Capítulo 2

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El agua cae estrepitosamente sobre mi cuerpo haciendo que mis músculos se relajaran con el simple roce de ella en mi piel. Tomo bocanadas de aire con el fin de tranquilizarme y pensar las cosas un paso a la vez. Es algo que mi madre siempre me decía de pequeña...

~Flashback~

'Hay veces donde siento el mundo en mi contra, ¿pero sabes que hago para sentirme mejor?'

Negué con la cabeza.

Movió sus manos ágilmente.

'Tomar un baño, pensar en todos mis problemas y compararlos con los peores sucesos que he pasado —suspira con tranquilidad—. Así, me doy cuenta que si pasé por tanto podré lidiar con ello y trato de encontrarle una solución'.

~Fin del Flashback~

Pero mayormente no me funcionaba, no le lograba encontrarle lo relajante. Casi siempre empiezo a divagar sobre que tengo hacer y que no. Y termino estresándome mucho más.

Tal vez debería empezar a meditar.

Rendida, salgo de la bañera y empiezo a cepillarme el cabello.

No tenía planeado en lo absoluto nada de esto, solamente me dejé llevar y me sobrepasé un poco. Aunque si le preguntas a mi padre, él te responderá feliz que su querida hijita haya empezado a salir más de su cuarto al cual ya se asemeja más a una cueva. Yo sólamente soy feliz mirando una serie, leyendo un libro o un manga o escuchando música o...

Unos suaves golpeteos suenan desde el otro lado de la puerta. Me cubro con mi toalla y me asomo unos centímetros. Un montón de ropa de procedencia dudosa está en el suelo y no hay nadie alrededor.

Creo que no hace falta adivinar quien dejó esto aquí.

Regreso de nuevo al baño y tiro las prendas sobre el lavabo. Solo hay una persona en la faz de la tierra que me elegiría el atuendo que debería usar.

Y ese es mi hermano.

Empecé a repetirme un mantra interno sobre las acciones buenas que conllevaba esto una y otra vez hasta logarme convencerme del todo. O eso quería antes de verme en el espejo.

Unos vaqueros rotos negros con un top blanco. Y aunque los colores eran totalmente opuestos debía admitir que el desgraciado sabe combinar adecuadamente la ropa.

Esto es fuera de mi zona de confort, bueno, en realidad mi día entero a sido fuera de ella. Sin duda me merezco un premio, como mínimo un diploma, tal vez debería sacarme una foto como prueba de que no miento. Me saca de mi ensoñación el no tener mi celular a la mano, lo cual, es demasiado inusual proviniendo de mí. Me ato el pelo en una cola alta y me dispongo a salir del baño en dirección a mi cuarto cuando oigo otras voces.

—Pero, ¿quién eres tú? —pregunta la voz de Quinn, extremadamente confundida.

—Ya te lo dije, soy una persona —resuena una voz distorsionada en un tono más bajo. Y ahí me di cuenta de que hablaban con alguien por teléfono, y si mi audición no me fallaba, era una voz masculina- te lo vuelvo a repetir, ¿podrías pasarme con la dueña de este dispositivo?, quien quiera que seas.

—¿Tú qué dices, Ava? —susurró en un no-susurro para que no se oiga— ¿qué hacemos?

—Ni siquiera sé porqué contestamos una llamada que es suya, Quinn. —responde con el mismo tono que habló su amiga— Solo pásaselo y ya.

Hubo unos instantes de silencio.

—¡LILII!

Creo que se me perforó un tímpano. Entré a la habitación actuando como si no hubiera estado escuchando detrás de la puerta.

Un encuentro casual [PAUSADA MOMENTÁNEAMENTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora