Pasión - Parte I

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Atsumu Miya

-¡Pero qué aburrido todo esto!

Gritaste mientras estirabas tu espalda en el respaldar de la silla.

-¡Compórtese! - sancionó el profesor.

Todos tus compañeros estallaron en risas estrepitosas, y algunos dirigían tus miradas a ti, que habías cometido esa falta sin haberlo hecho a propósito, ciertamente. Bajaste la cabeza ligeramente, para pedir disculpas de forma disimulada, el profesor se masajeó la sien antes de continuar con su clase.

-Ya están en el último año, ya deberían tener planificado su plan de estudios; así que el deber de hoy será muy simple, hacer un ensayo de la profesión que estudiar.

-¡Violín! - se escapó de tus labios de forma casi inmediata, aunque ahogaste un poco el volumen, por precaución.

-Creo que todos estamos de acuerdo en que tener una pasión no es lo mismo a tener un trabajo de por vida. - completó el letrado.

-Pero se puede vivir siendo violinista.

-Algo poco probable, son muchos factores que deben juntarse para ser un reconocido en ese arte.

-Creo que debería animar más a sus alumnos a que persigan sus sueños, profesor. - agregó otro de tus compañeros.

El maestro estuvo a punto de responder con severidad, si no hubiera sido por el timbre de cambio de hora, que indicaba el receso. Exhalaste gracias a la libertad que sentiste en ese momento.

Los días pasaban continuamente, y mientras veías a tus compañeros emocionados por el trabajo dado, a ti solo te causaba problemas, por no exagerar, tu avance había sido nulo.

Tal vez los adultos tenían razón, tal vez los talentos y sueños no deban ser cumplidos de esa forma, debían ser más disfrutables dejarlos como simples pasatiempos.

-Esto es muy difícil. - declaraste en voz alta.

-Solo inventa algo, no tiene por qué ser cierto. - respondió tu amiga.

Pero realmente no te referías a la tarea en sí, sino a la duda que iba creciendo en tu mente sobre la inminente decisión que deberías hacer en poco tiempo. Pronto tu felicidad e impetuosidad juvenil se vieron amenazadas por una preocupación que al parecer era un requisito para madurar.

"Esto de crecer es un asco."

-Al menos no te va tan mal como a él. - interrumpió tus pensamientos.

La miraste inquisitivamente y seguiste con la mirada a la dirección que ella señalaba.

Uno de tus compañeros de clase, se encontraba en una banca frente a la cancha, estaba cabizbajo, tomando con fuerza su muñeca, de tal forma que parecía que la iba a dejar sin circulación, lleno de sudor que caía de su frente, hacía dudar si también estaba llorando por la aparente frustración.

-¿Qué le habrá pasado?

-Probablemente esté lesionado. No podrá jugar en un buen tiempo, y tal vez lo lleven a la banca. - intuyó tu compañera.

Giraste la mirada a tu camino, meditando en los problemas que acababas de descubrir de crecer.

"Enserio que esto da asco."

El dichoso día llegó y con aparente orgullo dejaste en el escritorio de tu profesor tu ensayo lleno de mentiras creíbles.

-Veo que trabajaste mucho en esto. - añadió tu mentor.

-De hecho yo...

No terminaste de refutar porque unos cabellos rubios interrumpió tu campo de visión, era el muchacho que habías visto lamentándose aquel día en la salida de clases, le habías visto muchas veces, era tu compañero de salón, pero apenas hoy recordaste su nombre.

Colección One-Shot: Haikyuu!! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora