Capítulo II

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La noche parecía transcurrir tal cual lo esperado, el club estaba lleno y el público parecía tener ganas de gastar su dinero en grande. Hacia fondo del salón detrás de las mesas podía divisar a Tae trabajando tras la barra y dedicándome cada tanto una sonrisa lasciva. Debía admitir que se veía realmente lindo con su uniforme negro y chaleco rojo; y realmente tenía que hacer un esfuerzo por concentrarme en mi trabajo.

En las mesas ubicadas alrededor de la que era mi tarima se encontraban, entre otros, aquellos hombres que se habían convertido en mi público frecuente y realmente no me convenía distraerme con ellos allí.

Se notaba que era un grupo de empresarios jóvenes y acaudalados ya que no parecía que tuvieran problema en gastar varios wons semana tras semana entre bebidas y mi espectáculo. Según había averiguado Jennie, uno de ellos era hijo de un importante CEO y los otros tres inversionistas en el negocio. Al acercarme a su mesa, como solía hacer por mera conveniencia, pude notar que entre el grupo usual había un hombre más que no había visto con anterioridad. Él parecía verse poco interesado en mi persona ya que tan solo se limitaba a mirarme con una expresión completamente fría y calculadora, mientras tomaba largos sorbos de su vaso de Whisky.

-Buenas noches señorita como es usual en usted nunca decepciona-mencionó uno de ellos dedicándome una sonrisa que hizo que sus llamativos ojos se transformaran en media lunas encantadoras que le otorgaban cierto aire de inocencia, la cual perdió completamente dos segundos después al momento en que colocó en mi ligero un billete de gran denominación mordiendo su labio inferior.

-Linda- murmuró Seokjin, el hijo del CEO llamando mi atención mientras acercaba su copa vacía al que parecía ser el más joven del grupo para que procediera a llenarla de champagne. 

El joven tan solo se dedico a verter la burbujeante bebida mientras me miraba con sus grandes ojos. 

-Estamos festejando algo especial esta noche así que esperamos que des lo mejor que tengas para nuestro amigo- dijo mientras sacaba algunos wons de su billetera, se ponía de pie y los colocaba lentamente en mi brasier de encaje sin despegar sus mirda de mis pechos.

Sonreí de lado como respuesta a su petición y me acerque lentamente contorneando mis caderas con la música, hacia los otros dos hombres que se encontraban junto a ellos. En mi interior esperaba que al que tuviera que prestarle mi mayor atención fuera al hombre que me miraba con ojos llenos de lujuria y sonreía ampliamente mostrando una perfecta dentadura en tanto realizaba comentarios al oído del que parecía totalmente indiferente. 

-Voy a confesarte que tu baile es una de las cosas que más disfruto de los fines de semana- dijo entonando alto aquel sujeto sonriente buscando que pudiera oírlo- y tu belleza occidental resalta por completo del resto de las chicas- se acercó a mí sacando del bolsillo de su saco otro montón de billetes que colocó en de la parte inferior de mi conjunto de lencería. Su accionar era lento y parecía disfrutar cada segundo de sus dedos rozando mi cadera. Le sonreí seductoramente mirándolo fijo y con aquella amplia sonrisa como respuesta comentó. -Esta atención me encanta pero... para mi mala suerte esta noche el centro de tu atención tiene que ser Yoongi- me guiño un ojo volviendo a su asiento y pasando uno de sus brazos por los hombros del supuesto "Yoongi" dijo- Hyung, la linda señorita va a bailar en tu honor disfrutalo como regalo de parte nuestra-

El miro de reojo a su amigo tomando el nuevo vaso de whisky que le habían llevado a la mesa y me miró expectante. Maldije para mis adentros ya que sabía que llamar la atención de aquel iceberg iba a ser una especie de misión imposible. Tal vez solo eran de su agrado las mujeres asiáticas y en ese caso no había nada que yo pudiera hacer que pudiera gustarle.

La música continuó sonando y deje que esta me guiara para dar lo mejor de mí a aquel hombre que ya comenzaba a desesperarme. La mayor cantidad de clientes que habían asistido aquella noche al club parecían encontrarse realmente atraídos a mi tarima. Supuse que era debido a aquel baile y lo confirmé rápidamente al notar que varios billetes comenzaron a llegar mientras yo movía de forma erótica mis curvas. 

Inesperadamente en aquel momento noté que hasta Taehyung se encontraba observandome muy atento desde el fondo del salón mientras mordía su labio inferior. Aquel simple gesto suyo logró sonrojarme levemente y sonreí algo tímida desviando mi mirada para dirigirla nuevamente a Yoongi el cual al notar mi accionar dejó su vaso sobre la mesa y apoyó sus brazos en ella mirándome con mayor atención. Minutos después, la música se detuvo marcando el fin de mi turno, acto seguido me dispuse a abandone la escena rumbo a los camerinos.


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Dance for meWhere stories live. Discover now