Capítulo 13

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—Repíteme porqué vinimos aquí —pregunté, frustrada.

—Para divertirnos un rato, cariño.

—¿Lo hiciste a propósito, no?

Ladeó una sonrisa.

—No sé a qué te estás refiriendo, pero quiero que sepas que estoy muy orgullosos de ti. —Pasa un brazo sobre mi hombro, frotando su mano en mí brazo— Ahora, vayamos con tu hermano antes que se gaste todo mi dinero en boletos.

Hemos venido a una feria por el comienzo de la primavera. Solo estará una semana en la ciudad, lo que implicaba que la mayoría de habitantes de por aquí vinieran para verlo.

Dimos unos pasos entre las personas hasta que vimos una pequeña cabellera rubia en frente de un puesto. Está tirando pelotas en los arcos de básquet, y en la mayoría está acertando.

Creo que el pobre ah sido hostigado demasiado a practicar con Jojo.

Entre esto y el fútbol podía ir a las Olimpiadas.

—¡Felicidades acertaste siete de diez tiros! Puedes elegir cualquier juguete de esta estantería —le dice el encargado del juego, señalando una repisa delante suyo repleta de juguetes.

Robin mira meticulosamente todo y escoge una cajita mediana. Se nos acerca nosotros dando saltitos.

—¡Ve lo que me gané! —levantó su preciado premio en el aire, como si hubiese conseguido la copa del mundo.

—¡Oh! Pero que hermosa, eh... ¿qué es eso?

Le abrió la tapa al cofre dejando a la vista una pequeña maquinita de cocer portátil.

—Un alhajero de costura, —le sonrió radiante mi padre— es hermoso, campeón.

—¡Podré hacerle la ropa a mis muñecos! —Se giró y salió corriendo entre la multitud, hacia otra carpa donde probablemente intente ganar algo.

—¡Espera, Robin! —Me miró a mí— Ya tienes tus boletos, diviértete un rato, nos encontramos en la entrada dentro de tres horas —y desapareció en busca de su hijo.

Negué con la cabeza, sonriendo a la nada. Desde que tengo memoria Robin a desea ser diseñador profesional de modas, afirma febrilmente que estará en pasarelas súper famosas y que con todo el dinero que gane me comprará un departamento.

El niño tiene planeado su futuro mientras que yo ni siquiera sé que haré mañana.

Echo un vistazo rápido hacia todas las tiendas de mi alrededor, lista para gastar mis boletos.

¿Encestar? Jojo una vez me dijo que tengo los peores brazos para lanzar del mundo, lo hago con demasiada fuerza.

¿Lanzar al blanco? Una vez le dejé el ojo morado al dueño del puesto.

¿Dardos? Con la experiencia anterior, no.

¿Tirar en la rueda de la suerte? Mi fortuna es similar al del juego de la ruleta Rusa, pero de la persona que termina muerta.

¿El de la escopeta? Sabes qué, ni siquiera me acercaré ahí.

¿Alguien me podría explicar por qué todos los jodidos puestos de este lugar son de aventar cosas? ¿Acaso no saben que son posibles armas letales?

Si no puedo jugar a nada, iré a una atracción. Me subiría a una montaña rusa, pero acabo de comer un algodón de azúcar. No veo que sea muy probable que vaya a vomitar, en el medio del parque, donde todo el mundo ve, o mientras estoy de cabeza, o... mejor no.

Un encuentro casual [PAUSADA MOMENTÁNEAMENTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora