3| Osadía

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Hermione

Hasta hace una semana atrás estaba derritiéndome en Sudamérica, ahora estoy congelándome en Seúl en compañía de un completo desconocido. Decidí viajar a Corea del sur por curiosidad, mi afición a los KDramas me estaba consumiendo, quería probar todas las comidas y pasear por las ciudades que vi.

¿Amor de verano? Tal vez era uno de invierno, lo que es suficiente para volver a sentirme amada por un hombre. Aunque eso es adelantarse a los hechos, días atrás en cuanto llegó su madre entramos en confianza y nos encontramos paseando juntos por la ciudad. ¡Es mejor estar acompañada que sola en un país extranjero!

— ¿Piensas saltar al río Han? — Draco me pregunta, porque he estado muy silenciosa en los últimos diez minutos, él parecía observar hacia abajo, pero sus ojos están vacíos. Debe ser un truco que aprendió "ver sin ver".

Invidente o no, cuando se quita los lentes negros sus ojos grises brillan como dos estrellas y me deslumbran. Estamos sobre el puente Seongsu disfrutando de la compañía del otro en medio de la noche mientras detrás de nosotros pasan lo automóviles.

— Hace cinco años atrás intenté lanzarme del puente de Westminster. — Sostengo su mano tibia para que no se asuste ya que ha girado para escucharme, siento que puede ver a través de mí a pesar de su discapacidad. Si se lo digo sin temor a ser juzgada es porque no volveré a verlo una vez que regrese a Liverpool. — Perdí mis deseos de vivir en ese entonces... Ahora vivo cada día para amar y cuidar a los animales.

— Debiste estar desesperada para haber llegado a esa conclusión. — Su voz es como una caricia para mí, es como si dijera "Te entiendo, yo también sé lo que se siente" — ¿Qué te detuvo?

Recuerdo la noche en que lo intenté, estaba aún convaleciente y dolorida por la cirugía, escapé de casa porque todo lo que había en ella me recordaba lo patética que era mi existencia, las palabras de Ronald no lograban consolarme porque creía que eran mentira, su dolor no llegó a conmoverme porque estaba centrada en el mío. Nuestra relación murió en cuanto entré a terapia. Regresando a aquella noche, en cuanto me di cuenta estaba sobre el puente con los brazos extendidos, pensé en que quería ser feliz por una vez en mi vida y dar todo el amor que estaba reprimiendo. Harry llegó corriendo en compañía de mi cachorro en ese entonces, ambos han sido mi un único consuelo y la cura para mi alma herida.

— Mi primo llegó en compañía de mi perro, Spring, me dijo que mi cachorro me necesitaba como madre — Mi voz se quiebra. — Decidí aferrarme a la vida una vez más, volví a mi pasión musical y continuar con mi primer sueño: ser veterinaria. ¿Podemos cambiar de tema?

Puedo empezar a llorar, podría contarle lo que oculto en mi interior, pero eso me hará salir huyendo sin mirarlo. Realmente quiero mirarlo por el resto de mis vacaciones, quiero estar en su compañía sin que él sepa sobre mi pasado.

— Bien, ¿Por qué tienes tu tarjeta de presentación en el sistema braille? — Su mano me acaricia la mía con tanta suavidad que siento que podría empezar a llorar. — No es común que las personas piensen en los que tienen una discapacidad visual.

— Mi abuela perdió la visión cuando yo era una niña, al principio se mostró reticente a aprenderlo. A mi abuela siempre le gustaron los retos así que como si fuera un concurso ambas lo aprendimos y ambas fuimos con un entrenador de perros para que adiestrara a Shadow, su Golden Retriever — me jala hacia él, para darme un abrazo, ni siquiera he puesto resistencia por lo desprevenida que me ha tomado. — ¿Qué ocurre?

— Hace frío, tus manos están heladas y ya que estamos en la situación creo que es mejor abrazarte de esta manera. — Las palabras de Draco suenan más a un "gracias" que una justificación. — Se me antojó abrazarte, ambos lo necesitamos ¿Cierto?

Euforia ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora