Capítulo 10

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La bruma de mi sueño cada vez se hace más y más delgada. Siento un leve pinchazo en mi cara pero trato de ignorarlo o. Me vuelvo a reacomodar, cubriéndome con los edredones, pero regreso a sentir algo que me pica en la mejilla. Entrecierro los ojos y veo al dueño de una melena rubia sonriéndome con sorna.

—Déjame dormir un rato más —me acurruqué dentro de las sábanas.

—Son las... seis —murmuró, picándome con el dedo en mi ojo cerrado— y hay un... un vampido abajo con papá.

—Sí, sí, lánzale agua bendita o ajo y se irá —le hablé tratando de volver a mi sueño.

—Te busca.

¿Qué un chupasangre me está buscando?, Robin debería dejar de ver los cassettes de películas clásicas en blanco y negro de la abuela.

—Vale, pues dile a Drácula que esta damisela necesita descansar antes de que su sangre sea absorbida.

Arrugó la nariz.
—Dácula es mejor, este se llama... —hizo unos movimientos de manos, un instinto que a veces tiene para recordar— Aiden.

Me levanté bruscamente y lo miré.
—¿No habrás querido decir Aidan?

Asintió.

Corre Tompson, corre.

Casi me caigo de las escaleras porque pisé una pieza de lego que estaba en una de los escalones.

Aquellas cosas podrían matar a cualquiera.

Al llegar a bajo me encontré con la escena de una hermosa reunión familiar —nótese el sarcasmo—. Mi padre estaba cortando unas verduras en la mesada de la cocina y Aidan sentado en la mesa, ambos estaban conversando entre sí.

Ayer a la noche había brownie Happy, estoy 90% segura que no los probé. Aunque ahora lo estoy dudando visiblemente.

—Eh... hola.

—Al fin te levantaste —habló mi papá sin despegar la vista de las verduras—, que grata sorpresa conocer al cumpleañero y el que ah estado saliendo con mi hija durante estas semanas.

Sentí como el rubor se adueñaba de mi rostro. Y se incrementó aún más cuando me percaté que Aidan me miraba fijamente junto con un brillo especial en los ojos.

—Bueno es que...

Me giré al sentir algo aferrarse a mis pies. Robin se agarra como una garrapata de mi pantalón mirando con desconfianza al pelinegro.

'Lo ves, te lo dije. Hablemos en lengua de señas o nos descubrirá y beberá mi sangre. ¿Sabes lo escaso que es el 0-?'
Habló moviendo las manos.

Vale, en definitiva pienso regañar a mi abuela por darle esas películas

Mi padre lo vio de reojo y rió, me uní él.

—Aidan no es un vampiro, Rob. —Revolví su cabello— Pero sí es muy pálido, alto, pero te falta un detalle, la capa y los ojos rojos. ¡Oh! Y los colmillos.

El aludido contuvo una sonrisa.

—Traición —murmuró—. Pueden... ponerse lentillas y... y... y ocultan sus dientes.

—Aunque no parezca solamente soy un escuálido. —Le acotó regalándole una sonrisa esbozando sus dientes— No muerdo, lo prometo.

—Muchacho, ven y ayúdame aquí —le dijo mi papá que estaba mirando todo con una sonrisa.

—¿Vamos a fuera?

Lo invitaría a pasar dentro de mi habitación pero todo está hecho un desastre.

Un encuentro casual [PAUSADA MOMENTÁNEAMENTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora