Decisiones

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Al salir de aquel bar lo único que pude decirme a mi misma fue "¡Son ellos maldita sea!". Podía apostar mi vida a que eran ellos, y me sentía una completa idiota por no haberlo notado antes. ¿Cómo había olvidado sus rostros luego de tantas noches frente a frente?. Hoseok y mi jefe definitivamente eran parte del grupo de empresarios que cada viernes asistían al club para embriagarse y disfrutar del show creyéndose totalmente omnipotentes. Podía recordarlos de observándome de manera lasciva mientras me ofrecían grandes cantidades de dinero reafirmando así su hombría. 

¿Habían insistido tanto en que los acompañara porque les interesaba saber si era aquella mujer? ¿Habrán creído la historia de mi experiencia como camarera? y lo que aún mas duda me generaba era Yoongi. ¿Habría ido al club alguna vez? Por alguna razón no tenía recuerdo alguno de él allí. Sabía muy bien que aquel grupo habitué estaba compuesto por otros dos hombres, pero definitivamente ninguno de ellos eran ni remotamente parecidos a él. Y vaya que tenía la viva imagen de esos desagradables sujetos grabada en mi mente luego de la emboscada que me habían tendido a la salida del club. De solo pensar en el miedo y la sensación de vulnerabilidad que sentí aquella noche en manos de esos dos monstruos me llenaba de impotencia, angustia, asco y un gran rechazo.

 ¿Acaso existía la posibilidad de que me cruzara a esos hombres en la empresa y la vida había sido lo suficientemente benevolente como para que ni me enterara de ello hasta ahora?.

Si mi memoria no fallaba, Jennie me había comentado que aquel fan club que me había ganado estaba conformado por el hijo de un importante CEO y tres inversionistas del negocio, con lo cual, era claro que mi trabajo de ensueños no era más que una gran bomba de tiempo que amenazaba con explotarme en la cara en cualquier momento, si alguno de aquellos hombres descubría quien era. Bajo ningún término podía permitirlo, no quería convertirme en una presa fácil, tampoco que creyeran que ameritaba menos respeto por mi anterior empleo o que no estaba a la altura. No podía abandonar tan fácil mi puesto, lo necesitaba y no tenía intención de volver al club, había puesto fin a aquella etapa de mi vida.

Volver a la empresa sin saber cual era el verdadero panorama al cual me iba a enfrentar era idiota, todos los posibles escenarios que mi mente creaba me inquietaban enormemente y la única persona que podía calmar esos pensamientos era nada mas ni nada menos que Yoongi. 

Necesitaba hablar con él cuanto antes y luego de una caminata de varias cuadras sin rumbo alguno pude tomar el coraje suficiente para escribirle. Sabía que le debía una explicación por lo sucedido en la última salida, es más, él me la había pedido y a pesar de no ser nada formalmente, era consciente de que no me había comportado bien ni con el ni con Taehyung. Era tiempo de tener esa charla con ambos y la vida me estaba empujando a no dilatar más dicho encuentro.

Un taxi fue el encargado de llevarme a su apartamento una vez recibida su respuesta y al llegar, opté por esperar sentada en la entrada del edificio. Los minutos volaban y con el correr de los mismos el personal de seguridad comenzó a observarme con cierta desconfianza. Finalmente luego aquella interminable espera su lujoso automóvil se hizo presente y fue allí cuando me di cuenta que no tenía ni la menor idea de como iba a encarar la situación.

Una vez que estuvimos fuera de la mirada de la gente, camino a su departamento, optamos por guardar silencio. Todo se sentía bastante incómodo, o al menos esa era mi percepción, el ambiente se sentía pesado, hasta podía cortarse con tijeras. Ya refugiados en su lujoso hogar, él se quitó el saco dejándolo colgado sobre el respaldo de uno de los sillones. Giro sobre sus talones en dirección a mi y alzó una de sus cejas irónicamente mientras desajustaba el nudo de su corbata.

YG:— Verte parada a centímetros de la puerta desde que cruzaste el umbral me hace creer que no deseas estar acá o que de alguna forma me tenes miedo — al quitarse la corbata me dirigió una sonrisa falsa dejando luego aquella prenda junto a su saco. Aclaro su garganta y se desplazo sueltamente en dirección a su colección de bebidas, tomo un vaso del montón y sirviendo una medida me observó de reojo — No fui yo quien propuso esta reunión, ¿vas a decirme algo o se supone que debo arrancar yo?— bajó su vista al vaso y algo dubitativo agrego — ¿Un trago? —  

Dance for meWhere stories live. Discover now