Héroes || South Park AU

#127: En las sombras

Sus parpados temblaron por el fuerte brillo de aquel lugar desconocido, obligandola a abrir los ojos lentamente.

Poco a poco, sintió como recuperaba sus sentidos, su cuerpo parecía no haberse movido en semanas. Su mente estaba totalmente nublada, ¿qué es lo que ella había estado haciendo todo este tiempo?

Ella estaba enfrentándose a uno de esos extraños robots junto con Stan, pero luego...

Pequeños trozos su memoria aterrizaron sobre ella, logrando así que una pequeña lagrima se escapara ante la dura realidad.

Era la culpable de tanto sufrimiento, ella hirió a sus amigos...ella fue la villana.

-parece que al fin despertó señorita Testaburger- el hombre de más alto rango apareció detrás de ella, sorprendiendola en el acto.

-¿director?- preguntó confundida para luego ver el extraño uniforme del hombre y las estrellas que este portaba -¿dónde estoy?-

-está segura con nosotros- afirmó acercándose -tal vez no recuerdes el porqué está aquí, pero necesito que me responda una pequeña pregunta-

La joven no prestó mucha atención al rubio, levantando la mirada por completo. Cada extremo de aquel lugar estaba lleno de guardias.

Siendo consciente de esto, se percató de que, por más que intentara, no podía acceder a ningun canal de comunicación cercano ¿Qué era aquel lugar realmente?

-¿Do..dónde están mis amigos?- preguntó con cierta cautela, despues de todo quién podría decirle que aquel hombre no tendría cautivos a Stan y a los demás.

-¿Aún despues de todo lo que les hizo, quiere verlos?- con un pequeño chasquido, unas pantallas emergieron del techo y en estas se mostraron todo lo que ella había hecho en control de Richard Tweek -ahora dime pequeña, ¿cómo fue que les quitaste los poderes a Wonder y a Super? ¿Cómo fue que los Tweek te dieron el poder de doblegarlos a todos?

Las ultimas lagrimas cayeron por el rostro de la pelinegra, quien al no ver escapatoria solo pudo observar al hombre con ira.

-¿Quieres saber como lo hice?- apretó los dientes tratando de liberarse inútilmente -me secuestraron y torturaron, pero aprendí una cosa- susurró haciendo temblar a más de uno de los guardias, quienes no duraron en apuntar directo a la cabeza de la pelinegra -mi especialidad son las redes de información, campos tan complejos llenos de procesos de transmisión y recepción de datos... - y sus ojos obtuvieron ese tono violeta amenzante que hizo retroceder al mismísimo jefe de la operación -no hay mejor descripción para el cerebro humano...-

Un fuerte chirrido en la cabeza de todos los soldados hizo que cayeran al suelo soltando sus armas.

Con manos en sus cabezas uno por uno fueron desangrándose a través de la nariz, los ojos y los oidos, para que luego de unos cuantos segundos terminaran muertos unos sobre otros.

Sin emabrgo, cuando el rubio empezó a percibir un fuerte dolor en su cerebro, como jamás lo había experimentado, ante la mirada amenazante de aquella heroína, logró, con las pocas fuerzas que le quedaban, presionar uno de los botones de emergencia que tenia en su traje militar.

De un momento a otro una fuerte descarga en el cuello de la joven hizo que se sacudiera y gritara de dolor.

La fuerza del voltaje provocó que se desmayara y soltara a Charles. El uniformado solo pudo quitarse los lentes, asombrado, viendo como todos sus hombres habían caido ante una de esos fenómenos.

A pesar de tomar todas las medidas necesarias, aquellos chicos podían llegar a ser unos monstruos imparables.

No lo podía permitir...