-señorito, es hora de que regrese a dentro- el hombre bien vestido abrió la puerta que daba al jardín de aquella gran mansión.
-pe.pero Sebastian, ya había comenzado con mi nuevo libro- jadeó algo molesto. Le encantaba leer sobre héroes con extraños y maravillosos poderes, simplemente no quería parar.
-debería considerar buscar un amigo, señorito- sonrió comprensivo y gentil ante el intento de cara de molestia que trataba de poner el menor -su cumpleaños numero seis se acerca, ¿no debería buscar invitados?-
-me basta conque lleguen mis padres...- susurró mientras entraba con la cabeza gacha.
...
-hijo, este es Christophe- le presentó su padre a un chico más alto que él.
Él realmente no era de hacer amigos. No sentía que congeniara con la mayoria de su edad y el chico castaño frente a él no era la excepción. Era muy intimidante.
Los dejaron solos para que se conocieran. Y, sin embargo, para el pequeño rubio de siete años era como estar encerrado con un perro que estaba a punto de morderlo.
-lo diré rápido, tus padres me pagaron para jugar contigo- y las palabras del mayor se clavaron en lo profundo de su ser -si no hay juego no hay dinero, así que dime que es lo que quieres jugar-
...
-auch!- fue la tercera vez que le pasaba.
-¿se encuentra bien, señorito?- vio al joven tratando de preparar su usual desayuno en la estufa eléctrica.
-Estoy bien, Sebastian- dijo mientras Bostezaba -es la quinta vez que me pasa, no importa lo que intente siempre logro electrocutarme- miró su mano palida y morada por el contacto con la electricidad en su piel -no lo entiendo-
-simplemente es una estufa muy vieja- dijo mientras sacaba un poco de hielo -usted nunca quiere desechar nada-
-aun sirve, no hay necesidad de gastar...y gastar- lo recordaba desde aquella extraña aurora en el cielo, sentía que todo era más irreal y extraño.
-mañana cumple la edad suficiente...- cambio drásticamente de tema de tema, mientras recogía parte de los platos en el lavado.
-¿yo... podré salir?- lo miró esperanzado. Ya no tendría que esperar por personas que no llegaran, ahora era libre.
-si, señorito solo...despierta!-
-que.. -
.....
-despierta! Wonder- abrió los ojos al reconocer la voz del pelinegro.
Trató de moverse, pero estaba completamente atado de pies y manos. No era simples cuerdas o cadenas, eran una especie de maquinaria solida que les envolviste parte de las manos y parte de las rodillas.
-Super...¿qué está pasando?-
El pelinegro solo suspiró aliviado de ver a su preciado compañero bien y cuerdo.
-no lo sé- miró a sus alrededores, se encontraban en una gran habitación con diversas consolas y maquinaria extraña.
-¿no puedes liberarte usando tu fuerza?- y cuando el rubio lo mencionó, se quedó callado.
Wonder no indagó más en el tema y trató de congelar aquellas extrañas cerraduras, pues tal vez si lo lograba, en algún punto aquellas piezas gigantescas de metal se resquebrajarían. Pero no pasó nada...Lo intentó una y otra vez, pero no sentía que ocurriera nada, sus poderes simplemente..
-no están- susurró mientras miraba derrotado hacia el piso -ninguno de ellos, no están-
-lo siento..- sabia porque se disculpaba. Era una disculpa por no poder protegerlo, una disculpa por todas las veces que había sido algo altanero con su fuerza, una disculpa por hacerle pasar cosas como estas y no poder hacer nada al respecto.
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Héroes || South Park AU
FanfictionBendición de Dios, maldición o evolución. La humanidad está a punto de descubrirlo cuando un grupo de jóvenes comienzan a recorrer las calles con antifaces y poderes más allá de la compresión científica actual. No todo es lo que parece y los enemigo...