Tenerte Aquí

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Oikawa Tooru

"Estoy cansada"

Era un continuo mensaje que aparecía repentina y repetitivamente en tu cabeza, como un ventilador que solo ventilaba una sola frase en una habitación desordenada.

Dispuesta de deshacerte de ese sentimiento desagradable, tomaste el celular para escuchar alguna voz que sea capaz de tranquilizarte, o al menos, la única que tenía algún chance de poder hacerlo.

-¿Tooru?

-Lo siento cariño, ahora estoy ocupado, te veo en unas horas en el departamento.

"Está bien"

Trataste de responder como siempre, pero simplemente no salían las palabras. Algunas lágrimas se deslizaron por tus mejillas, apenas haciendo ruido al sorber ligeramente tu nariz.

-Yo... ya no aguanto Tooru.

-¿Eh...?

Tan desconcertado como te lo imaginaste, Oikawa no era el tipo de persona que era serio; en realidad parecía un niño mimado la mayoría del tiempo, pero también sabía preservar la calma y ser estoico cuando algo lo ameritaba, y si se trataba de ti, era claro que era necesario para él.

-En unos minutos llegaré a casa, solo aguanta...

-Extraño mi hogar, extraño mi vida en Japón. - tu llanto explotó.

-Solo...

-Extraño a mi familia, a mis amigos, mi hogar...

El llanto se hizo notorio por el audio de la llamada, y ya para ese momento Oikawa había salido del entrenamiento hacia donde vivían ambos.

Había sido duro, cuando Oikawa aceptó seguir sus sueños en otro país, los primeros meses estaban plagados de felicidad y esperanza. Luego, cuando se dio cuenta de que se encontraba solo en un país extraño, y que no podía verte tanto como quería aún yendo y viniendo en viajes durante algunos días libres, te hizo la propuesta de que te quedaras con él. Por supuesto tú lo pensaste muy serenamente, tomaste en cuenta cada detalle antes de validar tu respuesta.

Aceptaste porque tu vida ya prácticamente estaba establecida, y la de él seguía fluctuando. Te preocupabas porque sabías que él no era la persona más estable y responsable de todas, fuiste testigo de sus altibajos y de sus llamadas en estado de ebriedad gritando cuanto te extrañaba, y que te quería a su lado. Oikawa era el tipo de persona que necesitaba mucho afecto de las personas que quería, porque su valor hacia él mismo radicaba en cuan admirado y querido se sentía; y aunque no te gustaba del todo este aspecto, reconocías que a estas alturas era algo casi incorregible, pero le amabas, y eso bastó para seguirlo y ser su apoyo...

Hasta ahora.

Él entró apresuradamente y te encontró sollozando silenciosamente en el sofá, todo lo que hizo entonces fue sentarse a tu lado y colocar una de sus manos en tu rodilla, como forma de consuelo. Alzaste la mirada con reprimida vergüenza y pudiste observar cómo minúsculas gotas de sudor estaban adheridas a su frente y en sus pómulos, tal vez producto del entrenamiento, de su carrera hacia ti o simplemente solo por los nervios.

-Hey

Sonrió débilmente, tratando de ofrecer algún consuelo, su rostro reflejaba preocupación, no sabías si solo por ti o por miedo a que le estuveiras a punto de dejar de lado.

-Solo quiero que te quedes conmigo, un rato en silencio. Estaré bien, solo necesito descansar de todo y de todos. - declaraste sin mirarlo a los ojos.

En respuesta él simplemente hizo que apoyaras tu cabeza en su hombro, no te dirigió la mirada de nuevo, ya que había notado lo incomoda que estabas.

Colección One-Shot: Haikyuu!! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora