.

-Hola Akaashi, buenos días. - respondiste con una sonrisa, mientras ajustabas tus lentes.

-¿Cómo estás? - te observó de manera inquisitiva.

-Estoy bien, ¿Por qué la pregunta?

-Tus ojos estan hinchados. Los lentes pueden disimular muchas cosas, pero supongo que algo tan notorio no.

-Me picaban los ojos.

Antes de que terminaras de hablar el pelinegro te había tomado de una muñeca y te llevaba con él hasta la entrada del baño.

-¡Akaashi! ¿¡Qué haces!?

Luego de mirar a ambos lados para asegurarse de que no había nadie, solo te miró fijamente para luego darte una orden.

-Déjame ver tus muñecas.

-¿Ah?

-Solo quiero asegurarme de que estés bien. - dijo de forma firme pero suave al mismo tiempo.

-No...

En una maniobra rápida, llena de decisión pero también con ternura, Akaashi levantó las largas mangas del abrigo que llevabas y las dobló perfectamente por debajo de tus codos.

-Hacía mucho tiempo no lo hacías...

Desviaste tu mirada de él para dirigirla al suelo, estabas avergonzada y al mismo tiempo creíste que habías sido una nueva decepción para él. Le habías prometido que no lo volverías a hacer, y allí estaban de nuevo, esas cicatrices rojas delgadas en tus brazos, que amenazaban con dejarse ver en cualquier momento.

Estabas a punto de llorar por volver a caer tan bajo y en pensar que eras lo peor que podía haberse cruzado en el camino de aquel joven, pero en ese preciso momento solo sentiste sus brazos alrededor de tu espalda y el calor que emanaba su pecho.

-No te preocupes, no te tienes porqué avergonzar... yo no voy a juzgarte.

Una frase que duró apenas unos segundos hizo que por fin tus lágrimas de alivio salieran, mientras a duras penas podías comunicarle lo que sentías.

-Yo... lo siento tanto... no quiero ser así, de verdad lo intento...

-Lo sé, sé que no quieres esto. - se separó para poder ver tu rostro y entablar una conversación algo más profunda. - ¿Le dijiste a tu madre lo de ir al psicólogo?

-Tengo... miedo...

Y sí, tenías miedo de como tu familia iba a reaccionar, si te iban a tratar como una persona loca, si simplemente lo tomaban como un ruego en búsqueda de atención o en muchas posibilidades más. Tenías miedo de que tu familia lo viera como algo anormal.

-Está bien, entonces deberíamos buscar ayuda por nuestra cuenta.

-El psicólogo se reirá de mí. - dijiste simulando una risa burlona en tu rostro.

-¿Por qué dices eso?

-Yo... ni he sufrido lo que otros sufren, he tenido una buena familia, tengo un hogar, un techo donde vivir, soy una persona sana, tengo comida todos los días...

-¿Y eso qué tiene que ver?

-Hay personas que han sufrido mucho más que yo, y son felices; en cambio yo, solo parece que soy una niña en búsqueda de atención. Mi dolor no puede compararse al de los demás.

Colección One-Shot: Haikyuu!! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora