Oikawa Tooru
Estabas sentada en el sofá de la sala, descansando de un largo día de trabajo y viendo una película mientras comías papas fritas de una bolsa muy grande como para ser personal. Era extraño estar sola a esa hora, ya que Tooru siempre llegaba antes que tú; pero eso había cambiado el último mes, dado que se acercaban las clasificaciones nacionales y probablemente entrenaban más duro que antes.
No obstante, te encontrabas muy cómoda ahora mismo, Oikawa era el tipo de hombre que le gustaba ser admirado por su pareja, y gozaba de ser el centro de atención mientras tú orbitabas alrededor de él. Y si bien es cierto que tu forma de ser tranquila, humilde e introvertida permitía que esa extraña simbiosis funcionara, a veces llegabas a agotarte por la atención que exigía este amor tuyo.
"Debería aprovechar entonces"
Subiste las piernas al sofá y continuaste absorta viendo el televisor mientras esperabas que tu cabello mojado por la ducha se secara naturalmente. Tal vez la película te había enganchado, o tal vez es que estabas muy distraída para notar que alguien había llegado a casa, y que ese alguien no era ni más ni menos que tu pareja.
-¡Estoy en casa!- alzó las manos apenas entró al departamento, entonando muy alegremente su primera oración.
-Báñate, he puesto a llenar la tina para que puedas relajarte. - dijiste sin apartar la mirada de la tv.
-¿Oh? ¿Por qué tan fría? ¿No me darás un beso?
-Tooru, debes estar lleno de sudor, y yo acabo de bañarme.
-¡Pero si me he bañado allá!
-¡No es lo mismo! Tú mismo dijiste que no te gustaba ducharte ahí porque solo tienen agua fría.
-Pero...
-¡Báñate!
Él se limitó a arrugar la nariz en respuesta, y con un puchero dio media vuelta y se dirigió al baño para asearse adecuadamente.
Después de unos minutos podías escuchar como él exageraba el sonido de sus pasos molestos y tiraba con fuerza de todas las puertas que abría y cerraba solo para que notaras su malestar.
"Seguramente ahora mismo se pone a suspirar"
Como si fueras adivina, Oikawa empezó a dar grandes suspiros y quejidos para hacerse notar y demostrar que estaba enojado y triste.
-Tooru.
-¿Sí? - preguntó inmediatamente mientras sus ojos recuperaban su brillo natural mientras te miraban.
-No olvides lavar tu ropa. Dejé la lavadora vacía para que pudieras lavar tus prendas sin que se tiña de color rosa.
-Ah... gracias.
Sabías lo que acababas de hacer, y era a propósito, disfrutabas tomarle el pelo y molestarlo.
-¿Qué película estás viendo? - preguntó mientras teeminaba de cerrar la lavadora para dar inicio al aseo de su ropa deportiva.
-Una de monstruos.
-¿Puedo ver contigo?
-No la vas a entender, ya está a la mitad, y me vas a estar preguntando todo.
A estas alturas el castaño se había dado cuenta que lo ignorabas a propósito, solo para sacarle de quicio. Pero había decidido que esta vez él se encargaría de llamar tu atención fuera lo fuera.
Rápidamente se echó en el sofá y apoyó su cabeza en tus muslos, mirándo tu rostro desde abajo.
-¿Qué haces?
-¿Qué te parece que hago?, ya que estás sentada aquí, y yo no entro echado en el poco espacio libre, tienes que sacrificar tu falda para mi.
-Si quieres echarte, puedes usar la cama. - respondiste vagamente mientras señalabas la habitación.
El rostro de él solo demostró decepción por unos cuantos segundos, y al retirar su apoyo de ti continuó con su siguiente plan.
Inmediatamente se sentó a tu lado y le empezó a hacer trenzas con algunos mechones de tu cabello; al comienzo creías que solo estaba acomodando tu pelo, hasta que después de unos minutos viste algunas trencitas ya hechas al lado de tu oreja.
-¡Tooru! ¡Mi cabello todavía no está seco! - lo empujaste suavemente para que dejara de hacerte las trenzas y proseguiste a desatarlas.
Aún no habías terminado de arreglarte el cabello cuando sentiste que te dio un profundo beso en la comisura de la boca y tomaba una de tus manos. Miraste de reojo y observaste que sus ojos se encontraban cerrados y con un semblante tranquilo, como si quisiera invitarte a relajarte con él mientras se daban las clásicas muestras de afecto.
Era muy raro verlo así, tranquilo, demostrando su amor de forma suave y no con el barullo o los berrinches que estaba acostumbrado a hacer. Solo él y su amor más profundo por ti.
Algo en ti quería molestarlo y llevarlo a su límite, pero admitiste que ahora tenías muchas ganas de abandonar ese pequeño pensamiento y dejarte llevar.
"Tal vez sí me gusta ser el centro de atención, cuando la atención es únicamente de él."
-Tooru...
Antes de que pudieras decir algo, él inmediatamente te abrazó, mientras que notabas como él sonreía porque estaba seguro que esta vez ibas a ceder ante él.
Ante esa acción te decidiste a molestarlo una vez más, solo para hacer que él se volviera un poquito más ansioso por tu atención.
-Ahora estoy cansada, y quiero terminar de ver la película. - dijiste tratando de ocultar tu sonrisa burlona.
-Bueno, entonces no te pienso rogar más. - reclamó él haciendo su rostro hacia un lado, con el orgullo herido.
-Está bien.
A pesar de que te puso algo triste que el se rindiera en su misión por ti, lo conocías muy bien y estabas segura de que en unos minutos volvería por ti... o eso creías.
Él se alejó con enojo fingido y un puchero reprimido en su rostro, mientras suspiraba exageradamente para demostrar su desagrado con la situación.
-Tooru... - le llamaste desde el sofá.
-¿Se dignó a llamarme? - respondió elegantemente mientras giraba su mirada hacia ti.
-Está bien, solo quería molestarte... y no me ima...
No habías terminado de explicarte cuando viste a Oikawa prácticamente lanzarse encima tuyo; con una gran sonrisa y con ambas manos tomando tu rostro muy de cerca.
-¡Qué bueno que estabas bromeando! ¡Tenía tabto que contarte el día de hoy! Nadie nunca me quiere escuchar, tú eres la única que me presta atención.
-Tooru, eso no es cierto, eres muy popular entre las chicas...
-Todos se terminan aburriendo de mí por razones que desconozco. - dijo con fingida tristeza mientras simulaba que se secaba lágrimas imaginarias.
-Tal vez es porque solo hablas sobre ti, de volley y sobre ti jugando volley.
-¡Oh vamos! Pero tú eres diferente, siempre me escuchas, me encanta ser el centro de tu atención.
Te llenó de muchos pequeños besos por todo el rostro, mientras seguía hablando de lo que le pasó en todo el día; aunque parecía que nunca iba a acabar tú le escuchabas pacientemente y te limitabas a responder con los acostumbrados monosílabos.
Hasta ese día no habías entendido porqué Tooru ansiaba tanto tu atención, todos los días, todo el día. Tranquilamente te separaste un poco de él para verlo a los ojos.
-A mí también me gusta ser el centro de tu atención.
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Colección One-Shot: Haikyuu!!
Fanfiction[Libro Terminado] [En corrección] Nuestros queridos personajes en diversas historias cotidianas (y otras no tanto) y sobretodo, románticas. Advertencia: Algunas historias contienen temas que pueden ser perturbadores para personas sensibles como de...