Tu mirada en mi [Libro 1] ✔️

C A P I T U L O 101

—¿De qué color debo pintarme el pelo esta vez?— Preguntó mi novio mientras miraba su Tableta. Buscaba ideas sobre colores para el próximo Comeback.

—No lo sé. ¿Cual te gusta?

—¿Crees que el morado me quedaría bien?— Esta vez me vio.— Visualízame.

Me quedé mirándolo unos segundos. Tae es este tipo de hombre que todo le queda jodidamente bien. ¡Hay veces que se pone mis cadenas y le quedan mejor que a mi!

—Te verías bien.

—Creo que no.— ¿¡Entonces para que me pregunta?!— Oh tal vez sí. Le pediré ayuda a Army.

Comenzó a mirar su tableta mientras reía con una sonrisa angelical. Él quería hacerme reír ese día porque yo he estado sin ánimos.

Hace unos minutos había salido de mi cita con el psicólogo. Si les soy totalmente honesta, no me va nada bien. El psicólogo me encontró bastante mal, no sé que le dijo a Tae, pero espero que no haya sido algo que lo preocupara de verdad.

—Todo está bien, cariño.— Tae abrió sus brazos para que yo fuera hacia él. Lo abracé fuertemente sin pensarlo, él me encerró en sus brazos. Mis lágrimas bajaban sin parar por mis mejillas. Tae me protegía en sus brazos mientras que acariciaba la parte de atrás de mi cabeza para tranquilizarme.

—Ella está muy frágil.— Comentó mi psicólogo.— No puedo dar muchos detalles sobre eso.

Sentí como mi novio asentía, ya que él tenía su barbilla apoyada sobre mi cabeza. Tae se separó un poco para dejarme un beso en mi cabeza.

—Espérame afuera, ¿vale?— Pronunció con su voz grave en un tono suave.

Yo asentí sin mirarlo a la cara. Él sabía que odiaba que me vieran llorar. Desde que me conoció sabía que yo sentía eso como una debilidad hacia mi.

Salí del consultorio para dejar a mi novio con el psicólogo. Luego de eso me metí al baño para limpiarme las lágrimas.

Fin de Flashback:

—Ya sé que color decirle a Lee que quiero para mi pelo.— Dijo mi novio con una sonrisa.— ¿Estás bien?

Solo asentí ante su pregunta.

Tae se quedó callado mientras asentía. Continuó mirando su tableta y fue entonces cuando su celular comenzó a sonar. No presté atención a su conversación, ya que mi mente estaba en otro lugar.

Estos días me sentía tan deprimida, me sentía como si no sirviera para nada. No puedo hacer cosas que conlleven mucho esfuerzo porque me puedo lastimar. Pero hace que me sienta inútil, siempre estoy haciendo algo, aunque ese algo no lo tenga que hacer.

Bailar es una de las cosas que más hago en el día. Para mi el baile es como si fuera parte de mi sangre. Siento que el accidente me arrebató todo eso que amaba hacer. Bailar era mi terapia, era mi método de escape y ya no lo tengo.

—Iremos a la casa de los chicos.— Dijo mi novio al colgar la llamada.

—Vale.

—Ey.— Tomó mi mano entre la suya.—No me gusta verte así.

—Solté un suspiro.— No es fácil, Tae.

—Lo sé, créeme que yo más que nadie lo sabe y lo entiende. Pero quiero hacer todo lo posible para que estés bien.—Puso su mano en mi mejilla.— Te lo prometí desde el día 1.