Cuando Hyun tenía 16 años comenzó a tratar a Saeng de una forma más íntima. Desde pequeño sentía que su hermano le llamaba la atención de una manera que no era para nada familiar.
La necesidad de protegerlo y tocarlo creció cada día. Su hermano tenía 13, eran muy pequeños todavía para sentir algo por el otro; Pero Hyun estaba seguro que ese sentimiento era más que una simple atracción causado por sus instintos de alfa.
Su hermano era demasiado sumiso y lindo, aunque no presentaba ningún olor Hyun ya sabía que sería un omega y quería ser el primero en olerlo, por esa razón le gustaba dormir pegando su rostro al cuello del menor y olerlo hasta quedarse dormido.
- No me sigas tocando - Se quejó el menor al ver como su hermano tocaba su espalda, piernas o cualquier otra parte de su cuerpo solo para molestarlo - ¡Le diré a papá!.
- No lo harás debilucho - Hyun empujaba a Saeng hasta llegar a su habitación. En esos días aprovechaba que sus padres no estaban en casa para pasar tiempo a solas con su hermano.
- No me gusta estar a solas contigo - Saeng bajó la mirada, él sabía muy bien lo pervertido que se había vuelto su hermano.
- Eres un mentiroso - Cerró la puerta con llave y lo acorraló como un león a su presa - Eso merece un castigo.
Ambos cayeron encima de la cama. Hyun empezó a hacerle cosquillas mientras que Saeng trataba de defenderse entre risas.
- Basta, no me gustan las cosquillas, ¡Detente! - Gritó pero Hyun parecía gustarle sus quejas.
Y cuando menos pensaron los dos estaban sentados en la cama. Hyun estaba pegado al cuerpo de su hermano y abrazado a su espalda como si se lo fueran a quitar.
El calor del cuerpo del alfa ponía a Saeng nervioso, no estaba acostumbrado a esa cercanía. Las piernas del moreno entrelazadas a su cintura y sus brazos rodeando su abdomen no le dejaban moverse.
Saeng temblaba pero le gustaba la cercanía de sus cuerpos y sus respiraciones aceleradas. Algo de incomodidad surgió cuando Hyun le mordió levemente el cuello.
Un pequeño gemido salió de sus labios cuando las manos de su hermano se movían acariciando su abdomen y lamía la mordedura en su cuello.
- No me gusta - Dijo Saeng débilmente.
- ¿Sabes como se comprueba en los hombres cuándo algo les esta gustando? - Susurro en su oído. Saeng negó de inmediato - Cuando
su miembro se vuelve duro - Rió picaramente.Las mejillas de Saeng se tornaron rojas de inmediato y trató de safarse del agarre de su hermano, pero solo logró que se pegara más a su cuerpo y lo sostuviera con fuerza.
- Veamos si te está gustando - Rápido colocó su mano en el erecto miembro de Saeng provocandole un fuerte gemido - Te gusta y mucho - Rió y trató de mover su mano por encima de la tela pero Saeng violentamente la quitó. Hyun lo dejó libre pensando que se molestaría por lo que había hecho.
Pero no ocurrió, Saeng se quedó sentando a un lado con la cabeza gacha y tratando de tapar su erección. Hyun solo podía reír por la ingenuidad de su hermano.
- ¿A ti también te gusta? - Preguntó Saeng de forma tímida, era evidente que le costó hacer la pregunta.
Hyun no respondió sino que agarró la mano de Saeng y la puso en su entrepierna. Saeng sintió la dureza de su hermano a través de los pantalones.
- Se me pone así las veces que te veo.
Saeng retiró su mano de inmediato, colocándose de pies y saliendo de la habitación apresurado, había logrado intimidar al menor.
Esa fue una de las primeras situaciones donde los hermanos mostraron lo que en verdad sentían. Ahora varios años después ambos desean haber evitado todos esos momentos y hacer cosas totalmente distintas. Ahora sus vidas dependían de un hilo.
———
El omega fue llevado al departamento privado de Miguel, se las había arreglado para no levantar sospecha de su padre o de otras personas que pudieran acusarlo.
Saeng estaba desmayado y llevaba horas en esa situación, al igual que Miguel llevaba el mismo tiempo observandolo. Sabía que su mente estaba mal al seguir pensando que era su omega.
El alfa creyó que por la situación en la cabaña la alimentación del menor no era la correcta y seguro le hacia muchísimo daño tanto al omega como al hijo.
No es que Miguel le tuviera rabia, era todo lo contrario solo que lo confundía con su omega y el instinto de posesión que lo controlaba. Por eso sentía la necesidad de protegerlo como lo estaba haciendo.
- Puedes entrar - Miguel invitó un señor mayor a su departamento.
Esta persona traía consigo varios aparatos equipados todos en pequeño maletín, era impresionante que tantas cosas pudieran entrar dentro de esa pequeña maleta.
El señor era un doctor que estuvo atendido a la familia de Miguel por décadas y era una de las pocas personas que le tenía confianza.Y al parecer el doctor apoyaba completamente al alfa.
Saeng aún se mantenía desmayado pero no fue impedimento para que el doctor lo revisara por completo.
-¿Y bien?-A Miguel no le gustaban las expresiones que hacia el viejo.
- El omega esta bien, pero no puedo decir lo mismo del bebé - El doctor buscaba la manera correcta de explicarle - Perderá al bebé, no ha sido cuidadoso con sus medicamentos y por lo que veo con su alimentación tampoco lo fue.
- ¿Puede recuperarse?
- No lo creo ya es demasiado tarde, el bebé ni siquera se encuentra en la primera etapa del desarrollo y puede que nazca con grandes problemas físicos o peor aún, que muera antes de nacer - Era lo más detallado que podía explicarle.
Miguel no era el padre pero estaba realmente preocupado por la salud de ese niño y no era esa la noticia que esperaba.
- Tiene que haber alguna forma de ayudarlo - Su preocupación por Saeng sorprendía al doctor.
- Tú muy bien sabes que existe una posibilidad de que se recupere y la única opción es llevarlos con ELLOS -El doctor observó al omega - Se parece mucho a Kenny, si lo quieres ayudar ya sabes como hacerlo.
Miguel observó al doctor por un tiempo. Tenía toda la razón la posibilidad de que se recuperara estaba por completo en ELLOS, pero no por eso tenía que entregarles a Saeng.
ELLOS poseían la más alta tecnología en el ámbito de regeneración y al rápido desarrollo del organismo. Pero no lo utilizaban para curar las enfermedades físicas que pudiera tener otra persona, sino que la utilizaban para sus métodos de tortura.
El caso más recientes fue con las piernas de Hyun, ya no tenía heridas visibles y con esto los federales solo lo volvían a torturar y si llegaban a pasarse de la raya solo tenían que regenerarlo como nuevo, pero el dolor seguía persistente en él.
Hyun estaba amarrado a una silla en una habitación con sus ojos vendados y su boca sellada con una cinta, escuchaba las voces de personas a su alrededor, trató de librarse del amarre pero le fue inútil.
- Un alfa que le gusta coger con su hermano menor - Escuchó que alguien se burlaba.
Quiso gritar pero solo se escuchaba el sonido agudo de su garganta.
- Castrenlo - Hyun empezó a moverse desenfrenadamente en la silla al escuchar eso.
Las risas hacían eco por toda la habitación. La hebilla de su pantalón cuando fue agarrada aumentó el pánico en el alfa.
Era el comienzo de las consecuencias que nunca pensó tener...