Toda mi semana había sido prácticamente insufrible, los exámenes de final de semestre, sumado a las clases diarias en la universidad más mi trabajo semanal de mesera en el club me tenían completamente agotada. El dormir casi que había dejado de formar parte de mi rutina y el café se había convertido en el agua de cada día ya que me ayudaba a mantenerme despierta.
La bipolaridad, histeria y ansiedad que mi cuerpo acumulaba se encontraba totalmente fuera de control y para ese entonces debía medir cada palabra que decía o cada cosa que hacía para evitar terminar en alguna pelea con alguien que luego pudiera lamentar.
En más de una oportunidad Tae se mostró preocupado por mí salud mental durante el transcurso de esos días e intento distraerme invitándome a cenar o quedarme a dormir en su casa, cosa que jamás pasó ya que rechace cada una de sus ofertas. No tenía tiempo siquiera para dormir, mucho menos lo iba a tener para divertirme.
Me sentía bastante mal rechazandolo una y otra vez cuando se mostraba tan dulce y comprensivo, odiaba parecer fría y desinteresada ante él ya que no se lo merecía, y en el fondo deseaba que mi respuesta a todas sus propuestas hubiesen sido un sí, pero debía afrontar mi realidad, y ser lo suficiente responsable como para priorizar mis estudios y entender que aquella situación escapaba a mis manos. Afortunadamente él jamás se molestó ante mi reiterada negativa; pero me hizo prometerle que el viernes por la noche luego de finalizar mi último exámen iríamos juntos a cenar para festejar el fin de mi tortura.
Los días fueron pasando bastante lento hasta que finalmente el viernes se hizo presente, y aquél último exámen por rendir se había convertido en mi mayor desafío hasta entonces. Una vez que ingrese al salón D, el cual lucía mucho más concurrido de lo usual, me acomode en una de las sillas con la intención de repasar en mi mente algunas definiciones y conceptos. Minutos más tarde, el profesor se hizo presente cerrando las puertas del salón y comenzó a repartir las hojas de preguntas. Sujeté con fuerza mi lápiz sintiendo como un nudo se formaba en mi estómago producto de los nervios y tomando una gran bocanada de aire, con la intención de calmarme, me dispuse a responder una a una las preguntas de aquel tema.
Hora y media después, sintiéndome totalmente abrumada aunque ya no tan tensa, y siendo una de las últimas estudiantes en el salón, entregue mi examen implorando a alguna fuerza divina que cada palabra redactada estuviera correcta. El profesor se limitó comentar que la nota sería subida a la web del campus en poco más de una semana y desplegó luego una leve sonrisa despidiendome.
Una vez fuera de aquel edificio pude sentir como si me hubiera sacado de encima una pesada mochila de concreto. No recordaba cuándo había sido la última en que me había sentido con tanta paz y liberación, y al pensar en que podría recuperar todas esas horas de sueño perdidas esbocé una amplia sonrisa recobrando estabilidad mental.
Tomé mi teléfono chequeando la hora y al percatarme de que aún faltaba para encontrarme con Tae como habíamos quedado opté por matar el tiempo en la cafetería que solía frecuentar cada tarde con la necesidad de saciar mi dosis de cafeína. Cuando estaba a tan solo pasos de aquel establecimiento el sonido de un mensaje entrando a mi teléfono logró distraerme por completo haciendo que bajara mi mirada hacia el dichoso aparato. Al desbloquearlo pude notar que se trataba de Tae; de manera totalmente involuntaria una sonrisa tonta que comenzó a tomar dominio de mis labios y fue imposible intentar contenerla para aquel entonces. << Cómo saliste del examen asesino? Debo preocuparme? no me has hablado aún :( >>. Antes de que siquiera pudiera contestar al primer texto un segundo apareció en pantalla con la dirección del bar al cual supuse había hecho reservaciones.
Justo luego de leer aquellos mensajes comencé a lamentar el no haberlo dejado pasar por mí al campus. Realmente nunca había dejado que nadie del club, siquiera Jennie, estuviera en contacto con esta parte de mi vida, no era como si ellos desconocieran mi rol de estudiante ni mucho menos pero mi verdadera motivación de mantenerlos a todos alejados era la misma por la cual evitaba siempre el formalizar algo formal con Taehyung. Esa razón era el miedo de que alguien descubriera esa parte oscura de mi vida, mi trabajo, y que por ello no fuera tomada en serio como estudiante a pesar de estar dentro de los mejores promedios, ni como profesional en un futuro a pesar de portar un título. El solo pensar eso provocaba un vacío en mis entrañas que conseguía hasta darme nauseas. En lo mas profundo de mi corazón me entristecía el pensar que nunca podría permitirme ser feliz con Tae, no porque él me avergonzara ya que era la clase de chico que cualquiera querría como novio, sino que en el fondo me avergonzaba de mi misma. Absorta en mis pensamientos y algo cabizbaja solté un suspiro y empujé la puerta intentando ingresar a la cafetería pero como era de esperarse la mala suerte me seguía y terminé por golpear a alguien que se encontraba del otro lado.
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Dance for me
FanfictionA simple vista mi vida parecía ser la típica de una estudiante extranjera que busca tan solo recibirse y conseguir un gran trabajo que cambie mi vida. Pero la realidad es otra y hay un lado totalmente oculto que me ayudó a seguir adelante en mi peor...