C A P I T U L O 39

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Caminaba felizmente hacia el staff para ver a los chicos antes de subir al escenario. Todos estaban serios mirando hacia el espejo, normalmente ellos hablan entre sí, cosa que ahora me preocupó.

Caminé hacia ellos para preguntarles que tenían e intentaría hacerlos sentir mejor. De pronto, todo comenzó a darme vueltas, llevé mi mano a mi frente y todo se volvió blanco. Una luz se hizo presente pero era tan fuerte que sentía que me estaba cegando y un chillido se hizo presente.

Se apagaron las luces.

Ni siquiera podía ver la punta de mi nariz. Sabía que estaba arrodillada así que me levanté e intenté mirar hacia los lados para tratar de ver aunque sea un poco de luz.

Pero no se veía nada.

—T/N......—Una voz escalofriante comenzó a llamarme.— ¿En donde estas, pequeña?

—¿Quien eres?— Contesté con miedo.

—¿Aún sientes culpa por la muerte de tu querido manager?— Fruncí el ceño.— Déjame decirte que se toooooodo de ti. Absolutamente todo, querida.— Mi corazón comenzó a latir a toda velocidad y yo a temblar.—¿No te gustaría saber quien lo mató? ¿O más bien, quien lo mandó a matar?

—¡Déjame en paz, por favor!

—Aún sigues sintiendo que es tu culpa.... Sigues atormentándote.—Dijo cerca de mi oído. Me giré rápidamente pero no había nadie. Sentí algo a mi lado derecho y no había nada, luego a mi lado izquierdo y nada. Sentí una respiración en mi cuello pero esta vez, no me atreví a voltearme.— He estado mas cerca de ti de lo que te imaginas.

Dejé de sentir la respiración en mi cuello y una ráfaga de viento hizo que cayera de rodillas y que mi pelo se echara hacia el  frente. Unos ojos rojos aparecieron en medio de la oscuridad junto con una sonrisa macabra.

—¿Q-que quieres de mi?— Una lágrima se deslizó por mi mejilla.— ¡DIME QUE QUIERES!

—¿Nos pusimos sentimentales, T/N? Te ves tan débil.— Rió macabramente.

Una luz se encendió, dejando ver a un hombre atado en una silla. Estaba atado de los pies, de las manos y tenía una cinta en su boca, inmediatamente lo reconocí.

Rances.

—¡¡¡T/N!!!

Corrí hacia él para desatarlo pero cuando estuve cerca desapareció.

—¡RANCES!

Me di media vuelta y vi de nuevo a Rances sentado en la misma silla pero lejos de mi. Una sombra apareció detrás de Rances y los ojos rojos se hicieron presentes. Se escuchó que recargaron una pistola y cuando me di cuenta, la pistola estaba en la cabeza de Rances.

—¿Como puedes estar tan tranquila sabiendo que tu manager murió por tu culpa?

—Déjalo ir por favor. ¡Déjalo ir!

—¿Dejarlo ir? ¿Por que? Es mi forma de vengarme de ti.

—¿V-vengarte? ¡¿Que diablos te hice?!

Tu mirada en mi  [Libro 1] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora