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Cedric había logrado superar la primera prueba del torneo por lo que todos los Hufflepuff nos encontrábamos contentos por él.
Era asombroso que uno de nosotros estuviera participando de un evento tan importante como este y que incluso estuviera liderando la competencia.
La mayoría quería celebrar este triunfo por lo que comenzaron a dirigirse a la sala común de Hufflepuff. Yo tenía pensado seguirlos y celebrar con ellos, ya que Cedric es un gran amigo mío y me alegraba bastante que estuviera participando del Torneo de los tres magos. No obstante, he visto como Draco Malfoy se encontraba persiguiendo a una pequeña criatura.
—¡Regrésame lo que me robaste, Asquerosa criatura!
Al acercarme he podido ver que él perseguía a un Escarbato y casi me da un infarto al ver que se trataba de mi Escarbato. «Sky» corría de un lado a otro mientras le mostraba lo que le había quitado a Draco en modo de burla.
A Malfoy no le agradó para nada aquella burla por lo que sacó su varita apuntando de esa forma a mi Escarbato, pero antes de que lanzara algún hechizo me he colocado frente a él. Draco me miró confuso un instante, pero luego su expresión demostró rabia al ver al Escarbato colocarse en mi hombro y mostrándole un reloj.
—¡Voy a hablar inmediatamente de esto con alguien de autoridad!
—¡No! —exclamé en pánico—. Ya te regreso lo que te quitó, pero por favor no hables de esto con nadie.
—¿Qué? ¿Por qué no debería de hacerlo? —preguntó, frunciendo el entrecejo—. ¡Esa tonta criatura me ha robado!
—No es tonta... Su nombre es Sky —dije, quitándole a Sky el reloj que le había quitado a Malfoy— y es mi Escarbato...
—¿Tu Escarbato?
—Sí. Lo he traído desde casa de manera oculta —dije, mirándolo en pánico ante la posibilidad de que pudiera delatarme—. Nadie puede saber de él o me lo quitarán.
—¿Por qué has traído a eso hasta aquí?
—Porque... —Callé un momento pensando sobre si debería de contarle o no—... Porque de esta forma no me siento tan sola aquí en Hogwarts...
Había preferido contarle, ya que quizá así él pudiera entenderme y hacer que no le dijera a nadie sobre la pequeña Criatura Mágica.
—Sé que los Escarbato pueden destruir pertenencias y propiedades en busca de cosas brillantes o que incluso pueden volverse agresivos si los provocan —expliqué—. Pero mi Escarbato no es así... A mi Escarbato le gusta quitarle las cosas brillantes a la gente y burlarse de ellos por lo que constantemente estoy disculpándome. Pero nunca ha atacado a alguien o destruido algo...
Draco Malfoy me quedó mirando fijamente causando mi inquietud. Desde que supe de su existencia he oído varias cosas sobre él; cosas no muy buenas.
—¿Alguien más sabe sobre esto?
—Cedric Diggory, y ahora tú...
Él se mantuvo en silencio, pero luego soltó un suspiro y me quitó el reloj de mis manos para así volver a colocárselo.
—No diré nada —dijo—. Pero la próxima vez que intente quitarme algo... haré sopa de Escarbato.
Sin pensarlo demasiado me había abalanzado sobre él para así abrazarlo.
