C A P I T U L O 64

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—Quiero comer Ramen.

—¡ATREVIDA!— Me reprendió mi hermano.

—¿Que?— Contesté con algo de duda.

—Ah vale, el pervertido de tu novio no te ha enseñado eso.

—¿De que hablas? Por favor sé más claro.— Dije mientras buscaba su camisa, ya que iba a subir al escenario.

—En Corea decir que quieres Ramen es porque quieres tener......—Lo interrumpí.

—¡Pero si solo tengo hambre! No quiero hacer es......

—El día que te inviten a una casa para comer Ramen no vayas.— Dijo mi novio llegando a donde estábamos nosotros. Él estaba sin su camisa, así que se acercó a la silla donde estaban las camisas de los demás para coger la suya.— Al menos que sea yo, por supuesto.— Eso último lo dijo en un tono coqueto.

—¡NO LE HABLES DE ESA MANERA A ELLA! ¡Está chiquita!— Le reclamó Jimin.

—¿Cuando dejarán de pelear por T/N?—Dijo Suga desde una de las sillas.— Parecen dos niños inmaduros.

Cuando Tae se puso su camisa tomó su celular y se lo llevó a su oreja. Ignorando el drama de mi hermano me acerqué a mi novio para preguntarle a quien llamaba.

No quería parecer una celosa loca, pero él tenía una expresión de preocupación.

—¿Está todo bien? ¿A quien llamas?— Le pregunté en un tono gentil.

—A mi hermana......—Yo fruncí el ceño confundida. Su hermana menor no tiene celular hasta donde yo se.— No a la de sangre, es a Grismarie.

Asentí de acuerdo con el.

Tae nombró a Grismarie como su hermana postiza. Los dos se han vuelto más cercanos de lo que eran antes. Todo eso a sido porque hace poco Grisma paso por una situación difícil con sus padres y todos estuvimos ahí para ella, pero fue Tae el que la aconsejo la primera vez.

Tae se quitó el celular de su oreja he hizo un puchero.

Que tierno.

—Debe de estar llegando, ella me dijo que vendría.— Le dije dándole apoyo.

—Tienes razón, lo más probable se está bañando.

—Tú hermana postiza no se baña.— Dijo Jimin en forma de broma.

—Y la tuya se baña conmigo.

—¡KIM!— Abrí los ojos como platos.

—¡OOOOOOOOOHHHHHHH!— Todos los chicos gritaron a pesar de que los estuvieran alistando.

Jimin fulminó a Tae con la mirada mientras que mi novio me miraba victorioso.

El estafador resultó estafado.

—Ven hermanita, aléjate de este pervertido.

Mi hermano me tomó de la muñeca y me llevó a su lado. Él se sentó en la silla para que su estilista lo comenzara a arreglar. Mientras tanto me giré para ver como arreglaban a los chicos. Todos lucían muy felices y al mismo tiempo nerviosos por el concierto de hoy.

Mi sonrisa se borró al ver como la estilista de mi novio le estaba sonriendo de una manera poco agradable. A pesar de que él tuviera los ojos cerrados por el maquillaje, ella lo estaba mirando con una expresión pícara y coqueta.

Respiré hondo y me di media vuelta para caminar hacia el baño. Cuando estuve frente al espejo solté un suspiro y procedí a echarme agua fría en la cara. Vi la hora en mi celular y noté que faltaban 15 minutos para que los chicos subieran al escenario.

Tu mirada en mi  [Libro 1] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora