El Camino A Tu Lado

8.2K 169 4
                                    

Hinata Shoyo

La joven muchacha intentó desviar la mirada y fingir que estaba en lo suyo, sus audífonos, sus lentes empañados, la bufanda que le cubría la mitad del rostro; tenía todas las excusas perfectas para poder ignorar a aquel joven, que al parecer llevaba tendido en el suelo hace un tiempo.

"Probablemente en unos minutos se pondrá en pie como si nada hubiera pasado."

El adolescente de cabello llamativo emitía leves quejidos mientras intentaba arrimar la bicicleta que había caído encima de su pierna, en su dolor seguramente no se había percatado de la presencia de la joven que llevaba unos segundos mirándolo de reojo.

Y no es que ella fuera cruel o le deseara el mal, simplemente era demasiado tímida como para poder accionar a situaciones así de un momento a otro. No quería tener que hablarle mientras le ayudaba, ¿y si le rechazaba como otras tantas veces había pasado cuando ofreció su ayuda? Definitivamente no, no estaba dispuesta a quedar en el aire de nuevo.

Nuevamente escuchó el sonido del metal chocando contra el suelo, la bicicleta que el muchacho luchaba por levantar había vuelto a caer.

"Simplemente ignóralo, alguien más le ayudará, seguramente sus amigos estén cerca...", su mente repetía estas palabras, pero al parecer su cuerpo le indicó un accionar contrario.

-¿Estás herido?- A pesar de que ella se encontraba pasos adelante, por alguna razón giró y las palabras salieron por sí solas.

-¿Eh? Oh... Mmm ¡Estoy bien!- tardó en responder el chico de cabello anaranjado, que irradiaba una sonrisa a pesar de estar con heridas en el rostro... y tirado en el suelo.

-No te has parado en un buen rato... déjame ayudarte...

Las frases que decía eran apenas audibles, pero él comprendía sus intenciones. La muchacha se agachó y palpó el tobillo de aquel chico extraño.

-¡Ay!- exclamó de forma bulliciosa, para luego reprimir sus gritos en pequeños gruñidos a boca cerrada.

-Probablemente te hayas hecho doblado el tobillo, no podrás caminar así hasta que alguien lo examine.- habló ella de manera torpe, estaba algo nerviosa por la interacción que llevaba en ese momento.

-¡No puede ser! ¡Kageyama me matará!

-¿Por el momento, qué te parece si te llevo con alguien que pueda ayudarnos con esto?

-¡Lo que realmente necesito es una pierna nueva! ¡Ahora tendrán que amputármela!- gritó casi en las lágrimas. Realmente ella no sabía si era una broma, un rechazo, o simplemente que el muchacho era un tonto exagerado.

-Realmente dudo que tengan que hacer eso...yo...

-Ayúdame a levantarme.

Estaba algo avergonzada e incómoda por la situación, hasta que él mencionó estas últimas palabras; ¿Eh? Hace un rato estaba quejándose como un niño pequeño...¿Y ahora se puso serio de repente?

-Si me quedo aquí tirado nunca me recuperaré ¡No puedo permitir que Kageyama se burle de mí!

-¿Kageyama? - miró en todas las direcciones par asegurarse que no había nadie más en ese camino. - Pero si nadie a parte de mí está aquí... Nadie se burlará de ti...

-¡Ese bastardo siempre descubre las cosas vergonzosas que me pasan! ¡¿Me escuchaste Bakayama?! ¡Ni te atrevas a molestarme otra vez, esto no es nada!

-Escucha... Solo pensaba en llevarte con alguien que conozco para que te sientas mejor, es fin de semana, así que si descansas hasta el lunes tal vez ya puedas caminar un poco.

Colección One-Shot: Haikyuu!! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora