5| Luz

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Hermione

A través del retrovisor veo a Willow sacar la cabeza por la ventanilla del auto, parece estar igual que emocionado que Draco, si bien sus lentes negros no me dejan ver sus ojos, su sonrisa me hace sentir bien. Me resulta difícil de creer que un extraño se puede convertir en un amigo muy cercano en menos de unas semanas, aunque en verdad es más que "amigo", no es mi novio y darle la clasificación de "amante" me es molesto. Tal vez pueda decir que es mi alma gemela porque hay tanto en nosotros que encaja como los engranajes de un reloj. Me sorprendo teniendo esa clase de pensamientos que parecen demasiado románticos y doy un resoplido indignado.

— Deberías estar mirando la autopista, si piensas mucho sobre nosotros puedes distraerte del camino correcto. — La voz de Draco me saca de mi ensoñación y me hace pensar que realmente es mi alma gemela — ¿Acerté? No te asustes, lo supe porque cuando las personas piensan suelen soltar resoplidos o suspiros, su respiración cambia un poco.

— Creo que tienes superpoderes — Me concentro en la autopista, aunque sé que es difícil perderme teniendo el GPS en buen estado. — Tu madre pensará que te estoy secuestrando, hemos estado paseando por Corea sin volver a tu hogar.

Eomma ya te ha aprobado en cuanto comiste todo lo que puso delante de ti. — Responde Draco, Willow ha regresado para dormir junto a él, coloca su cabeza sobre su regazo y me apresuro a presionar uno de los botones para hacer que la ventanilla se cierre de esa manera no se enfriará el ambiente. — Tienes muy buen apetito.

— Después de ver tantos Dramas coreanos me era inevitable no querer probar todas las delicias que había sobre la mesa.

Nuestra charla se extiende por la siguiente hora e incluso cantamos algunas canciones que las emisoras coreanas colocaron. Mi plan era estar en la playa ¿ir a la playa en medio del invierno? Solo se me ocurre a mí, no volveré a pisar a este país y aunque me muera por visitar la Isla de Jeju y las playas de Busan, mi tiempo es limitado y más cuando el año nuevo se acerca, no quiero pasar lejos de mi familia y mi abuela, fue suficiente con la navidad.

En cuanto bajamos de la camioneta Willow corre por la arena dejándonos solos, se divierte yendo de un lado a otro mientras suelta ladridos de felicidad. Para ser un perro guía es muy impetuoso, me hace creer que confía en mí para que cuide de Draco mientras él va a divertirse.

Ambos caminamos tomados de las manos, la brisa helada y las vistas son maravillosas, aunque no hay un cielo azul y está encapotado por las nubes grises es un ambiente precioso, me gustaría que Draco pudiera observarlo. Con la mano libre se retira los lentes y lo guarda dentro del bolsillo de su gabardina beige.

Le veo aspirar el aroma, me suelta de la mano y camina unos pasos hacia delante, gira sobre sí como si fuera un experto bailarín — ¡Me gusta ese sonido! ¡Se siente bien!

Willow corre hacia él y lo derriba para lamerle la cara, saco mi celular para tomarles unas fotografías, quiero inmortalizar este momento, se ven perfectamente bien con el mar celeste tras de ellos.

— Draco, alza tu mano hacia mí. — Digo mientras elevo mi celular y doy un paso hacia atrás para tomar un cuadro más amplio. Confundido lo hace — Imagina que puedes verme y agita tu mano como si me saludaras. — Su rostro se muestra imperturbable mientras Willow corre alrededor de él — Agita tu mano como si estuvieras muy feliz de verme — Empiezo a grabar mientras me saluda con una sonrisa en sus labios e incluso puedo percibir la alegría que hay en sus ojos, en verdad está imaginándome.

— ¡Apresúrate a venir a mí, te extraño! — Se levanta de la arena y luego extiende sus brazos hacia mí.

Guardo mi celular para correr hacia ellos.

Euforia ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora