Capítulo 23

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Si así gustan, pueden escuchar un par de canciones que a mí me inspiraron para escribir el capítulo...

John Legend – All Of Me

Noah Cyrus – Lonely

James Arthur – Can i be him

Linkin Park – One More Light

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Hospitales. La mayoría de veces nunca significa algo bueno, ya sea que porque algo le sucedió a un familiar, alguien falleció u otra cosa horrible. Y este... este característico olor, que me resulta extremadamente nauseabundo y desagradable. Simplemente no puedo tolerarlo.

Parezco una niña desesperada que se ha alejado de su madre por un segundo y se perdió. Angustiada, desesperada y con miedo.

Todo eso en un maldito pasillo de hospital.

Joder. Joder. Joder.

Sigo sin comprender como sucedió todo, lo único que recuerdo son las luces del auto, y luego, borroso, pero sí recuerdo los gritos y la lluvia cayendo con más intensidad sobre nosotros.

Mi celular empieza a vibrar desde mi bolsillo. Albert. Lo siento, pero no es el momento idóneo para contestar. Colgué.

Noté que seguía teniendo un bulto en mi bolsillo. Al sacarlo me di cuenta que era un pequeño envoltorio de regalo color azabache, algo arrugado y mojado, de no más del tamaño de mi mano. Aún con los ojos llenos de lágrimas, lo abrí.

Dentro de él se encontraba una hoja de papel doblada y una pulsera plateada con tres pequeños dijes de mariposas color blanco, púrpura y naranja.

Sin entender del todo qué diablos era eso ni cómo llego allí. Abrí la hoja y observé con dedicación la hermosa caligrafía que se enocntraba en ella.

Lili, Lils, Kore, Tompson, pequeña:

¡Feliz cumpleaños! Esa es, ante todo, la típica frase que recibimos toda una vez al año, específicamente en el día de nuestro nacimiento. Y además de esa típica frase, nos dan un presente. Y este es el mío, una simple carta con una simple cadena.

Aunque no lo creas (o tal vez sí) rebusqué en mi memoria reiteradas veces alguna idea lo suficientemente adecuada como para utilizarla, algo hermosos, que signifique mucho, que te guste, que no sea tan grande y que de alguna forma te recuerde a mí pero de un modo sutil, etéreo.

Y así fue como decidí darte una pulsera plateada con tres maripositas.

Pero esto no termina allí, permíteme el placer de explicarte el porqué de mi elección:

Las mariposas siempre significan distintas cosas dependiendo la cultura, país, origen, religión, aunque mayormente se las representa como símbolos de la ligereza, la inconstancia y lo efímero de la alegría y la belleza. Por su capacidad de transformación, encarna la metamorfosis y las potencialidades del ser. Y en algunas culturas, la mariposa representa resistencia, cambio, esperanza y vida. Lo magnífico de esta transformación es que para convertirse en mariposa, la oruga se destruye. Se envuelve en un capullo y pasa por un renacimiento completamente nuevo.

De cierta forma me recuerda a ti, tu belleza y alegría, que cuando te vas lo siento tan efímero como un recuerdo de año atrás. Tu resistencia ante todo, como trasmites a todas las personas a tu alrededor esperanza y vida, incluyéndome. Y el constante cambio, que pasamos todos, al crecer, madura y envejecer.

Pero no termina ahí, los colores son por azar si no por una razón:

El naranja, por la mariposa Monarca, quien significan perseverancia, ya que recorren miles de kilómetros hasta que logran su meta. Tu perseverancia es algo que me asombra cada día, cuando algo no funciona o sale mal, tú solo dices, está bien, lo intentaré de nuevo y sonríes de esa forma... tan embelesadora, que me quedaría horas observándola.

Un encuentro casual [PAUSADA MOMENTÁNEAMENTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora