24| Boris

25 3 1
                                    

Teddy

Observaba a mi madre desde la puerta de la sala de terapia física. Poco a poco, estaba regresando en sí, y cada pequeño movimiento que lograba me llenaba de esperanza. Los terapeutas la ayudaban a mover sus brazos y piernas, y aunque los movimientos eran lentos y torpes, eran un signo de progreso.

Harry se acercó a mí, colocando una mano en mi hombro. — Está haciendo mucho progreso, Teddy. Tu madre es fuerte.

Asentí, sin apartar la vista de mi madre. — Lo sé, Tío Harry. Pero... ¿qué pasó con Luna? — pregunté, sintiendo una mezcla de confusión y molestia. — Hermione y Draco no me cuentan nada.

Harry suspiró, entendiendo mi frustración. — Luna fue llevada a un centro psiquiátrico de máxima seguridad. La mayor parte del tiempo está sedada porque suele ser agresiva con todo el mundo.

Me quedé en silencio por un momento, procesando la información. —Tío, Realmente espero que pronto te cases o convivas con la doctora Gabrielle Delacour. No deja de hacerte ojitos desde que trajeron a mamá a la terapia física. — Señalé a la doctora que veía.

Harry se avergonzó un poco y confesó: — He estado saliendo con ella a cenar de vez en cuando.

Lo miré con una sonrisa traviesa. — Como es rubia, puedes decirle a Lorcan y Lysander que es su madre. Después de todo, apenas están empezando a tener memoria, Tío Harry.

Harry rió, aunque un poco incómodo. — Para ser un niño, piensas como un adulto, Teddy.

Le respondí con seriedad. — Es porque mi padre me crió con la verdad y no endulzó el mundo para mí.

Volví a mirar a mi madre, quien ahora intentaba mover los dedos con más precisión. Verla luchar por recuperar su vida me daba fuerzas. — Solo quiero que mamá esté bien.

Harry asintió, su expresión llena de determinación. — Y lo estará, Teddy. Todos estamos aquí para asegurarnos de eso.

~~°~~

Hermione

Han pasado nueve meses desde lo ocurrido con Luna, y hoy es el día de mi boda con Draco en la majestuosa Abadía de Westminster. La iglesia está decorada con flores blancas y doradas, y la luz que entra por los vitrales crea un ambiente mágico. La nave central está llena de amigos y familiares: Rijin y Theo, Pansy y Blaise, Charlie y Daphne, Harry y Gabrielle, la abuela Euphemia Potter, mis padres, los padres de Draco, Lucius Malfoy y Narcissa Black, Bellatrix con su hija adolescente Delphi, y todos los miembros de la familia Weasley. Es una boda tan hermosa que casi parece que me estoy casando como una princesa.

Mi vestido es un sueño hecho realidad, con una cola de seis metros de largo llevada por los hijos de Harry y Blaise. El encaje delicado y los detalles en perlas y diamantes hacen que me sienta como en un cuento de hadas. Mientras camino hacia el altar, siento una mezcla de nervios y emoción. Al llegar, el sacerdote anglicano nos sonríe y comienza la ceremonia.

— ¿Draco Lucius Malfoy, aceptas a Hermione Jean Granger como tu legítima esposa, para amarla y respetarla, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe? — pregunta el sacerdote.

Draco me mira a los ojos, su amor y devoción claros en su mirada. — Sí, acepto — responde con firmeza.

El sacerdote se vuelve hacia mí. — ¿Hermione Jean Granger, aceptas a Draco Lucius Malfoy como tu legítimo esposo, para amarlo y respetarlo, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe?

Euforia ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora