Daichi Sawamura
-¿Daichi? ¿¡Realmente eres tú!?
El mencionado giró a ver a quién le pertenecía esa voz, no falta decir que tenía una mueca de sorpresa por dos motivos: la primera es que te habías acercado mucho a su rostro por la pura emoción, la segunda es porque no te había visto en años.
-¡Realmente eres tú! - sonreíste emocionada, pero con cierta melancolía en tu mirada.
-¡Cuánto tiempo! No esperaba verte después de tantos años. Me había enterado que te habías mudado a Tokyo.
-Sí, pero decidí volver...
-Oh, pensé que a tu esposo no le agradaba este lugar...
-Y sigue sin agradarle.
-Ya veo.
-Con la diferencia de que ya no es mi esposo. - reíste para disimular aque incómodo tema que no esperabas relucir justo ahora.
Al notar que Daichi no pronunciaba palabra, decidiste seguir con la conversación.
-Pensé que podía vivir tranquilamente aquí, tú sabes, tener un negocio propio o algo así.
-Tokyo debe ser genial, es una pena que la dejaras.
-¿Te desagrada que haya venido?
-¿Eh? ¡No! ¡No quise decir eso! Por favor, discúlpame. - exclamó mientras sus mejillas se tornaban rojas por el acto vergonzoso.
Tú reíste, sabías que él era amable por naturaleza, así que si decía algo abierto a mala interpretación seguramente se disculparía, como lo había hecho siempre.
-Es increíble cuánto has cambiado, ahora eres policía. - dirigiste tu mirada hacia su uniforme, de pies a cabeza.
-Pues, me agrada este lugar, por eso decidí hacer algo bueno por él. - explicó mientras miraba todo a su alrededor, como si de un cuadro se tratara.
-Sé, cuánto amas este lugar... Porque lo elegiste antes que a mí. - susurraste esa última parte para ti.
-Ha pasado mucho tiempo, mi turno termina en media hora; si no te molesta esperar te invitaré a una cena después.
-No hay problema.
Luego de acompañarle a la comisaría, y esperar a que se vistiera con ropa de civil, se encaminaron hacia el viejo restaurante donde cenaban con sus compañeros en los viejos tiempos.
Luego de acomodarse en una mesa y pedir su orden, empezaron a rememorar los viejos tiempos, entre risas y miradas furtivas ambos intentaban no incomodar al otro con un acto del que podrían arrepentirse.
-¿Has formado una familia, Daichi? Espero que hayas tenido más suerte que yo. - hablaste con sinceridad.
-La verdad es que no he encontrado a nadie, no muchas mujeres de aquí desean un esposo policía.
-Entiendo... - por unos segundos te sentiste culpable porque esas palabras te hicieron sentir aliviada y feliz de alguna forma.
-¿Tienes hijos? - continuó él.
Y aunque es una pregunta muy común entre amigos que no se han visto en años, la situación por la que habían pasado ambos hacía todo incómodo.
-No tengo hijos...
-Oh...
-No te confundas, yo nunca quise tener hijos con él. Es algo que me refutó hasta el mismo día del divorcio.
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Colección One-Shot: Haikyuu!!
Fanfiction[Libro Terminado] [En corrección] Nuestros queridos personajes en diversas historias cotidianas (y otras no tanto) y sobretodo, románticas. Advertencia: Algunas historias contienen temas que pueden ser perturbadores para personas sensibles como de...