Un encuentro casual [PAUSADA MOMENTÁNEAMENTE]

Capítulo 20

No era necesario girarme para saber quién es el propietario de aquella voz. Bien Tompson, veamos cuanto puedes llegar actuar con normalidad.

-Hoooolaaaa, Aidan -hablé, volteándome lentamente sobre la silla.

Y allí se fue volando el intento fallido de "actuar con normalidad".

Por un momento, quedé pasmada. El chico de los ojos oscuros,... me ah dejado sin palabras, el desgraciado, joder. Esto de que el calor del verano está siendo cada vez más fuerte le asienta extremadamente bien, en especial con su básica gris y sus short de jean negros. Y él que decía "El verano es lo más horroroso que existe en toda la faz de la tierra, mucho calor, sudor, transpiras, te cansas rápido, los insectos, te irritas con facilidad, no lo tolero", porque sí, lo repitió una vez y ya lo recuerdo, como fiel amante del verano, lo considero una gran ofensa, la cual, que se quedó grabada en mi memoria.

Me acuerdo de eso pero no de los temas que dimos la semana pasada en la escuela, en fin.

¿Por qué se ve tan lindo justo cuando intento decir cosas coherentes?

-Así que sí eras tú, no estaba del todo seguro.

-Eh, -parpadeé-sí, claro,

¿Qué hago ahora? Miré de reojo a Evan, quien le daba un escrutinio Aidan con bastante interés mientras que el pelinegro hacía exactamente lo mismo.

Me aclaré la garganta. Hora de las presentaciones, genial. Odio ser la intermisora.

>>Bueno, ehh..., -señalé al rubio- Evan, -señalé al pelinegro- Aidan.

-Es un placer en conocerlo, Evan.

El aludido frunció el seño, extrañado ante tanta cortesía.

-Igualmente -Se metió a la boca su último bocado de cupcake antes de levantarse- Debería irme, mi madre debe estar esperándome en casa, fue un gusto verte, Lils, y conocerte, Aidan.

Le sonreí.

-También fue un gusto verte de nuevo.

Empezó a avanzar hacia fuera de la cafetería.

-Ah, cierto. -Regresó sobre sus pasos- Sigues teniendo el mismo número de teléfono de siempre, ¿no? -asentí-, genial, te enviaré un mensaje con la fecha y hora del partido y también estás invitado si gustas venir, Aidan. ¡Adiós!

Y sin más que decir, se fue. Mientras tanto, el chico de ojos oscuros se sentó frente a mí, donde minutos antes estaba sentado mi ex novio.

Digamos que me siento un tanto defraudada al ver que ninguno de los dos haya sacado un fierro, y junto con ellos, hayan empezado una guerra campal. Mi lado peliculera está llorando en los rincones. Mientras que mi lado pacífico está feliz de que haya reinado un ambiente de paz.

-Bueno, eso fue... -ladeó una sonrisa- extremadamente interesante. El sujeto tiene un carisma agradable. ¿Él era tu ex? Recuerdo que lo nombraste cuando me lo habías relatado, pero tal vez es un amigo con su mismo nombre.

Digamos que hace tiempo, en una de nuestras charlas, le conté sobre mi antigua relación porque no sé por cual razón, siempre sentí que el chico de los ojos oscuros conociera que estoy pensando con simplemente una mirada de reojo. Así que... no lo sé, solo quise contárselo, mientras que él me escuchaba atentamente y prometiéndome que algún día me contaría él también.

-Sep, es él, digamos que por unas improbabilidades de la vida, me lo crucé y terminamos tomando un café. Pero dime, ¿qué haces por aquí?

Ladeó un poco su cabeza, divertido.