Héroes || South Park AU

#110: Sombras del pasado

La suave melodía fue interrumpida por la entrada del joven de gorro azul quien ahora se encontraba con un semblante serio, lo cual fue fácilmente percibido por el rubio.

Tricia lo miró preocupada, el semblante serio de su hermano, probablemente, no sea al bueno. Dejó su instrumento en el estuche de donde lo sacó, esperando poder preguntarle después al pelinegro el porqué de esa mirada por la cual juntaba ambas cejas. Trató, una vez acomodada en su lugar, de hacerle señas a este queriendo preguntarle, pero fue interrumpida por el ingreso de se padre, el cual hizo una seña hacía el pelinegro para que saliera un momento.

-Tweek- dijo con un movimiento de cabeza en dirección a la puerta, con una mirada de suplica que el menor no pudo ignorar. Ambos salieron del cuarto dejando a la rubia a solas con su padre, y una vez solos el pelinegro no pudo evitar disculparse -lo siento por eso-

-¿ocurrió algo?- se estaba preocupando, ya se había acercado demasiado a la menor, no soportaría que algo malo le este pasando. Tweek estaba seguro de que esa talentosa jovencita merecía poder estar fuera de aquél hospital.

-operaran a Tricia- dijo aún serio. Aquellas palabras no tranquilizaron al rubio.

-¿qu.qué pasó?-

-su condición es operable- se quedó callado por unos segundos para luego mirar hacía el rubio con una cálida sonrisa llena de esperanza -ella podrá volver a hablar-

Tweek abrió la boca, luego de suspirar con alivio por aquella buena noticia, cayó en cuenta lo que eso realmente significaba para Craig y para la menor -oh! por dios!- lo abrazó con una radiante sonrisa en sus labios, se sentía realmente feliz por su amigo -Craig eso es fabuloso-

Este se sorprendió por la repentina cercanía del rubio, sonrojándose hasta las orejas y debatiéndose mentalmente si debía o no colocar sus brazos alrededor de su cintura.

Lo separó, finalmente, agarrándolo de ambos hombros mirándolo fijamente -Tweek- tragó con fuerza ante la presión que ejercía en el mismo, el armarse de valor -he querido decirte algo desde que nos conocimos-

El rubio solo lo miraba preocupado y confundido, preguntándose que era aquello que quería decir su amigo.

-Tweek no te veo solo como un amigo- relajó un poco su agarré listo para soltar todo lo que había estado guardando hasta ahora -yo..- pero no pudo continuar.

El ruido y el caos se hicieron presentes en el hospital, imterrumpiendolos y poniendo en máxima alerta a todas las personas que en ese momento rondeaban los pasillos del edificio.

-~identificando...~-

Aquella voz mecánica dejó perplejos a ambos jóvenes. Se separaron casi de inmediato con miedo por la seguridad de cada civil en aquel hospital, y más aún por la rubia que se encontraba en ese momento dentro de la habitación. El fuerte ruido de destrozos y los gritos aumentaron, eran dos, o tal vez tres.

Se acercaron por los pasillos y quién reaccionó primero fue el pelinegro. Agarró sin cuidado del brazo del rubio metiéndolo a la habitación junto con su padre y su hermana. Este solo lo miró con terror e incredulidad.

-Craig!! ¿Qué estás haciendo?-

-buscaré ayuda, quedate aquí con ellos a salvo- el olan era simple, proteger a Tweek y a su familia. Después de todo, el era el único en aquel lugar capaz de hacerlo.

-no, no...pero yo- trató de abrir la puerta, pero esta parecía haberse atorado contra la pared, cortesía del pelinegro -Craig!-

-volveré..- corrió en dirección contraria a la seguridad, lo cual alteró más al menor.