Un encuentro casual [PAUSADA MOMENTÁNEAMENTE]

Capítulo 22

Si así lo desean, son bienvenidos de acompañar el capítulo con la canción de BRUNO MARS - "LOCKED OUT OF HEAVEN"

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Aún no recuerdo en qué momento decidimos bailar. Ni en cual poner la música hasta romperte los tímpanos. Ni cuando empezó a llover. Ni... nada.

Éramos una diminuta masa de gente moviéndose al ritmo de la música, sin contemplaciones, dudas, solo, viviendo el momento.

Y de la nada, empezó a sonar mi canción favorita. Busqué de reojo entre la oscuridad y cierta rubia me gritó algo que no pude comprender. Sentí una mano en mi hombro. Aidan.

—Ey —murmuré.

Se inclinó hasta mi oreja tranquilamente.

—¿Me concedes el honorífico honor de balar esta pieza conmigo, pequeña?

Asentí.

Coloqué mis manos en su cuello y él en mi cintura baja.

Deja vu.

Bajó las manos hasta más abajo, metiéndolas en los bolsillos traseros de mi jean.

>>No sabía que esta es tu canción favorita. —fruncí el ceño— Lo gritó Emma.

Me levanté de puntitas para llegar hasta el lóbulo de su oreja.

—La tengo de tono de llamada y todo, —sonreí maliciosa— ¿y no se supone que eres el más listo de los dos?

—No lo soy.

I'm born again every time

You spend the night

Because your sex takes me to paradise

Yeah your sex takes me to paradise

And it shows, yeah, yeah, yeah

Because you make me feel like

I've been locked out of heaven

For too long, for too long

Yeah you make me feel like

I've been locked out of heaven

For too long, for too long

Oh, yeah, yeah, yeah

Oh, yeah, yeah, oh, yeah, yeah

>>Sabes, no creí que te gustaran este tipo de canciones.

—¿A qué te refieres?

—Con dos tipos de significados dependiendo de qué modo se lo escuchase.

—¿Eh?

—Técnicamente en uno de ellos, inocente, dulce, como una canción de amor y el otro...

—Habla sobre la vagina de la mujer, lo sé.

Aún en la oscuridad y todo, vi como su rostro se enrojeció.

>>Me gusta que tenga dos significados, además, la melodía es bastante buena.

—Eh, sí...

Me acerqué más a él.

—¿Acaso estás avergonzados, chico de los ojos oscuros?

—No —frunció el ceño— ¿por qué habría de estarlo?

—Te has puesto colorado.

—No.

—Que sí.

—Que no.

—Que sí.

—Que no.

—Eres un mentiroso.

—Entonces deberías callar a este mentiroso con tus hermosos labios.

Si me lo pide así...

Me acerqué a él con una sonrisita en los labios.

—¡Tengo una idea! —exclamé, de repente, emocionada.

Me acerqué a grandes zancadas hacia el altavoz y lo silencié. Casi todos exclamaron un quejido y se detuvieron.

Olvídalo, no es algo importante.

—¿Qué se te ha ingeniado, Kore? —Con una sonrisita en los labios, se cruzó de brazos.

—Ehhh... ya no parece tan buena idea.

—Eso lo decidiremos nosotros, Lils. —habló Jojo con los labios algo hinchados.

—¿Y si.... y si vamos debajo de la... lluvia?

—Nos podríamos resfriar.

—Lo sé por eso dije que era una mala...

—Pues a mí me gusta— dijo Ethan.

—¡Yo siempre quise bailar bajo la lluvia con la canción Umbrella igual que Tom Holland! —Exclama Max levantando ambos brazos.

Ni siquiera me dieron tiempo a formular otra apalabra cuando Ludmi ya estaba abriendo la puerta de mi casa, una ráfaga de viento frío junto con unas gotas se coló dentro y no lo dudé mucho. Salí corriendo hacia fuera.

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Nota de autora: Si así lo desean, son bienvenidos (de nuevo) a acompañar el capítulo con la canción Kygo, Miguel - Remind Me to Forget

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No recuerdo cuando fue la última vez que estuve bajo la lluvia sin salir corriendo, no recuerdo cuando fue la última vez que miré el cielo lluvioso, no recuerdo tantas cosas hermosas pero sí las malas.

Tal vez, ese debe ser el defecto fatídico de los humanos, fijarnos siempre en lo malo en vez de lo bueno.

Miré el cielo luego de mucho y sonreí. ¿Por qué siempre las personas decían que lo caótico era la lluvia y no el sol? ¿O acaso la mayoría de personas no fingen ser alegres bajo un día soleado? ¿Y los que caminan bajo la lluvia impetuosa demuestran lo que son verdaderamente?

—¿Me concederás este baile, de nuevo? —ríe el chico de ojos oscuros, su cabello está todo mojado, pegándose en su rostro, su ropa se adhiere en algunas zonas a su cuerpo. Él podría enfermarse y sin embrago... está sonriéndome con esa sonrisa tan escaza y brillante.

—Por supuesto, Sr.

Y empezamos a girar, como dos bobos, sin pretender seguir el ritmo de ninguna canción imaginaria, felices, efímeros. Tampoco sé cuánto rato le observé, ni le besé, ni fui feliz, tal vez unos minutos, o horas.

Y yo les juro.

Pero les juro por lo más sagrado que tengo en la vida, que no vi las luces del auto hasta menos de medio metro de distancia de nosotros.

Y así fue como también entendí porque dicen que la lluvia es caótica.